Paludismo repite en Ciudad Guayana por falta de medidas preventivas en zonas rurales

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Aun con los pocos módulos de salud operativos en Ciudad Guayana para la evaluación y entrega de medicamentos para el paludismo, el problema para los pacientes no es recibir el tratamiento, sino que recaen dos, tres o más veces en un mismo año.

Ciudad Guayana. Ricardo Zerón tiene 50 años de edad. En menos de un año lleva tres episodios de paludismo. Las dos primeras veces se enfermó en los últimos meses de 2019. De hecho, el 23 de diciembre terminó el tratamiento del segundo caso y el 14 de enero empezó nuevamente con los síntomas. El paludismo repite por la falta de medidas preventivas.

Donde vivo han muerto cuatro personas con paludismo. Murió mi compadre Santiago, una muchacha de 25 años de edad, unos vecinos: Miguel Salazar y Fausto, no recuerdo el apellido, a ese hasta le dio un derrame. No pudieron venir por el problema de la falta de transporte como de gasolina. Allá ves a la gente tirada en los camiones (medio de transporte), contó Zerón.

Vive en el sector 5 de Marzo, en la vía Caruachi, a unos 33 kilómetros del Ambulatorio Tipo III Las Manoas, en San Félix. Era una de las 40 personas que reciben diariamente un número para hacer el examen de detección del paludismo.

“En el módulo de Vista al Sol es más ruda la cosa, solo entregan 10 números”, comentó.

A diferencia de 2017, cuando el brote de paludismo en el municipio Caroní del estado Bolívar alcanzó zonas rurales y urbanas, esta vez hay disponibilidad de medicamentos, al contrario de hace tres años, cuando el módulo Las Manoas colapsó con largas colas para ingresar, y había enfermos tirados entre la grama, con fiebre y deshidratados, sin poder comprar ni un suero, porque esta medicina es revendida por las mafias.

El modulo Las Manoas colapsó en 2017. Foto: Jhoalys Siverio

Entonces, ¿por qué los enfermos reinciden en la enfermedad? Simple, no basta con el tratamiento. Los pacientes no solo coinciden en el diagnóstico, sino también en la zona donde habitan.

Sin fumigación ni desmalezamiento

Ni en esa zona de la vía Caruachi ni en Francisca Duarte, en San Félix, ha habido recientemente jornadas de fumigación y desmalezamiento. Son precisamente zonas rurales, lo que las hace vulnerables.

Es la tercera vez que Adis Bonalde sufre de paludismo, incluso estando embarazada.

Allá (Francisca Duarte) no hacen jornada de prevención ni nada. Ni siquiera han fumigado, y se presentaron varios casos, como de seis o siete niños de una misma calle a los que les dio malaria, y nadie se avocó, denunció Bonalde, que afortunadamente tiene a su bebé sano.

Tratamiento por gramas de oro

Miguel Figueredo habita en el sector Primero de Mayo, en San Félix, a 2,9 kilómetros del mismo ambulatorio. Es la quinta vez desde 2019 que acude por síntomas de paludismo.

La primera vez, el contagio fue en el sur del estado Bolívar, la zona más vulnerable precisamente porque están las minas. Para Miguel, que le haya repetido  cinco veces el paludismo no es nada. Conoce a personas que han padecido la enfermedad en 20 oportunidades.

“Mi mamá vive por el sector de Cristóbal Colón, en El Cerrito, y también ha habido varios casos”, agregó.

El bachaqueo de medicinas no ha cesado, mucho menos en el sur. Pero, además, el cobro de vacunas y en dólares dejó de ser algo discreto. 

Hubo un tiempo en que no había tratamiento y tuve que ir a conseguirlo en El Callao, dijo Figueredo.

En el municipio sureño no es que se consiga el medicamento. “Acá no hay nada, los tratamientos los sacan las mafias para venderlos en otras zonas”, denunció una habitante de El Callao.

De allá traen la cloroquina, principalmente, y la primaquina; los medicamentos utilizados para tratar el paludismo vivax (el más común), falciparum (el más peligroso, porque es capaz de producir malaria cerebral), y el mixto. Ya no es solo en el sur donde cobran en gramas de oro. Figueredo aseguró que en San Félix venden tres pastillas por una grama de oro.

Falta de diagnóstico 

Aunque, de acuerdo con el director regional de salud ambiental del Instituto de Salud Pública (ISP), Armando Ortega, hay supuestamente 300 centros de diagnóstico de la malaria distribuidos en todos los municipios del estado Bolívar, no es precisamente lo que se aprecia en cada sector.

Las restricciones para hacerse el examen diagnóstico depende de cuántos números repartan en los pocos módulos habilitados, como el de Vista al Sol, Manoa y Gran Sabana. En las zonas rurales, la mayoría de los centros de salud están cerrados o desasistidos.

Según Aída González, exconcejal de Caroní, 97 % de los módulos de salud en el municipio están cerrados o desasistidos. En un recorrido por las parroquias rurales percibió un repunte de malaria en Pozo Verde y 11 de Abril. En esta última, específicamente en el sector Bella Vista, contabilizaron por lo menos seis niños fallecidos en menos de dos meses de 2020, a causa del paludismo.

Denunció que en esas zonas, donde no tienen medios de transporte, se olvidaron de los planes de fumigación y desmalezamiento, sobre todo en la temporada de lluvias.

El examen médico debería ser gratuito, pero los enfermos a veces deben pagar hasta 95.000 bolívares o más por hacérselo en laboratorios privados. Se trata de un monto que, aunque parezca irrisorio, no llegan a tener los afectados de los sectores campesinos.

Opacidad en Venezuela

Las publicación de cifras oficiales por el Ministerio de Salud no dejan de ser un secreto. El Informe Mundial Paludismo 2019, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), indicó que en 2018 se registraron 228.000 casos de malaria en todo el mundo. En la región de las Américas hubo un aumento de transmisión de malaria en Venezuela.

En ese año, de los 405.000 fallecidos en todo el mundo, 67 % (272.000 personas) fueron niños menores de cinco años de edad.

En el Informe de Situación N° 6 de Respuesta Humanitaria en Venezuela, de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), hasta el 12 de octubre de 2019 registraron 323.392 casos y 100 defunciones por malaria. En el primer semestre del año, Bolívar registró 133.078 contagios.

La cifra significa un descenso en comparación con 2018, cuando hubo 328.373 casos y 229 defunciones, aunque los casos de mujeres embarazadas con paludismo aumentaron 55 %.

El informe indica también la reducción de 2,5 % de casos y 24 % de muertes en los estados Bolívar y Amazonas. 

En Sucre hubo un aumento con 55.342 casos, así como en los estados Anzoátegui, Delta Amacuro, Mérida y Monagas. Para 2018, fueron Amazonas, Bolívar y Sucre los que reportaron 90 % de los casos en el país.

Crónica. Uno intentó comunicarse con la dirección del Distrito Sanitario N° 2 en Caroní y la Dirección de Salud de la Alcaldía, pero no hubo respuesta.


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