El techo de una vivienda ubicada en pleno centro de la ciudad y que data del año 1898, colapsó y la familia González fue evacuada. Los hermanos Escalona, tres docentes jubilados, temen que su vieja casa ubicada en el barrio El Carmen, también ceda ante las lluvias.
Maracay. La señora Aura González se estaba bañando cuando oyó un estruendo. Su hermano, paciente diabético, apenas pudo gritar y correr hacia la parte delantera de la vivienda. Segundos después, gran parte del techo se desplomó.
Había llovido mucho durante la noche del miércoles 31 de mayo y la casa, ubicada en la calle Vargas, pleno centro de Maracay y que data de 1898, cedió ante la fuerza de las aguas.
Las autoridades de Protección Civil y Bomberos, procedieron a la evacuación inmediata de las personas que se encontraban en la vivienda, mientras que los demás miembros de la familia, no pudieron rescatar nada de lo que quedó tapiado.
“La casa estaba sentida por las lluvias y dentro caía tierra. Esa noche nos llevaron a casa de mi hermano y el alcalde nos apoyó con comida, medicinas, agua, una silla de ruedas y se comprometieron a reconstruir la vivienda”, cuenta González.
La parte más comprometida de la vivienda ya fue demolida, según confirma Aleska Tovar, sobrina de la señora González y quien perdió prácticamente todo lo que tenía en su habitación.
Con este mismo riesgo viven los hermanos Escalona, tres adultos mayores y docentes jubilados residenciados en una vieja casa de adobe ubicada en la calle Brión del Barrio El Carmen de Maracay.
Con las lluvias caídas en los últimos días, temen que la vivienda termine de caerse.
Esta casa presenta un deterioro total por los años de construcción y nos hemos dirigido a distintos organismos del Estado sin respuesta. Somos educadores jubilados y no tenemos recursos”, solicita Noé Escalona.
La casa data de 1920, su techo es de cañafístula y las paredes de bahareque. Parte del techo de la vivienda se desplomó en 2016, por lo que Protección Civil la declaró inhabitable.
Pero los hermanos Escalona no tienen a dónde mudarse y cada vez que llega el periodo lluvioso, se acrecientan sus angustias. Por eso reiteran el llamado al alcalde de Maracay Rafael Morales, a la gobernadora de Aragua, Karina Carpio, para que finalmente atiendan su caso.
El norte es una quimera
Siempre se ha creído que el norte de Maracay es la zona privilegiada del municipio. Pero no todo es verdad, pues hay vastos sectores vulnerables y deprimidos que, en épocas de lluvia, resultan gravemente afectados. Eso ocurrió con algunas viviendas de La Cooperativa, Bella Vista, Puerto Escondido y Los Naranjos.
En esta última comunidad, la crecida del río Madre Vieja a raíz de las intensas lluvias, ocasionó el desplome de una parte del gavión, llevándose por delante, tuberías de aguas blancas y de aguas servidas de algunas viviendas ubicadas a las orillas del río.
Gladys Ribas es una de las afectadas. Su vivienda presenta grietas en las paredes luego del socavamiento que se estaría generando. A principios de la semana del 29 de mayo, las lluvias ocasionaron el derrumbe de un árbol que cayó sobre una vivienda y en la que afortunadamente no se registraron lesionados.
Lucas Pacheco, habitante de Los Naranjos, sigue denunciando la desatención gubernamental.
Si siguen las lluvias, dos árboles pueden caerse sobre otras viviendas. Es un peligro latente. Todas las comunidades del norte están en pleno abandono. Pedimos al alcalde y a la gobernadora, que se aboquen a atendernos. Es urgente y no estamos jugando. Desde el 2016 hemos denunciado la situación”, dijo tajante.
Con las lluvias del pasado fin de semana, una vez más los edificios residenciales y locales comerciales ubicados en la avenida La Arboleda, resultaron anegados luego del colapso de los drenajes de esta arteria vial.
Otra vivienda en Piñonal
Al sureste de la ciudad, la señora Blanca Realza teme que el río Madre Vieja termine por llevarse su casa, ubicada en el callejón Briceño Méndez, de Piñonal, la comunidad más grande de Maracay.
Con las recientes lluvias, la pared del patio se cayó por la fuerza de las aguas del río. Hace dos años, Protección Civil evaluó varias viviendas del mismo sector y sus habitantes fueron reubicados. Pero Blanca sigue esperando.
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