Los bloques del 23 de Enero son obra del arquitecto Carlos Raúl Villanueva y de sus colaboradores Carlos Brando, Guido Bermúdez, José Manuel Mijares y José Hoffman. Estos edificios son icono de una parroquia cuya historia está ligada, desde sus inicios, con la política nacional.

Caracas. El sonido de las motos que suben y bajan, la salsa que suena constantemente desde las casas o apartamentos y los grandes bloques, son características de la parroquia 23 de Enero. Vivir en estas edificaciones tiene su lado negativo y positivo. Las problemáticas que reflejan en la actualidad tienen que ver con el olvido gubernamental y también con la mala convivencia entre vecinos.

Un mensaje que llegó al grupo de WhatsApp de los vecinos de un bloque decía que alguien se había meado frente a las puertas de los ascensores. Daniela* lo vio y se asomó por la ventana, pero ya era tarde. Quería salir y reclamarle a la persona que lo había hecho, sobre todo porque los ascensores están frente a su apartamento.

Malvivientes

Yo igual hice un video y lo mandé por el grupo. No puede ser posible que sean tan mal vivientes. Mientras Daniela hablaba sobre esta situación, un grupo de niños y niñas correteaba frente a su apartamento. La voz de Daniela se entremezclaba con los gritos y el correteo del pasillo.

Eso es todos los días. Los padres creen que los pasillos son parques infantiles y los mandan para acá para que jueguen como si nada. A veces tengo que salir y decirles que se vayan para otro lado.

Foto: Gleybert Asencio

El apartamento donde vive Daniela es alquilado. Lo habita desde hace aproximadamente dos años con su abuela, de 98 años de edad; una tía de 73 años y otros tres adultos más. Anteriormente vivía en otra zona del 23.

Los bloques del 23 de Enero tienen tres grandes pasillos. Son espacios amplios y abiertos, allí llegan los ascensores. Para bajar o subir a otros pisos, los vecinos deben utilizar las escaleras, que son más reducidas y no suelen tener buena iluminación.

Foto: Gleybert Asencio
Un poco de historia

Los bloques del 23 de Enero son edificaciones residenciales grandes y cuadriculadas, con un estilo arquitectónico entre lo moderno y brutalista, obra del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, y de sus colaboradores Carlos Brando, Guido Bermúdez, José Manuel Mijares y José Hoffman. Estos bloques son iconos de una parroquia caraqueña cuya historia ha estado ligada, desde sus inicios, con la política nacional.

Esta zona, ubicada al noroeste de Caracas, primero se llamó Urbanización 2 de diciembre, por ser la fecha de ascenso a la presidencia del dictador Marcos Pérez Jiménez. Luego el presidente Rómulo Betancourt le cambió el nombre en conmemoración del día en que Pérez Jiménez fue derrocado, hace 66 años. Este marte 23 de enero, la parroquia lo celebra en medio de problemas de convivencia y la desmejora de los servicios básicos en el país.

Foto: Gleybert Asencio
Algunos de los problemas internos

Ahora en el 23 de Enero resalta la presencia oficialista, a través de distintas formas, ya sea en un mural o por la presencia de grupos de choques del Gobierno. Sin embargo, en los últimos años, los planes de recuperación de la ciudad no han logrado abarcar a los 38 bloques que comprenden la parroquia, los cuales tienen entre 150 y 450 apartamentos.

Hay veces que las personas de la comisión de servicio está limpiando la parte de al frente de los bloques y hay gente que les lanza basura. Aquí no hay respeto entre vecinos, contó Daniela.

Foto: Ivanna Laura

Ese tipo de comportamiento, como orinar en los pasillos o lanzar comida desde las ventanas de los apartamentos, sucede con cierta regularidad al menos en el bloque en donde vive Daniela, una vecina de toda la vida de la parroquia 23 de Enero.

Las tejas de las ventanas del apartamento en donde vive Daniela están corroídas debido a la constante caída de desechos, que botan los vecinos de apartamentos de pisos que están por encima.

Foto: Gleybert Asencio

Lo mismo pasa con los bajantes, que aunque están en buen estado, hay vecinos que los utilizan para meter la manguera de la lavadora y botar el agua por allí o para botar desechos. Eso complica la recolección de la basura, ya que todo eso suele quedar esparcido en la parte de atrás de los bloques en donde están los contenedores de basura.

La idea de los bajantes es que los vecinos boten las bolsas de basura selladas, no que si estás picando un pollo, botes los desechos por ahí. No entran en conciencia de que hay que evitar perjudicar a los vecinos.

Los ascensores

Otro problema suele ser el funcionamiento de los ascensores. En el bloque donde vive Daniela solo funciona un ascensor de cuatro. Esto está sucediendo desde hace al menos cinco años.

A veces se roban las piezas de los ascensores. La comisión de servicios vive recordando que hay que cuidar el único (habilitado) que nos queda, dijo Daniela.

En 2014, el gobierno creó la fiesta del ascensor, un proyecto que, según datos oficiales, sirvió para instalar unos 500 nuevos ascensores en los bloques del 23 de Enero.

En estos bloques hay comisiones de servicio, el equivalente a una junta de condominio. Estas comisiones están conformadas por miembros de los consejos comunales que hay en cada bloque. Estos se encargan del cobro del condominio, que en el bloque donde vive Daniela es el equivalente a dos dólares, y también de cuotas especiales que suelen ser para ciertas reparaciones.

Foto: Gleybert Asencio
Los proyectos de rehabilitación

La pintura de algunos bloques están completamente levantadas (sobre los que están en las partes más altas de la parroquia), ya sea por problemas de humedad o por la cantidad de años.

Ha habido varios proyectos de rehabilitación en los últimos 25 años. En 2012, cuando Jorge Rodríguez era alcalde de Libertador, anunció la rehabilitación de todos los bloques de la parroquia y para ello asignó un aproximado de 300.000 dólares.

Luego en 2015, la Gran Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor, intervino en el bloque 7, pero estos arreglos estuvieron a cargo de albañiles de la propia comunidad y el Gobierno aportó materiales. Este proyecto no cubrió a todos los bloques de la parroquia.

En 2022, Maduro anunció que el proyecto Bricomiles se encargaría de la rehabilitación integral de los bloques del 23 de Enero.

En la actualidad, la fachada de algunos bloques ha sido pintada de amarillo y rojo. Pero estas rehabilitaciones han sido lentas y son pocos los bloques que tienen esta nueva combinación de colores.

La basura

María* no abre las ventanas de su apartamento, en un piso tres, para evitar que entren las cucarachas. En las orillas de estas ventanas suele echar un polvo que mata insectos porque es común que encuentre a estos animales en su casa. Además no abre las ventanas para que no entre el olor a basura. Ese mismo olor llega al apartamento de Daniela, a pesar de que vive en un piso 12.

Si María abre las ventanas también es muy probable que entren moscas. Esto se debe a que la parte de atrás de la mayoría de los bloques del 23 tienen montones de basura esparcida, a pesar de que los bajantes funcionan.

Es demasiado común que la gente bote las bolsas de basura o cualquier cantidad de cosas por las ventanas, dijo María.

Foto: Ivanna Laura

La basura se acumula debido a que el camión del aseo suele parar cada cuatro o cinco días, según vecinos.

En una ocasión (los encargados de recolectar los desechos) dijeron que les pagaban más según la cantidad de desechos, por eso los dejaban acumular hasta una semana y media o dos, era horrible. Ahora están viniendo cada cuatro o cinco días, que igual es terrible, comentó María.

En estas zonas se ha vuelto regular ver ratas y ratones. María cuenta que aunque estos no suelen llegar a los apartamentos, sí es común verlas en la planta baja y en las áreas comunes de los bloques.

Con el surgimiento de nuevos comercios alrededor de los bloques, muchos de ellos de venta de comida, también es común ver a estos roedores cerca de los comercios y en la vía pública.

Foto: Ivanna Laura
Otros servicios

Sobre el tema del servicio de electricidad y de agua potable, Ana* cuenta que al menos en su bloque el agua se va entre jueves y viernes y regresa entre lunes y martes, pero esto puede variar según cada sector de la parroquia.

A pesar de todo, estos servicios no fallan tanto como en otras zonas de Caracas, dijo Ana, aunque recordó que hace unos 10 años el agua no se iba ningún día y que los cortes de luz eran algo que no ocurría allí.

Con respecto a la electricidad, en el mismo bloque donde vive Ana hubo un corte eléctrico que duró más de nueve horas y que se debió a una falla en la zona.

Dicha falla también afectó a otros bloques y barrios cercanos. Pero estás fallas se han vuelto cada vez más frecuentes. El 26 de diciembre de 2023 también hubo otro corte del servicio que duró casi 24 horas.

(*) Los nombres son ficticios por medidas de protección a los entrevistados.

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