La cifra puesta como meta en mayo por el Ministerio de Petróleo, de producir un millón de barriles diarios en agosto, luce lejana dado el estancamiento actual de la producción y el deterioro de la industria.

Caracas. La producción petrolera de Venezuela se mantuvo estancada por debajo de los 800.000 barriles diarios en el mes de junio, con un leve incremento de 24.000 barriles diarios, respecto a mayo, en medio de dificultades para repuntar la industria, que afectan también el aumento en la producción de Chevron.

El último informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) reveló que, de acuerdo con reportes de sus fuentes secundarias, Venezuela produjo 767.000 barriles diarios en el último mes.

Por otro lado, el Ministerio de Petróleo reportó a la Opep que en junio la producción promedio fue de 796.000 bpd, por lo que reconoció que produjo 23.000 barriles menos que en mayo.

En total, la nación promedia una producción de entre 720.000 y 770.000 bpd en todo 2023, cifra que si bien es mayor a la de los últimos dos años, se encuentra con que el precio del petróleo se mantiene en niveles bajos ($57 por barril) y el crudo venezolano se sigue vendiendo con descuentos, producto de las sanciones.

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Foto: Cortesía

A mediados de mayo, el presidente de Pdvsa y ministro de Petróleo, Pedro Tellechea presentó el Plan de Recuperación Integral Productiva 2023 en el que puso como meta llegar al millón de barriles diarios en agosto de este año, cifra que luce lejana dadas las dificultades financieras de Pdvsa y el deterioro de la infraestructura.

El plan, sin embargo, no muestra cifras ni datos sobre el estado actual de factores como los taladros, los pozos ni las refinerías y tampoco proyecta montos estimados de inversión que se requieren para aumentar la producción de Pdvsa al nivel esperado.

De hecho, pocos días después, la petrolera estadounidense Chevron –que desde finales de 2022 cuenta con una licencia del Departamento del Tesoro que le permite extraer y exportar crudo a ese país para cobrar deuda– redujo su objetivo estimado de producción de 200.000 bpd a 175.000 bpd para finales de año, según reportes de Argus Media.

La consultora energética reportó entonces que la reducción se debe, principalmente, a los graves problemas con la infraestructura de transporte de petróleo en el occidente del país, que limitan el tamaño de los buques petroleros que Chevron puede usar para transportar el crudo.

Ante las limitaciones de Pdvsa para hacer arrancar la industria, el papel de Chevron ha sido determinante para darle cierta estabilidad al mercado cambiario.

Consultoras como Datanálisis y medios especializados como Petroguía estiman que la venta de divisas de Chevron aportan entre 30 % y 40 % de los dólares que se asignan semanalmente en las mesas de cambio de los bancos, lo que ha permitido permear la falta de divisas de Pdvsa y del BCV para mantener a raya el tipo de cambio.

Pero a los problemas estructurales y logísticos de Pdvsa y la industria petrolera se le suman los de índole financiero y de corrupción de los últimos meses. A finales de marzo, el entonces ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, renunció a su cargo en medio de investigaciones a altos funcionarios por actos de corrupción en el sector petrolero y de criptomonedas.

Dos días después, la agencia Reuters reveló que Pdvsa acumulaba, desde 2020, cuentas por cobrar que superaban los 21.000 millones de dólares, que se facturaron y no fueron pagadas por los intermediarios que comercializaban el crudo venezolano evadiendo las sanciones estadounidenses.

Según Reuters, entre 2020 y 2023 Pdvsa generó más de 25.000 millones de dólares en exportaciones petroleras, pero solo $4000 millones entraron efectivamente a las arcas de la compañía por las irregularidades con los intermediarios.

La falta de estados financieros y reportes específicos por parte del Ministerio de Petróleo impiden conocer el estado actual de la industria. Hace 10 años, la producción de Pdvsa era de más de dos millones de barriles diarios y hoy, a duras penas, apenas pisa los 800.000 bpd.

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