Sin ayuda gubernamental y solo a través de autogestión, la Cantoría del maestro José Apolinar Cantor se ha convertido en una escuela de música que concentra a más de 100 estudiantes de diferentes edades, los cuales se forman de manera gratuita.

Maturín. “Yo enseño para salvar a los niños del ocio y la delincuencia”. La frase pertenece al maestro José Apolinar Cantor, quien por más de 60 años se ha dedicado a la música y a contribuir en la formación de talentos en La Cantoría de Maturín.

Las dificultades y el poco apoyo económico por parte del gobierno regional no han sido motivos para que Apolinar Cantor deje de formar a jóvenes en el mundo de la música. 

Hoy día La Cantoría de Maturín, la cual se sostiene bajo autogestión, tiene más de 100 estudiantes. Los jóvenes de esta institución pertenecen en su mayoría a sectores populares de la capital monaguense como: Pinto Salinas, Barrio Morichal, Los Cocos, Las Brisas y Boquerón.

La Cantoría, como decidió llamar a este espacio que reúne a niños, jóvenes y adultos, funciona en una casa que pertenecía a un partido político, la cual fue abandonada y luego cedida al maestro Cantor.

Entre paredes agrietadas, filtraciones, sin suficientes sillas y reparando instrumentos, Apolinar Cantor ha levantado esta academia de música intentando instruir a jóvenes y alejarlos de vicios y demás aspectos negativos de la sociedad.

La institución trabaja con un mundo de necesidades. La casa yo la he ido limpiando y recuperando poco a poco con apoyo de los representantes porque es una forma de enseñar y salvar a esos niños y jóvenes del ocio y de los vicios. Yo creo en cada uno de esos muchachos”, comenta.

El apoyo, por lo general, es enviado desde el extranjero por estudiantes que fueron parte de esta academia y que agradecen lo aprendido enviando donaciones para la reparación de violines, cuatros y otros instrumentos.

La Cantoría
La Cantoría de Maturín funciona en una casa con muchas limitaciones / Foto: Cortesía

La reparación de violines, violas y violonchelos se ha vuelto parte del ingenio del maestro, quien con hilo de coser y guayas de bicicleta ha logrado restaurar estos instrumentos para entregarlos a los estudiantes, quienes en su mayoría son de escasos recursos y no pueden adquirirlos. Reparar un violín puede costar alrededor de 60 dólares sin contar el precio del arco, que debe comprarse por separado. 

Yo le asigno instrumentos a los muchachos, pero las cosas han cambiado mucho. Antes yo compraba una cuerda en 1 bolívar, ahora eso es nada y una cuerda puede costar entre 3 y 5 dólares dependiendo de la calidad. Si no consigo cuerdas, utilizo guayas de bicicletas, las desarmo y con eso trabajo. También uso hilo de coser. No suena profesional, pero suena”, detalla.

José Apolinar Cantor sostiene que no puede detenerse mientras llega alguna ayuda pues los jóvenes necesitan cultivar su talento y, en la medida de sus posibilidades, le ofrecerá a los estudiantes las herramientas para que se desarrollen de manera gratuita en su institución.

No tenemos transporte y eso hace que los muchachos no asistan con regularidad. Pero en oportunidades nosotros en la bicicleta los llevamos hasta sus casas, varios muchachos de La Cantoría me ayudan. Le ponemos una parrilla a la bicicleta y los llevamos. Buscamos la manera de que asistan”, precisa.

Conociendo al maestro

José Apolinar Cantor, nacido en Mérida, inició estudios musicales desde temprana edad de la mano de su padre, por quien lleva su nombre.

En la ciudad de Maturín estudió en la Escuela de Música José Gabriel Núñez Romberg, siendo sus maestros Agapito Cifuentes, Felipe Ardizzone, Eugenio Gómez, entre otros.

Por su formación logró incorporarse en la Banda Oficial del estado Monagas para, posteriormente, viajar a Caracas para continuar estudios superiores de música en el Conservatorio José Ángel Lamas, donde ingresó a la Orquesta Sinfónica Experimental de Venezuela y en oportunidades se incluía en la Orquesta Sinfónica Nacional de Venezuela. 

En 1975 fundó el núcleo Monagas de la Orquesta Nacional Juvenil, asumiendo la dirección.

Apolinar Cantor se ha convertido en uno de los principales exponentes del Sistema Nacional de Orquestas y Coros de Venezuela en Monagas.


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