Los altos precios cancelaron eventos que se llevaban a cabo tradicionalmente en honor a nuestra señora de Chiquinquirá, la patrona de los zulianos.

Maracaibo. Las tradiciones pasan a segundo plano durante la crisis económica que atraviesa el país en este momento. Los altos índices inflacionarios y la pérdida del poder adquisitivo del salario asfixian a las familias y las obliga a establecer marcadas prioridades. Este 17 de noviembre no “huele a feria”. El escape de la cotidianidad que ofrecían las fiestas en honor a nuestra señora de Chiquinquirá, la patrona de los zulianos, no se siente en las calles de Maracaibo que, por falta de recursos, suspendió algunas de sus actividades más emblemáticas para recibir el 18 de noviembre.

La ausencia de tarimas en plena calle, el festival de La Orquídea, la elección de una nueva reina de la feria y hasta el famoso encendido de luces de la avenida Bella Vista se hizo sentir este año. Eveling Trejo de Rosales, alcaldesa de Maracaibo, se excusó por no cumplir con la tradición de este último evento, que el año pasado le costó 80 millones de bolívares. “Preferimos usar ese dinero en comida y aguinaldos. En estos momentos de crisis es que uno debe pensar por el estómago y ponerse del lado de quienes necesitan”, manifestó la burgomaestre al programa Informativo Satelital.

“Ya no hay tanta variedad de actividades como antes. Todo lo bonito que había en noviembre por falta de presupuesto lo han ido eliminando”, afirma Daniela Tondi, coordinadora inmobiliaria, de 22 años. Anteriormente, se anotaba a cualquier actividad de la temporada, pero los altos costos y la inseguridad le impiden salir hoy de su casa.

“Es cada vez más peligroso salir a la calle un 17 de diciembre, el hampa se activa y hay gente borracha e inconsciente en la calle”. El año pasado asistió al amanecer de feria propuesto por el hotel Venetur, y pagó cerca de 12.000 bolívares por la entrada. Hoy, a pesar de que gana dos sueldos mínimos, no puede costear el ingreso que cotiza entre 35.000 y 45.000 bolívares.

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En otro albergue de la ciudad, en un evento sin artistas internacionales, las entradas se estiman entre 19.600 y 39.200 bolívares. Otra actividad con un par de cantantes de nacionalidad colombiana y dominicana tiene un precio de 50.000 bolívares la más barata y 80.000 bolívares las primeras mesas. Estos precios no incluyen el consumo interno.

Samantha Martínez, vendedora de celulares en un centro comercial marabino, describe las festividades de este año como “terriblemente tristes”. “No creo que me ‘enferie’, no tengo planes. No tengo dinero para gastar en hacer algo”. Años anteriores planeaba amaneceres en casas de sus amigos, pero la emigración de sus allegados cancela los planes de su opción económica.

El golpe avisa

Gilberto Gudiño Millán, presidente de la Unión Empresarial del Comercio y los Servicios del Estado Zulia (Ucez) estima una caída de 70 % de las ventas estimadas para las fiestas patronales: “El usuario que disfruta de este tipo de espacios no tiene la capacidad económica para afrontar el pago de los mismos y vemos una merma de la presencia de gente”.

“Los pocos ingresos de la familia van dirigidos a la compra de alimentos, es imposible que puedan salir a disfrutar a espacios que se tendían a desarrollar”. Por la falta de afluencia de clientes se ven afectados los comerciantes formales e informales que hacen vida en los espacios de la feria. El empresario considera que los resultados de la fiesta son una antesala a lo que podría ser la navidad de 2016.

Foto: Cortesía Basílica de la Chinita


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