La opacidad del Gobierno impide aclarar detención del diputado Juan Guaidó

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La analista militar, Rocío San Miguel, afirmó que el suceso puso de relieve “la injerencia” de los hermanos Rodríguez en el sistema de inteligencia militar. Además de la versión oficial sobre el hecho, existen diversas teorías externas. La ocurrencia de órdenes y contraórdenes no es nueva en un cuerpo cuyo control comparten políticos y militares pertenecientes a diferentes grupos de poder.

Caracas. 45 minutos duró la detención arbitraria del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela (AN), Juan Guaidó (VP) este domingo 13 de enero por parte de efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Es lo único que sabe a ciencia cierta la opinión pública hasta el momento. Del resto, dos versiones oficiales: la del Gobierno y la de Guaidó; y media docena de versiones extraoficiales.

Además, varios hechos alrededor de este suceso llaman la atención.

Primero —hasta el momento de publicación de esta nota— mientras la fiscal general en el exilio, Luisa Ortega Díaz, calificó de inmediato el suceso como una detención arbitraria, el fiscal general designado a dedo por la Constituyente del PSUV, Tarek William Saab no ha aparecido públicamente. Su reacción sería pertinente porque el comunicado del Gobierno dice que los funcionarios actuantes fueron puestos a la orden de la Fiscalía 126 de Caracas y porque el suceso podría implicar la ejecución de varios delitos penales:

  • Uno, que un diputado fue detenido sin aplicación del artículo 200 constitucional.
  • Dos, que según quien ocupa el Ministerio de Comunicación, Jorge Rodríguez, fue “practicada en forma arbitraria por funcionarios del Sebin”.
  • Tres, que nunca le fue mostrada al diputado una orden de captura emanada de un tribunal a solicitud de un fiscal, tal como ordena la Ley.
  • Cuatro, que el diputado estuvo desaparecido durante un lapso de tiempo considerable.
  • Cinco, que un grupo de funcionarios encapuchados —cosa prohibida por la ley— y con armas largas practicaron la detención.

Segundo, desde 2012, el Sebin está adscrito a la Vicepresidencia Ejecutiva de la República, ocupada hoy por Delcy Rodríguez, pero no fue ella quien ofreció la versión oficial, sino su hermano, el ministro Jorge Rodríguez. Tampoco habló ni ha hablado el director del Sebin designado el pasado mes de octubre, Christopher Figueroa. Por otra parte, Néstor Reverol (Ministerio del Interior), que en otras ocasiones ha declarado cuando se trata de determinadas actuaciones policiales conjuntas, guarda silencio.

Tres, el funcionario que de acuerdo con la versión de Jorge Rodríguez, encabezó la operación, Hildemaro José Rodríguez Mucura, trabaja en el Sebin desde el año 2000, según la información disponible en la página del IVSS. En otras palabras, es un funcionario “de carrera” en la policía política que entró a ese cuerpo de seguridad cuando aún se denominaba Disip, casi a la par de la llegada al poder de Hugo Chávez, y actualmente ostentaba el cargo de comisario. Llama la atención que en el comunicado oficial del despacho de Rodríguez se señalara que esta persona era investigada por “presuntos nexos con la derecha”.

Cuatro, durante su alocución de este 14 de enero desde el Palacio Federal, Nicolás Maduro dijo que estos funcionarios del Sebin actuaron de “manera extraña”, y amenazó con mano de hierro a todo el que traicione el “juramento público”. Se entiende que se refería al juramento de lealtad de los militares a su persona del pasado 10-E.

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Y por último, horas antes del suceso, tres altos dirigentes del PSUV publicaron mensajes en Twitter que parecen referirse a un inminente cese de Guaidó en su cargo. El 11 de enero a las 4:05 p. m., Francisco Ameliach publicó: “Todo indica que @edgarzambranoad será el próximo presidente de la AN en desacato. El ignoto le cede el cargo para que AD logre el cese del desacato. Ya se adelantan conversaciones”.

Una hora más tarde, a las 5:16 p. m., Iris Varela señala en la misma red social: “Guaidó ya te acomodé la celda, con tu respectivo uniforme, espero que nombres rápidamente a tu gabinete para saber quienes te van a acompañar “muchacho pajúo” (sic). Y un día antes de la detención arbitraria, el 12 de enero a las 5:30 p. m., el primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, escribió: “Al nombrar en la ilegitima AN a un personaje gris, desconocido, sin liderazgo, se sabía q era desechable, hoy le masajean su ego y se deja, a Guaidó lo invitan al festín de las hienas, ni se imagina que él es el plato principal. Y nosotros venceremos!!” (sic).

Debilidades, desaciertos y errores

Momento cuando funcionarios del Sebin detuvieron a Guaidó en la autopista Caracas La Guaira. Foto: cortesía Voluntad Popular

A juicio de la experta en temas militares, Rocío San Miguel, el suceso dejó en evidencia debilidades, desaciertos y errores inconcebibles para un sistema de inteligencia político-policial.

Quedó reflejado un sistema errático de toma de decisiones que, en mi opinión, tenderá a intensificarse en adelante, con la fecha del 10-E como hito clave. Parecen existir partes que no están engranadas. Me llama la atención la injerencia de los hermanos Rodríguez en el sistema nacional de inteligencia y contrainteligencia. Esto causa malestar creciente en las FANB. Toda esta situación habla claramente del conflicto interno que existe alrededor del poder de Maduro, aunque de ninguna manera signifique la ruptura o desplome del Gobierno, aclaró.

A San Miguel también le llama la atención el silencio de Saab, un “fiscal que es ganado a tener protagonismo estelar en casos políticos”. Su conclusión es que el nivel de opacidad sobre las acciones del poder es creciente: Aquí hubo un hecho penal: una privación ilegal de la libertad, una violación de la Constitución en los términos de la inmunidad y puede haber otros delitos que pueden calificarse de desaparición, secuestro, etc..

Además del anonimato del supuesto fiscal designado para el caso, a la experta en asuntos militares le parece curioso que hasta el momento tampoco se conozcan los nombres o cargos de los otros implicados. Para ella, la inculpación inmediata de Rodríguez Múcura tiene una explicación:

En este país es muy fácil sacrificar a cualquier funcionario de inteligencia. El grado de autoritarismo es tan alto y la disposición a violar la norma es tan grave que al poder no le importa mucho sacrificar a los funcionarios. Eso es bueno que lo sepan los funcionarios. Eso pasa cuando las legitimidades de las personas en el poder se pierden.

San Miguel no descarta que como consecuencia de este y otros hechos similares que analizaremos más adelante en este texto, el sistema de inteligencia sufra un reordenamiento: Creo que veremos cada vez más una centralización del sistema de inteligencia bajo comando de Casa Militar y la Dgcim, ambos al mando de Iván Hernández Dala, o sea, de Maduro. Creo que Maduro va a recoger más todo el sistema de inteligencia en torno a Miraflores y se incrementará la injerencia y dirección cubana, porque el control de la inteligencia militar ya se está convirtiendo en un problema existencial para Maduro y su permanencia en el poder.

La edad de Guaidó

Rocío Sanmiguel opina que la oficialidad de la fuerza armada tiene elementos de identidad con Guaidó. Foto: Luis Morillo

El presidente de la AN, Juan Guaidó, tiene 35 años. Cuando llegó Chávez al Poder, tan solo tenía 15. Igual que el grueso de la oficialidad de la Fuerza Armada. En opinión de San Miguel “el sistema político militar venezolano no estaba preparado para el profundo impacto que ha causado la imagen de Guaidó” en ambos lados del espectro político y en el sector militar.

Es un proceso interesante de seguir. Guaidó es lo más parecido, en edad, al mayor número de la oficialidad actual. Hay un elemento de identidad interesante para la oficialidad militar. En sus modales, en su léxico, en su edad, en su procedencia, el hecho de tener ascendencia militar en su abuelo. Esos elementos son poderosos para una institución donde los símbolos son elementos importantes de cohesión y solidaridad, afirmó.

Ese elemento de identidad, sumado a la crisis de poder que San Miguel percibe alrededor de Maduro, nutren el temor a una traición y justifican actos no previstos en la Constitución, como el juramento de lealtad mutua entre Maduro y los militares del pasado 10-E.

Hay miedo. Es un sistema que ha entrado en una profunda inestabilidad a partir del 10-E con variables como la inconstitucionalidad, la ilegitimidad, la crisis económica, la presión internacional y la presión nacional. Hay un conflicto interno sobre el proceso de toma de decisiones. Esta situación de órdenes y contraórdenes las seguiremos viendo, indicó.

Finalmente, lanzó un alerta sobre el abuso de las teorías de conspiraciones en que ha comenzado a incurrir el Gobierno. Aunque no es nuevo el tratar de vincular a la oposición y a supuestos “funcionarios traidores” con la comisión de delitos contra la revolución, San Miguel advierte:

El Gobierno está fabricando sus propias teorías de conspiraciones que ya no solo usa contra los opositores y el enemigo externo sino para amenazar a la columna vertebral que lo sostiene, que es la fuerza armada y el sistema nacional de inteligencia y contrainteligencia. Eso es un riesgo.

Muchas teorías, pocas certezas

Además de la versión oficial del suceso y de la versión de Guaidó, la especulación y rumores sobre lo que realmente ocurrió no se han hecho esperar, pero el hermetismo y opacidad con que funciona el servicio de inteligencia aleja a los ciudadanos de la verdad.

El periodista Eligio Rojas aseguró en su cuenta Twitter que “el general (GNB) Ramon Balza Liota, director de Contrainteligencia del Sebin, fue el que presuntamente ordenó la operación para detener al diputado Juan Guaidó”.

Una fuente vinculada a funcionarios del Sebin, consultada por Crónica.Uno, afirmó taxativamente: La orden de la detención fue de Diosdado Cabello, luego de que el 10-E Maduro se refiriera al carácter plenipotenciario y todopoderoso de la ANC. Cabello se lo tomó en serio y dio la orden de la detención. Maduro dio la contraorden, porque sabe que eso socavaría más su cuestionada legitimidad.

Otra fuente consultada, que también solicitó el anonimato, ofreció otra versión: La orden la dio directamente la vicepresidenta Delcy Rodríguez al director de contrainteligencia del Sebin, Ramón Balza Liota. Cabe destacar que este funcionario fue agregado militar en Cuba y fue jefe de Investigación Penal y Criminalística de la Dgcim.

La periodista Mariana Reyes aseguró en su cuenta Twitter: “Funcionarios que actuaron en detención de @jguaido pertenecen a la recién creada unidad de Coordinación de Operaciones Especiales (COES), adscrita a la dirección de contrainteligencia del Sebin, bajo el mando del GD (GN) Ramón Balza Liotta, subalterno y pupilo de @NestorReverol”.

Otra teoría señala que la orden de la detención provino de Gustavo González López, quien desde el 9 de enero ocupa el cargo de asesor presidencial en materia de inteligencia militar. Sin embargo, consultada puntualmente sobre esta última teoría, Rocío San Miguel sostuvo: Los asesores presidenciales no suelen tener influencia en los niveles operativos de la administración pública. Tiene una oficina, pero si no está dentro de la unidad de inteligencia, no tiene influencia. Pienso que el reenganche de González López busca más bien apaciguar las dudas sobre su destino y desmontar la hipótesis del magistrado Christian Zerpa que dijo que estaba desaparecido.

 ¿Quiénes son los responsables del Sebin?

Como ya se mencionó, el Sebin pasó de manos del Ministerio del Interior al control de la Vicepresidencia Ejecutiva el 6 de diciembre de 2012, mediante decreto 9.308 publicado en Gaceta Oficial 40.666.

Desde entonces, la Vicepresidencia y, por ende, el Sebin, ha sido responsabilidad de Nicolás Maduro (diciembre de 2012 y marzo de 2013), Jorge Arreaza (2013-2016), Aristóbulo Istúriz (2016-2017), Tareck El Aissami (2017-2018) y Delcy Rodríguez, desde 2018 al día de hoy.

Si bien todos los vicepresidentes han sido fichas de Nicolás Maduro, en el lapso comprendido entre 2012 y el presente, la dirección operativa del Sebin ha estado en manos de figuras cercanas a Diosdado Cabello: Miguel Rodríguez Torres hasta enero de 2014, Manuel Bernal Martínez entre enero y febrero de ese año, Gustavo González López desde 2014 hasta 2018, y el recién designado Manuel Cristopher Figuera.

No es primera vez

El 9 de enero, González López juró para su nuevo cargo como asesor de inteligencia de la presidencia. Foto: cortesía @ViceVenezuela

Desde la llegada de Maduro al poder en el año 2013, se han registrado otras situaciones de errática respuesta, supuesto incumplimiento de órdenes, muerte de reclusos bajo su custodia o “actuaciones autónomas” por parte de funcionarios del Sebin, lo cual, a juicio de San Miguel, empeoró desde el atentado frustrado contra Maduro el pasado agosto de 2018.

El 14 de febrero de 2014, siendo director Bernal Martínez y Rodríguez Torres, ministro del Interior, una comisión del Sebin fue fotografiada y grabada efectuando disparos en la esquina de Tracabordo, donde cayó asesinado el joven Basil Da Costa y el colectivo Juan Montoya. Dos días después, Nicolás Maduro aseguró que los funcionarios del Sebin estaban detenidos por haber incumplido órdenes de acuartelarse y no salir el día 14: “Yo mandé a acuartelar al Sebin en la madrugada”, afirmó Maduro, pero los 6 funcionarios detenidos por el suceso no obedecieron la orden presidencial.

El 12 de marzo de 2015, siendo director González López, el preso político Rodolfo González, el aviador, fue encontrado muerto en una celda del Helicoide. “Se presume que se ahorcó”, dijo González López y negó la versión de que el hombre de 63 años había sido torturado psicológicamente y amenazado por los efectivos bajo su mando.

El 4 de agosto de 2018, dos artefactos explotan durante un acto de Nicolás Maduro, sus ministros y alto mando militar en Caracas. El fallo de seguridad de Casa Militar, el Sebin y la Dgcim costaron heridas a varios efectivos castrenses.

El 8 de octubre de 2018, el concejal de Caracas por Primero Justicia, Fernando Albán, cae por una ventana desde el piso 10 del Sebin en Plaza Venezuela, durante su detención. Funcionarios del MP intentaron entrar al sitio, pero según la periodista Sebastiana Barráez, González López les negó el acceso. El Gobierno dio al menos tres versiones diferentes sobre el suceso que aún sigue bajo investigación.

El 26 de octubre de 2018, varios periodistas de la fuente policial y militar informaron que una comisión del Sebin detuvo a la caravana presidencial en la autopista Francisco Fajardo de Caracas: “Funcionarios de Casa Militar y del Sebin se apuntan, hay un momento tenso. Inicialmente, se creía que Nicolás Maduro no iba en el vehículo presidencial, pero posteriormente se supo que el alto funcionario sí vivió la álgida situación y que de ello resultaron varios sebines detenidos”, dice Sebastiana Barráez en su blog. Cuatro días después, González López es destituido del cargo y suplantado por Manuel Ricardo Christopher Figuera.

El 7 de enero de 2019, González López fue designado como consejero de seguridad e inteligencia de Miraflores y al día siguiente fue juramentado por quien ocupa la vicepresidencia, Delcy Rodríguez.

El 13 de enero de 2019 una comisión del Sebin detiene sin orden judicial al diputado Juan Guaidó mientras otra comisión detiene a dos periodistas internacionales que daban cobertura al suceso. Transcurridos unos 45 minutos, todos fueron dejados en libertad.


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