Las protestas y manifestaciones continúan en Venezuela a pesar del confinamiento que se mantiene para evitar el contagio de la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2, en particular aquellas para reclamar por la falta de servicios públicos como electricidad y agua.
Caracas. Más de dos meses han pasado desde que se decretara en Venezuela un estado de alarma y cuarentena para frenar el avance de la COVID-19, enfermedad que ya había contagiado a más de 541 personas para el 17 de mayo. Sin embargo, esto no ha evitado que se sigan generando protestas y manifestaciones en todo el territorio nacional aunque en mayor medida en comparación con el mismo período del año anterior.
De acuerdo con el Observatorio Venezolanos de Conflictividad Social (OVCS), en los meses de marzo y abril se ha registrado una caída con la cantidad de protestas con relación al mismo lapso del año 2019, de hecho, según la ONG, estos meses han registrado un descenso de más de 50 % con respecto al año pasado.
Para marzo y abril de este 2020, se han registrado en Venezuela 580 y 716 manifestaciones, respectivamente, contra las 2038 y 1963 que se observaron en el año 2019.
Las características de estas protestas, según los informes publicados por el OVCS, es que son principalmente protestas por derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (Desca), en comparación con aquellas que tienen su origen en el reclamo por derechos civiles y políticos (DCP). En las manifestaciones de abril, las protestas Desca representaron 87 % (un total de 620) mientras que aquellas por DCP solo 13 % (96).
Para Marco Antonio Ponce, director del OVCS, esto refleja la situación de malestar que existe en la población venezolana, la cual a pesar del riesgo que existe de contagio por la COVID-19, hace que las personas salgan de sus hogares a protestar.
“En el período de cuarentena hemos registrado ya más de 1000 protestas, esto pone en evidencia la desesperación de los venezolanos (…) En abril, particularmente, vimos que las protestas se generaron principalmente por gasolina, comida y, en los puntos más críticos, por la falta de gas doméstico”, explicó Ponce en una entrevista con Crónica.Uno.
En relación con la caída de las protestas de tilde político, el director explica que se debe sobre todo a la ausencia de llamados por parte de la dirigencia opositora que, a diferencia de otros meses y en el marco de la cuarentena, han optado por no organizar ni convocar manifestaciones de calle.
En un principio, la disminución que se observó en el mes de abril, que fue de 63 %, responde que a no se han hecho estos llamados a la protesta y esto ha disminuido la protesta política organizada (…) En el marco de la cuarentena las protestas ahora son espontáneas, son vecinos que cierran una calle porque no les está llegando un servicio como el agua o el gas”, explicó.
Agrega además que otro motor de las protestas ha sido la falta de alimentos y los pocos recursos que la ciudadanía tiene para poder acceder a estos, algo que se ve reflejado en los 32 intentos de saqueos que se generaron en Venezuela durante la segunda semana de abril.
“Se tiene que destacar los saqueos e intentos de saqueos que se vieron en abril, esto es reflejo de que la protesta no desaparece sino que se mantiene si lo que la origina no es solucionado”, comentó.
El director de la OVCS también destacó que, inclusive con el estado de alarma que atraviesa el país y en el que muchos recursos del Estado deben ser volcados a la prevención de la COVID-19, en Venezuela se ha observado cómo la respuesta a las protestas sigue siendo la represión, aun cuando el origen de la protesta responde al reclamo por algo tan básico como la comida.
La respuesta por parte de las autoridades sigue siendo la represión y el hostigamiento. En la cuarentena se ha asesinado a dos personas por protestar: un joven en el estado Bolívar el 23 de abril que protestaba por comida y otro en Mérida el 5 de mayo”, señaló Ponce.
En su opinión, la cantidad de protestas que han ocurrido refleja una política errada por parte de la administración de Nicolás Maduro al intentar una cuarentena tan intensa como la venezolana, mientras que la mayoría de la población no cuenta con los servicios más básicos a su disposición.
“Sin duda que intentar confinar a un país completo que no tiene alimentos ni acceso a los servicios básicos lo que genera es que la presión siga aumentando. Hemos visto lugares donde la gente, a pesar de la cuarentena, tiene que salir de sus casas para buscar alimentos, es una situación bastante difícil. Esta cuarentena ha sido una ventana para aumentar los mecanismos de control social”, dijo.
De acuerdo con lo señalado por Ponce, mientras no se resuelvan los problemas de fondo que generan las protestas por servicios básicos, las manifestaciones posiblemente se sigan repitiendo a pesar de la cuarentena en Venezuela.
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