La conocida escultura de Luis Alfredo Ramírez en el espejo central de la plaza Diego Ibarra, llamada “La Aguja”, sigue sin mostrar su show de luces y agua. Esta situación viene desde el año pasado junto a otras fuentes emblemáticas que dejaron de funcionar por falta de mantenimiento.

Caracas. La jardinería sigue seca, los espejos de agua aún no funcionan, las esculturas están en mal estado y la mendicidad no ha desaparecido en la plaza Madariaga de El Paraíso. Algunos vecinos, acostumbrados o no por la situación, siguen frecuentando la zona y buscan hacer ejercicio o incluso distraerse.

Luis Enrique García, de 71 años de edad, relató que tiene 20 años viviendo en El Paraíso y desde entonces ha visto como la plaza Madariaga se ha ido deteriorando. Mientras tapaba su pie de alguna infección, aseguró que en muy pocas ocasiones ve a trabajadores de la Alcaldía de Caracas realizando trabajos de limpieza y apuntó que la seguridad en la zona es regular, a pesar de que al frente está la Comandancia General de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

Donde debería haber fuentes de agua entonces lo usan como baño. Todo está sucio. No me gusta, pero estoy acostumbrado a que sea así, agregó Luis Enrique.

Se puede comparar en las siguientes gráficas captadas por Crónica.Uno en 2019 y 2020 que el deterioro permanece.

Plaza Madariaga de El Paraíso / Foto: 1° de julio de 2019 / Tairy Gamboa.
Plaza Madariaga de El Paraíso / Foto: 22 de enero de 2020 / Tairy Gamboa.

Algunos de los vecinos que suelen ir a la plaza para distraerse han disminuido sus visitas por temor a grupos de jóvenes entre 13 y 24 años que están en situación de calle y frecuentan el sector.

La plaza Madariaga fue inaugurada para el primer centenario de la Declaración de la Independencia durante el gobierno de Juan Vicente Gómez, en honor al prócer nacido en Chile, José Cortés de Madariaga. Los ciudadanos que habitan en el sector exigieron que sea respetado este espacio histórico de la comunidad y que se les garantice la limpieza, seguridad e iluminación. 

Foto: Tairy Gamboa
La Aguja sigue sin funcionar

La plaza Diego Ibarra, ubicada en el casco central de la capital, no está tan sucia. Trabajadores de Chamba Juvenil declararon a Crónica.Uno que “con poco” pueden mantener el sitio al menos libre de desechos sólidos. Sin embargo, denunciaron que no reciben dotaciones de insumos como guantes, tapabocas y bolsas, lo que dificulta su trabajo diario.

“Nuestros implementos son la escoba, la pala y el pote de basura, más nada”, dijo Yajaira Hernández. El resto de sus compañeras afirmaron que todos los días salen a trabajar en esa zona para barrer tanto la plaza, como las calles adyacentes.

Además, la conocida escultura de Luis Alfredo Ramírez en el espejo central llamada “La Aguja” sigue sin mostrar su show de luces y agua. Esta problemática viene desde el año pasado junto a otras fuentes emblemáticas que dejaron de funcionar por falta de mantenimiento. En las siguientes gráficas se constata que la situación no ha cambiado desde el año pasado hasta ahora.

“La Aguja” / Foto: 1° de julio de 2019 / Tairy Gamboa
“La Aguja” / Foto: 22 de enero de 2020 / Tairy Gamboa
El descuido

“Desde que comencé a estudiar en la Universidad Central de Venezuela en el año 1999, la plaza en el día es muy frecuentada por estudiantes y en la noche se vuelve un espacio donde hacen vida las personas que están en situación de calle”, contó Yanuva León de 36 años, en la plaza Las Tres Gracias, ubicada al extremo del paseo Los Símbolos.

El espejo de agua se encuentra seco, y para algunas personas resulta “mejor”, debido a que en otras oportunidades ha estado rodeado de aguas verdes o hay grupos de niños que se bañan allí. Arquitectónicamente es muy bella, pero es un problema estructural de rescatar a esas personas que hacen vida en la noche, opinó Yanuva.

A las papeleras no les cabe una basura más, los faros están prendidos durante el día y en la parte de los bancos hay restos de ropa, comida y heces humanas. Esta situación es incómoda para los usuarios que esperan el Metrobús con dirección a Santa Mónica al frente de la plaza.

En mis tiempos de universitaria esto era zona roja, especialmente por un barrio que había cerca, añadió.

El espejo de agua de Las Tres Gracias evidencia el descuido. Foto: Tairy Gamboa
El Venerable embellece la plaza Candelaria

En contraste con el resto del recorrido, los vecinos que frecuentan la plaza Candelaria tienen mejores ánimos. Algunos hacen ejercicio, juegan dominó y otros se sientan a conversar. Sin embargo, no son ajenos a la crisis de agua y constantes fallas eléctricas que padecen en sus hogares. “También tenemos derecho a divertirnos”, se escucha de una conversación entre dos señoras mayores.

Justo al frente de la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, el artista plástico de 71 años, Karel Bermúdez, está pintando un mural que cuenta la vida de José Gregorio Hernández y se espera que esté listo para el próximo 31 de enero. Bermúdez comentó que la inauguración contará con la bendición del párroco del templo donde reposan los restos mortales del Venerable.

Karel Bermúdez hace un homenaje a la vida de José Gregorio Hernández en la plaza Candelaria. Foto: Tairy Gamboa

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