Los jóvenes siguen apostando por el teatro en Venezuela aunque sea “cuesta arriba”

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El pasado 6 de diciembre, el Trasnocho Cultural suspendió sus actividades presenciales debido a fallas en el aire acondicionado. Para finales de febrero retomó su concurso de Jóvenes Directores, con ocho piezas que se desarrollarán en las tablas hasta el mes de mayo.

Caracas. Subió nuevamente el telón del Teatro Trasnocho y Elis Blanco Jansen, Omar Churión, Patricia Castillo, Douglas Suniaga, Jesús Colina, Ángel Pelay, Elisa Castillo y Elmer Pinto comenzaron a dirigir para dar lo mejor de sí en el Espacio Plural, un lugar donde los jóvenes tendrán la oportunidad de crear y compartir arte.  

Hasta el domingo 1° de mayo, las ocho novelas propuestas estarán en las tablas para evaluar quiénes serán los ganadores. El jurado estará integrado por Angélica Arteaga (actriz y directora), Elena Broskowski (una de las fundadoras del grupo de teatro Thespis de la Universidad Metropolitana y miembro de los servicios culturales de la Embajada de Estados Unidos), Yoyiana Ahumada (periodista, guionista dramaturga, poeta, locutora, docente y actriz), Luigi Sciamanna (licenciado en Arte, dramaturgo, actor y director teatral), Luis Parada (periodista y médico fisioterapeuta) y José Pisano, director general del Trasnocho Cultural.

Closer, del dramaturgo británico Patrick Marber, es la propuesta de la directora Elis Blanco Jansen. Fue la primera obra en desarrollarse para contar una historia de amor, traición y dolor en la que cuatro personajes hablan de infidelidad, mentira y compromiso. 

Alice (Karla Vieira) es una joven que busca ser amada. Los traumas de la infancia; las mentiras sobre quién es, qué hace y quién fue, la persiguen y dejan en evidencia su depresión y negación del yo, como afirmó en uno de los diálogos Larry (Theylor Plaza), un médico especializado en dermatología que desarrolla una relación cercana con ella. Daniel (Erick Palacios), Anna (Beatriz Sojo), son el resto de los personajes que conforman Closer, una pieza donde se cuestionan si la verdad une o separa. 

Elis Blanco Jansen, a cargo de la primera obra del concurso, dijo que participar en el festival de Jóvenes Directores “es todo un reto”, y a pesar de tener cinco años trabajando en el mundo del teatro, este es su primer acercamiento a la dirección.

Dirigir o hacer teatro en Venezuela es cuesta arriba, pero para mí ha sido un viaje satisfactorio. Los que hacemos teatro en este país es porque realmente nos gusta. Hay muchas trabas a nivel económico y en cuanto a espacios para practicarlo, pero siento que eso no nos frena y seguimos adelante para hacer lo que queremos”, expresó la joven, quien estudió Artes en la Universidad Central de Venezuela (UCV).

La concursante aseguró que sigue apostando por el teatro porque “todavía hay personas en el país a quienes les interesa la cultura”. Insistió con entusiasmo que seguirá creando arte “para llenar vidas”. 

Foto: Gleybert Asencio

Penitentes, La casa de las palomas, Tartufo, El amante, Luces de Bohemia, Blackbird y, por último, Pedro y el Capitán son el resto de las obras que se presentarán en torno al festival semana a semana hasta el 1° de mayo, cuando se conocerá el veredicto.

Ángel Pelay, participante del festival con Luces de Bohemia, relató que tiene más de 15 años formándose como artista y admitió que en la actualidad hay pocos espacios donde se dé la oportunidad a nuevas caras de mostrar su talento.

“Yo creo que cualquier posibilidad para hacer arte es importante. Me siento muy complacido de estar en el Festival de Jóvenes Directores porque es una puerta en el país a seguir apostando por la cultura y sobre todo por nuevas propuestas, para sacar a la luz a nuevos directores”, dijo Pelay, quien estudió Artes Escénicas en la Fundación Casa del Artista y también Psicología en la UCV. 

El actor mencionó que le gusta mezclar el lado artístico con sus conocimientos en lo psicológico y este panorama le ha permitido ver “que en medio del caos pueden surgir cosas maravillosas”.

Opinó que, sin importar en qué país se esté, lo relevante es lo que llevan las personas en su interior para transformar espacios e hizo mención de las imposibilidades a la hora de hacer teatro no solo estando en Venezuela, sino en cualquier parte del mundo debido a la pandemia.

“Hacemos teatro para transformarnos nosotros, a los demás, para llevar a cabo un mensaje y poder cambiar de alguna forma la sociedad a través de las personas que asisten a las obras. Evidentemente, no vamos a poder cambiar una sociedad completa, pero en la medida en que transformamos a una persona vamos logrando cambios importantes dando pequeños pasos. Es difícil hacer teatro en el país por todas las imposibilidades que hay (a lo que se suma la pandemia como problema mundial), pero siempre hemos podido hacerlo. Es bonito ver cómo vas al teatro y ves gente trabajando, apostando por el país, creyendo en esto, transformando los recursos, porque el teatro te permite eso, transformar la utilización de los elementos (…) Hacer con lo que se tiene”, explicó el artista.

Pelay admitió que se siente agradecido de poder hacer teatro en su país en medio de las dificultades por la crisis económica, política y social que también golpea al sector cultural. 

José Pisano, director general del Trasnocho Cultural, indicó que tiene “muchas expectativas” sobre el concurso y resaltó que retomar actividades tras el incidente del aire acondicionado fue un reto, debido a la espera de los visitantes. 

“El Festival de Jóvenes Directores estaba previsto para enero, pero tuvimos que rodar la fecha hasta el momento de regresar a la presencialidad por el tema del aire acondicionado. Ahora que retomamos tenemos las mejores expectativas. Cuando evaluamos las propuestas, que fueron más de 30, nos alegramos mucho con el nivel de lo que nos presentaron. Vemos un abanico de obras importantes a nivel de texto, de buenos dramaturgos: está Elio Palencia con Penitentes, hasta dramaturgos más clásicos como Molière, Tartufo, tenemos a Patrick Marber con Closer. Las propuestas nos dan a entender que hay un talento joven en Venezuela que sigue apostando por el país, que tiene mucha creatividad y que va a encontrar aquí en nuestra sala la oportunidad para, de una manera sana, confrontar su trabajo entre los distintos grupos que forman parte”, comentó Pisano.

“Queremos agradecerle enormemente tanto a nuestros visitantes, asociados, grupos e instituciones culturales que hacen vida en nuestros espacios la gran paciencia que han tenido en esperar esta reapertura y sobre todo el enorme apoyo que nos han dado durante este tiempo”, finalizó.

Foto: Gleybert Asencio

Andreína Polidor, exparticipante y ganadora del segundo lugar del concurso en el año 2019, reveló que tener la oportunidad como joven de participar en un festival para dirigir teatro “es una gran vitrina para los que están comenzando”.

“La diferencia entre un concurso o mostrar una obra cambia mucho la realidad del montaje, tiene un peso invaluable la idea de tener que ser examinado. Es un reto porque se necesita alcanzar ciertos peldaños importantes (…) Yo agradezco enormemente haber podido confrontarme como creadora en el espacio del Festival de Jóvenes Directores porque pude reconocer bastante de lo que estaba haciendo; fue un viaje que me acercó a lo desconocido del lenguaje artístico y aún sigo investigando, abrió la puerta hacia el camino principal que me guió a muchos más caminos”, dijo la directora de teatro.

“Sigo apostando por el teatro porque no he tenido de otra, he liderado al Teatro de la Penumbra por cinco años con una idea en la que creo efervescentemente, y no soy la única que cree en esto. Los que no hemos emigrado necesitamos crear espacios en los que podamos creer y ser libres, un lugar seguro donde podamos dialogar (…) En estos tiempos hostiles hemos encontrado en el teatro un espacio donde conocernos, donde sucumbir y sobrevolar la realidad”, concluyó Polidor.

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