Libreros en Maturín resisten ante una crisis económica y educativa con una caída de 70% de las ventas

Libreros Maturín

El poco poder adquisitivo derivado de la crisis económica de Venezuela se ha convertido en una piedra de tranca para los lectores en Maturín, una ciudad donde las opciones para adquirir libros son cada vez menos y la educación y hábitos de lectura se ponen en tela de juicio.

Maturín. Al lado de la plaza Rómulo Gallegos de Maturín está Ricardo Palomo, en una mesa con mantel blanco donde exhibe sus libros usados para quienes deseen adquirir un ejemplar. En el centro de la ciudad es el único librero. 

En Maturín el acceso a la lectura y a libros en físico se ha vuelto cada vez más difícil. Los espacios donde se ofertaban ejemplares han sido cerrados por la crisis económica que atraviesa Venezuela.

Los ejemplares que vende Ricardo pueden costar entre 10 bolívares hasta 30 dólares, dependiendo el autor y el material. Palomo, como es conocido popularmente, se ha empeñado en hacer este aporte a la sociedad desde el mundo de la lectura.

Palomo es extrabajador de la industria petrolera, dedicó 27 años de su vida a trabajar con empresas asociadas a Pdvsa. El declive de la industria lo dejó desempleado y al buscar alternativas para generar ingresos encontró en los libros más que una opción, una forma de educar y aportar.

“Nos han cerrado las librerías y las bibliotecas, nos han cerrado los espacios de cultura y enseñanza, los espacios de crecimiento en el país y, en especial, en Monagas. Aquí no tenemos acceso a una biblioteca porque la única que tenemos es la del Estado y no reúne las condiciones porque la mayoría de los libros que necesitamos no están en su stock e incluso los horarios no son los más indicados para los usuarios”, precisó Palomo.

Libreros Maturín
Foto: Natacha Sánchez

El librero vende libros usados los cuales le son entregados por consignación. “Mis libros son libros usados que vende la familia por la misma necesidad de paliar la situación económica, lo que llamamos la venta pública. Aquí hay libros desde 10 bolívares como también se puede conseguir un diccionario médico Zamora en 25 o 30 dólares”, detalló.

Palomo tiene casi un año en este lugar, justo en frente de un banco que cerró. Pone su mesa desde las 6:30 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde. Llegó a este espacio luego de que el gobierno regional lo expulsara de los alrededores del Instituto de la Cultura del estado Monagas (ICUM) por ser un comerciante informal.

Estuve casi ocho meses en el edificio del ICUM y me sacaron abruptamente porque yo era un “buhonero”. Bueno, yo soy el buhonero de los libros y estoy muy feliz por eso, porque esta no es mi profesión, yo soy técnico petrolero. Para mí vender libros es fascinante porque de alguna manera estoy luchando por la cultura y la enseñanza”, sentenció.

Actualmente Palomo tiene más de 3000 ejemplares y 300 en exhibición, además en caso de no tener el libro en existencia, ofrece a los clientes la posibilidad de solicitarlos con otros libreros del país. 

Comentó que recientemente los fiscales de la Alcaldía de Maturín han intentado retirarlo de este espacio; sin embargo, los comerciantes cercanos e incluso clientes lo han impedido por el trabajo que desempeña.

Para mí es una belleza ver a una persona hojear un libro. Hay que inculcar la lectura porque la lectura nos hace libres y felices”, expresó.

70 % de las ventas han bajado

En Maturín solo hay tres librerías disponibles. Pero también el poco poder adquisitivo se ha convertido en una piedra de tranca para los amantes de la lectura.

Alfredo León, propietario de la librería da Vinci en el centro comercial Petroriente, asegura que la crisis económica ha sido determinante para que las librerías cierren. También explica que después con la pandemia muchas personas se refugiaron en el internet.

Libros Monagas
Foto: Natacha Sánchez

“Hay que considerar que este es un país atípico porque tenemos una crisis económica que se intensificó con la pandemia, y esto lógicamente afectó las editoriales y, a su vez, las librerías. Las editoriales como no tenían para comprar papel, tinta y pagar los derechos de autor muchas de ellas quedaron en una situación muy problemática y quebraron”, detalló León.

El librero comenta que las personas han dejado de leer porque no había editoriales que suministraran libros. 

“Desde hace cuatro años yo no vendo un libro de Química o de Cálculo. Eso es una alarma porque la gente no está leyendo los libros y los pocos que leen lo están haciendo por internet. ¿Que hay personas que vienen? Sí vienen, pero con un poder adquisitivo muy bajo y cuando ven los precios compran lo más barato o no compran”, precisó.

León indica que a pesar de que tiene la librería surtida no cuenta con un stock grande porque ya no hacen pedidos de varios ejemplares por autor, es decir, por cada autor piden solo dos ejemplares.

Antes yo pedía de 10 a 20 ejemplares y se vendían, ahora eso me queda ahí.  Por ejemplo, yo antes pedía más de 10 libros de Cien Años de Soledad o Memorias de Mamá Blanca, pero ahorita los muchachos no están comprando eso”, contó.

Alfredo León tiene 21 años con su librería y conoce de cerca lo que le gusta leer a la juventud y la crisis educativa que atraviesa el país, donde el hábito de lectura ha quedado de lado para dar paso a las redes sociales. León también es ex trabajador de la industria petrolera, dedicó 35 años de su vida  a esto y vio en los libros una forma de educar y hacer negocio.

Sostiene que en los últimos años la venta de libros ha disminuido en un 70 % porque son muy pocas las personas que acuden a comprar libros en físico.

¿Qué leen los jóvenes?

León asegura que el género de novelas ha quedado atrás, los jóvenes que hoy tienen hábitos de lectura buscan historias de la reconocida aplicación Wattpad, los cuales son impresos para cautivar a las nuevas generaciones.

Wattpad es una plataforma de literatura en la que los usuarios pueden leer y escribir historias originales para eliminar barreras entre lectores y escritores.

“El ramo está concentrado básicamente en libros infantiles y la plataforma de Wattpad, eso es lo que está vendiendo ahorita. Estos libros tienen un costo de 20 a 25 dólares. Son libros más o menos gruesos, nuevos, traídos de afuera. Eso se refleja en el precio y aunque hay gente que no tienen el poder adquisitivo igual siguen saliendo”, comentó.

Lectores intercambian o recurren a PDF

El equipo de Cronica.Uno consultó con varias personas con hábitos de lectura en Maturín y todos coincidieron en que cada vez se hace más complicado adquirir un libro en la ciudad por las pocas opciones disponibles. Acostumbran a intercambiarlos en grupos de lectura o recurren al formato digital.

“Buscarlo en PDF es una opción. Lo otro es preguntar entre conocidos a ver quién lo tiene y me lo puede prestar, porque prefiero el libro en físico, allí de verdad te tomas el tiempo para leer y la idea es olvidarse un poco de la tecnología. Por PDF es un rollo porque llegan notificaciones al teléfono y te distraes”, comentó Sheillin Pineda.

Hay quienes incluso tienen un presupuesto un poco más amplio y los compran por páginas como Amazon, pero no es lo más común.

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