Jóvenes que salieron a sufragar confían en el voto como forma de protesta silente

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En la entrada de la Unidad Educativa Nacional José de Jesús Arocha de Petare está Samir Castillo de 25 años, quien dice que votó este domingo para intentar remediar las promesas incumplidas de las gestiones anteriores. Otros jóvenes como Patricia explican que a sus 20 años ni siquiera está inscrita en el registro electoral, por descuido y desinformación, pero también porque no se siente motivada a votar.

Caracas. A las 8:30 de la mañana los jóvenes aún no llegaban a la Escuela Municipal Andrés Bello de Chacao. La mayoría de los electores eran adultos mayores. Sin embargo, una hora después comenzaban a verse algunos jóvenes en los centros de votación. Las razones por las que asistieron o dejaron de hacerlo no son muy distintas. Algunos anhelan que el agua llegue a sus casas todos los días, otros buscan recuperar la confianza en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y hay quienes creen que es la única herramienta para exigir y evaluar el desempeño de los gobernantes. 

En la Escuela Municipal Andrés Bello de Chacao la jornada para elegir alcaldes y gobernadores transcurría de manera “fluida”, dijo Carlos Pérez, presidente de la mesa número 2, a Crónica.Uno. Las medidas de bioseguridad contra la covid eran visibles. Uno de los mecanismos que adoptaron para evitar tocar la cédula de los votantes fue el uso de un cartoncillo en donde esta podía ser depositada. 

Escuela Municipal Andrés Bello de Chacao – Foto: Tairy Gamboa

“El proceso ha ido con una velocidad de acuerdo al flujo de personas. Las mesas se constituyeron a las 7:00 de la mañana con la presencia de los partidos políticos. Además, se aplica desinfección y distanciamiento físico, en cada mesa fluyen cinco electores”, explicó Pérez. En esa escuela todavía no se veían jóvenes, pero en un centro aledaño sí comenzaban a llegar. 

La Unidad Educativa Colegio Parroquial Sagrado Corazón de Jesús está a pocos metros de la Escuela Municipal Andrés Bello, y allí ya se observaban jóvenes en la pequeña fila que se formaba. Nandi Campos, de 26 años, era una de ellas. Pero la máquina que le correspondía presentó una falla a las 9:00 de la mañana. 

Liliana Morocoima encargada del centro donde le tocaba votar a Nandi explicó que la máquina número 1 tenía fallas y esperaban poder reemplazarla. Para ese momento la falla se había prolongado por una hora. La joven se sentó en una acera a esperar. 

“Siempre he votado, aunque dejé de hacerlo después de la constituyente en 2017. Creo que lo único que no me han podido quitar es el voto. El voto es una lucha silente, pero lucha al fin. Como decíamos en 2017 esta también es una lucha resiliente”, dice Nandi Campos. 

David, de 25 años, hacía cola para entrar al Sagrado Corazón de Jesús. Para él no hubo dudas de participar en la elección de este 21 de noviembre. “Siempre he sido pro voto, creo que es una forma de expresarme y una herramienta para mostrar nuestro descontento. Desde el primer momento estuve seguro de venir a votar”.

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Unidad Educativa Colegio Parroquial Sagrado Corazón de Jesús  – Foto: Tairy Gamboa

Pero no todos los jóvenes del país cuentan con la confianza de David. La Encuesta Nacional de la Juventud (Enjuve) de este año revela que esta población ha perdido la confianza en las instituciones y el sistema político del país. Por ejemplo, 67 % se declara en descontento con las elecciones que se han registrado anteriormente o 71 % desconfía de los partidos políticos. 

El estudio señala que “la permanente crisis política de Venezuela, la imposibilidad de que ocurran cambios en el marco de las instituciones y la percepción sobre la naturaleza política de toda la crisis, ha deteriorado la imagen y puede que el apoyo a la democracia”. Algunos como Antonio Mendoza de 31 años, quien votó en el Colegio San Ignacio, entra en el grupo de jóvenes que aspira a recuperar la confianza en las instituciones. 

“Vengo como una forma de tratar de reforzar la confianza en el CNE y que todo se desarrolle en paz. Siempre he votado, pienso que es la única herramienta para argumentar y reclamar”, considera Antonio. Mientras que Camila Herrera, una estudiante de Ciencias Políticas de 24 años, está convencida de que en Chacao, el municipio en el que votan ambos, existe una cultura generalizada a favor de la participación electoral. 

“Estudio Ciencias Políticas, así que desde que tengo 18 años he salido a votar. En este municipio ocurre que hemos tenido representación de las personas que queremos que nos gestionen. En Chacao hay esa cultura de votar, además la gente tiene clara la oferta a la cual votar”, dice Camila. En paralelo, en la entrada de su centro de votación, los guardias nacionales impedían a la prensa entrar a pesar de estar acreditados.

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Colegio San Ignacio – Foto: Tairy Gamboa

Patricia entra en ese 67 % de la población joven que desconfía de las elecciones. Este domingo decidió no participar. “A mis 20 años ni siquiera estoy inscrita en el registro electoral, principalmente por descuido y desinformación, pero además no me siento motivada a votar. No estoy orgullosa de ello, sé que falto a un deber ciudadano, pero considero que no hay condiciones electorales adecuadas para ejercer el voto. Es lamentable porque, de alguna manera, esto es lo que quienes están en el poder siempre quisieron: generar desconfianza en el sistema electoral para que no nos molestemos siquiera en ir a ejercer nuestro derecho”, dice en entrevista telefónica.

La crisis política e institucional de los últimos 20 años ha llevado a la población a desconfiar de los poderes. EE. UU. es uno de los países que ha sancionado al gobierno de Maduro por considerarlo un sistema autoritario y antidemocrático. Sin embargo, para este proceso las autoridades cedieron a las exigencias de contar con observadores independientes. En esta elección participa una misión de observación de la Unión Europea que no asistía desde hace 15 años, una pequeña misión de expertos del Centro Carter que no venía al país desde hace ocho años y también con la observación de tres expertos de Naciones Unidas.

Ivette, al igual que Patricia, decidió no asistir esta vez. “No confío en la institución. Siento que es corrupta y no es capaz de dar resultados honestos. Además, creo que este gobierno es ilegítimo, corrupto y todo esto es una pantomima”, respondió por teléfono. 

En menos de 10 años los problemas que agobian a los jóvenes han cambiado. Antes les preocupaba la inseguridad, pero ahora la situación económica. La economía del país se contrajo 80 % en ocho años, lo que ha provocado pérdida de poder adquisitivo de la población, altos niveles de desnutrición y pobreza extrema y pocas oportunidades de empleo. Pero para algunas jóvenes como Drisley Cor hay problemas más urgentes que deben resolver los gobernantes como que el agua llegue todos los días a su casa. 

Drisley vive en Petare, uno de los barrios más grandes de Venezuela y de América Latina. La joven de 30 años asistió este domingo a votar “por un cambio”. 

Vine a votar para ver si este país cambia. Espero ver si hay un cambio, si van a mandar el agua todos los días, si cambia Petare. Si se eliminan los bachaqueros, que hay demasiados. También si cambia el país porque hay mucha corrupción, manifiesta Cor.

Alrededor de la Unidad Educativa Nacional José de Jesús Arocha de Petare, la gente se concentra en la plaza a pleno mediodía. Se escuchan los ruidos de las motos que recorren las calles empinadas del casco colonial y donde se ven algunas personas con camisas rojas y blancas. Los guardias cuidan que no entre nadie al centro con distintivos políticos, al menos en ese lugar. Dentro del José de Jesús Arocha los encargados del proceso están organizados y permiten a los medios pasar, hacer fotos y recorrer los pisos. 

Unidad Educativa Nacional José de Jesús Arocha de Petare – Foto: Tairy Gamboa

En la entrada está Samir Castillo, de 25 años, quien dice que vota este domingo para intentar remediar las promesas incumplidas de los políticos anteriores. “Voy a votar para ver si hay un cambio, porque prometen y prometen y no cumplen”, dice. El centro donde vota Samir comenzó a las 8:00 a. m., aseguró Roger Parra, jefe de seguridad de las Unidades de Batalla Bolívar – Chávez (UBCH) por el Partido Socialista Unido de Venezuela, a quien miembros del centro le encargaban hablar con la prensa.

Parra dijo que una máquina de la Unidad Educativa Nacional José de Jesús Arocha de Petare tuvo fallas y se solventó a los 15 minutos. “Todo ha transcurrido correctamente, el centro cuenta con 10 mesas y tiene 6900 electores registrados”, apuntó. En otros dos centros de Petare, en la Biblioteca Pública Misia Ana de Infante o el Jardín de Infancia Agustín Aveledo el proceso transcurría con normalidad al mediodía. 

Foto: Tairy Gamboa

Una funcionaria de la Guardia Nacional Bolivariana explicó que en el centro de la Biblioteca Pública Misia Ana de Infante la máquina 2 arrancó a las 6:30 a. m., mientras que la máquina 1 lo hizo a las 9:00 de la mañana debido a que presentó fallas. 

En el Colegio Francia de La Carlota, Legna, de 28 años, también votaba por un cambio. “Vengo a aportar mi granito de arena, a apostar por el cambio. Siempre tengo la duda por no tener confianza en el CNE, pero no sé que es peor si salir a votar o que se queden con tu voto”, decía. Mientras que a Valentina Rodríguez, de 19 años, una tarea para la universidad la hizo empaparse en el proceso. “Estaba informada de la campaña por redes sociales y por la web, pero vine a votar porque me mandaron trabajos en la universidad y me vi en la necesidad de estudiar y de saber más de las elecciones”, dijo.

Un funcionario, de 24 años, quien prefirió reservar su identidad, expresó que votaba este domingo como una forma de expresar los reclamos que demanda la población. “Es tener derecho a una elección, a una sugerencia, este es un deber de uno como ciudadano de expresar lo que se necesita urbanamente”. Para él esta es la segunda elección en la que participa. 

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