De 31 médicos residentes designados para atender pacientes sospechosos y positivos de COVID-19, solo ocho no se han enfermado, varios de ellos presentan afectaciones en vías respiratorias. El área de emergencia de la Chet tiene obstruido el sistema de aguas negras, los médicos deben atender pacientes en medio de aguas con residuos fecales y urinarios. La ONG Médicos Unidos de Carabobo denunció que varios CDI de la entidad no cuentan con pruebas rápidas para descartar coronavirus.

Valencia. Médicos residentes de la Ciudad Hospitalaria doctor Enrique Tejera (Chet), mejor conocido como Hospital Central de Valencia, aseguraron que se mantienen activos atendiendo a los pacientes sospechosos de COVID-19 en medio de grandes precariedades, como falta de insumos de bioseguridad, de agua, de desinfección y la improvisación de epidemiología regional para atender la emergencia sanitaria.

Actualmente, cuando hay 20 pacientes internados en el área de emergencia sospechosos de COVID-19, solo ocho de 31 médicos residentes están atendiendo a estos enfermos. La razón es que se han enfermado y presentan clínicas respiratorias. Son aislados y tratados como pacientes positivos para coronavirus.

De acuerdo con el relato de varios médicos residentes de Medicina Interna, no han recibido dotación de insumos de bioseguridad por parte de Insalud ni del Ministerio de Salud. Los pocos insumos con los que cuentan han sido donados por algunas fundaciones, entre ellas “No Somos Héroes”, que los equipó con mascarillas N95 y overol blanco.

Precisaron que, para ingresar a lo que han denominado Área COVID, el personal de salud debe llevar puestos botas descartables, gorros, monos quirúrgicos, guantes, tapabocas, batas quirúrgicas, pero no cuentan con esos insumos. Con lo que sí deben lidiar diariamente es con trabajar en un área contaminada, porque no llega agua por tuberías para hacer el lavado de manos, la red de aguas negras está obstruida, por lo que tienen que caminar en medio de aguas con residuos fecales y urinarios.

Los médicos afectados relataron a Cronica.Uno con preocupación que no cuentan con el personal suficiente de enfermería ni de limpieza. Detallaron que ha habido una alta incidencia de renuncias de este personal por temor a contagiarse de COVID-19, lo que ha sobrecargado de trabajo a los galenos.

Otra carga que llevan sobre sus hombros es la toma de muestras para las pruebas PCR, tarea que le compete al Departamento de Epidemiologia Regional, que no realiza su trabajo con regularidad porque no hacen guardias.

A juicio de los médicos, las pruebas PCR deben ser descentralizadas, y que cada estado las realice y lleve el conteo que luego informarían al gobierno central. Insisten en esto porque los resultados pueden tardar hasta 15 días en llegar, cuando lo ideal es que estén listos en al menos tres días. Este retardo hace que la salud de muchos pacientes empeore y fallezcan, porque hasta no tener el confirmatorio no les entregan el tratamiento de alto costo. También hace que las estadísticas no reflejen la realidad, debido a que la defunción se levanta con otro diagnóstico, de acuerdo con los síntomas que presentaba.

Los residentes de Medicina Interna también contaron con profundo malestar que el área de emergencia destinada a atender a los pacientes que presenten clínicas respiratorias, con indicios de ser pacientes sospechosos, estén junto a los casos confirmados, a menos de cuatro metros de distancia.

Recordaron el caso de una mujer embarazada que ingresó la semana pasada por orden de Epidemiologia Regional, y pidió el alta contra orden médica, porque estaba compartiendo espacios con pacientes que estaban graves de salud. Temía contagiarse del coronavirus o de otra patología, pues ella solo presentaba una afectación leve de vías respiratorias.

Lo residentes pidieron a las autoridades sanitarias y de epidemiología no continuar trabajando bajo el esquema de la improvisación. Solicitaron que si van a trasladar a los pacientes que ya han dado positivo para COVID-19 del área de emergencia a la Maternidad Hugo Chávez, porque van a agilizar los trabajos para terminar un pozo profundo de agua, deben descontaminar todo el servicio de emergencia para evitar contagios, consideran que ya ese lugar está contaminado.

Recordaron que desde marzo, cuando empezó la cuarentena para prevenir la propagación del coronavirus en el país, solicitaron a las autoridades de Insalud un protocolo para el uso de los equipos de bioseguridad y de cómo tratar a los pacientes; hasta el momento no han recibido ninguna orientación o charla. Por sus propios medios crearon un manual con ayuda del personal de Terapia Intensiva, que se entregó luego a los jefes de cada equipo de residentes.

Otra ola que están surfeando los médicos residentes es la escasez de combustible que se está presentando otra vez en la entidad carabobeña desde hace dos semanas. Desde la directiva de la Chet no han garantizado el traslado de estos médicos; tampoco les garantizan la alimentación, a pesar de que han tenido que redoblar guardias por falta de personal. Lo único que les entregaron la semana pasada fueron bolsas de comida que contenían seis kilos de arroz, cuatro kilos de harina de maíz precocida y una bolsa de granos que debían repartir equitativamente entre dos o tres residentes.

En el Hospital Central hay en la Unidad de Cuidados Intensivos siete ventiladores, de los cuales dos están dañados, mientras que en la emergencia, en la Sala de Observación Interna, solo hay tres ventiladores operativos. En la actualidad, no hay a disposición pruebas rápidas para descartar la COVID-19.

El equipo de médicos residentes insistió en hacer un llamado a los carabobeños: “Les recomendamos que dejen de ser incrédulos, no existe flexibilización para el virus. No deben salir, nosotros somos los mismos responsables de transmitir el virus. Es un error estar en la calle todos los días, ir al centro o estar en peluquería innecesariamente. 14 días se mantiene una persona asintomática. La gente está muriendo, no hay tomas de oxígenos suficientes, hay personas jóvenes muriendo. No debe haber recreación, fiestas, nos estamos contaminando y la ola viene peor”.

El equipo de Cronica.Uno intentó contactar a las autoridades de Insalud para que ofrecieran detalles de la situación de los hospitales y las medidas de contención que están tomando, sin embargo, no fue posible el contacto. La falta de información precisa por parte de las autoridades regionales ha generado confusión entre la colectividad.

Desde que empezó la cuarentena, el gobernador, Rafael Lacava, no ha convocado a periodistas para dar a conocer el balance de casos de COVID-19. Insalud solo ha hecho una rueda de prensa.

De acuerdo con el conteo nacional de la administración de Nicolás Maduro, en Carabobo hay 343 casos de COVID-19 y seis fallecidos.

                     

CDI de Carabobo sin pruebas rápidas
El responsable de Médicos Unidos de Venezuela, capítulo Carabobo, Jorge Pérez, aseguró que en la entidad han fallecido tres médicos que estaban sospechosos de padecer COVID-19, hasta la fecha no han llegado los resultados de las pruebas PCR.

También indicó que los datos aportados por la administración de Nicolás Maduro, con la data que están levantando las alcaldías y la Gobernación de Carabobo, no concuerdan: “Hay un desorden en cuanto a ese número de casos y ubicación de los mismos, por lo que no podemos tomar medidas”.

Además, denunció que en varios Centros de Diagnóstico Integral no se están tomando muestras de pruebas rápidas porque se les acabaron y no están recibiendo pacientes con sintomatología respiratoria.

Ante la escasez de insumos de bioseguridad en los centros centinelas de la región, sobre todo el Hospital Central de Valencia, Pérez refirió que el viernes 21 de agosto próximo se llevará a cabo la recaudación de insumos de protección: gorros, monos quirúrgicos, guantes, tapabocas, gel antibacterial, alcohol, agua potable sellada. La actividad se realizará en la sede del Colegio de Médicos del estado Carabobo, ubicado en el norte de la capital carabobeña.

Como muestra de la situación, familiares de Kerly Maldonado denunciaron que desde hace ocho días se mantiene hospitalizada en la emergencia de la Chet (zona destinada a atender a pacientes sospechosos de COVID-19), actualmente presenta una insuficiencia renal que podría comprometer su vida. Debe realizarse con urgencia una diálisis, sin embargo, no le permiten el acceso a la Unidad de Diálisis, porque no le han realizado la prueba para descartar coronavirus. En el hospital no cuentan con las pruebas rápidas, vociferó su esposo a las afueras del recinto de salud la mañana del lunes 10 de agosto. Además, aseguró que ha tenido que comprar guantes y otros insumos de bioseguridad para donárselos a los médicos para que puedan atender a los pacientes.


Participa en la conversación