Francis Guillén, enfermera, recibió ya el beneficio. En su casa, de seis trabajadores de la salud, cuatro ya tienen ese dinero abonado en su cuenta de Airtm. Ella soportó los bloqueos de la plataforma y consiguió registrar a muchos colegas. Hoy dice que, en medio de todo, está llena de felicidad.

Caracas. Desde que el presidente de la Asamblea Nacional y presidente interino (Art. 233 constitucional), Juan Guaidó, anunció el bono Héroes de la Salud, Francis Guillén apostó el todo por el todo. Ocho años como enfermera en el hospital Pérez Carreño y con su sueldo no podía sino pasar calamidades. Los días 15 le depositaban 700.000 bolívares y 900.000 bolívares los últimos de cada mes. Con eso ni pensar en unas arepas bien rellenas. “Para reunir 100 dólares tendría que trabajar tres años sin descanso y sin comida”.

Por eso el anuncio del parlamentario representaba un alivio. “Un pañito de agua fresca en medio del desierto que es Venezuela en estos momentos”, dijo.

Guillén y su familia son del gremio de Enfermería. Todos han tenido que pasar por los sinsabores de un salario menor a los dos millones de bolívares mensuales que no alcanzan para un kilo de carne y un cartón de huevos.

En su casa hay seis enfermeros. Ya cuatro han recibido el bono. Les cayó, como dicen los trabajadores, esta semana. Faltan dos para recibir el beneficio. Pero estamos confiados en que llegará. Desde un principio tuve fe en esa propuesta. Sabemos que en este país 100 dólares mensuales no es suficiente, mucha gente afuera no lo entiende así, pero es un aliciente, es algo que ayuda en medio de la crisis. En mi caso, siempre creí en el plan Héroes de la Salud.

En febrero Guillén salió de vacaciones. Un mes después se declara la pandemia. Para ese momento pensaba en regresar al hospital. La precariedad en los servicios era el pan nuestro de cada día. “Los guantes, las mascarillas, los insumos, todo había que regatearlo, y eso que no había COVID-19. No quise imaginar cómo sería con la pandemia. Pensé que ese era el motivo que necesitaba para mi retiro. Tengo un hijo de cinco años y la verdad amo mi profesión, pero es una cuestión de vida o muerte trabajar en esas circunstancias”.

Hace dos años, como el salario se le pulverizó, empezó a vender obleas en el hospital. Eso tampoco le daba para llenar la nevera, por lo que hace un año emprendió junto con su familia un negocio de productos cosméticos.

100 dólares
En la elaboración de los productos

Un señor les enseñó a elaborar gelatina para el cabello, luego champú y acondicionador. Mercancía que venden en su casa en Catia. 

“Durante tres meses de la pandemia, daremos un apoyo directo a nuestros médicos, enfermeras y trabajadores de los hospitales de 100 dólares mensuales para proteger y salvar vidas”. Eso fue lo que dijo Guaidó en abril. Desde entonces y pese a las esperanzas que sembró en este gremio, los altibajos se dejaron sentir con los bloqueos de las plataformas para el registro.

También hubo amenazas directas en varios hospitales, en el Pérez Carreño, en el Domingo Luciani, en Maracaibo. Les decían que si recibían el bono, los sancionarían.

A Francis eso no le hizo mella. Ella se inscribió en la primera jornada. Puso una VPN en la computadora, también en el teléfono y se registró. Ayudó a sus familiares. Luego hizo lo mismo con las compañeras de trabajo. Prácticamente evangelizó a todo el que conocía para que se inscribieran en la plataforma.

Más de 70.000 médicos, personal de Enfermería y obreros conformaron la lista. Los 100 dólares serían un pago por tres meses. Finalmente, a partir del 20 de agosto comenzaron a depositarlo por Airtm. Los primeros en recibirlo fueron los trabajadores de los estados fronterizos, progresivamente el dinero fue entrando a las cuentas virtuales.

“Estoy muy contenta. Hice maromas para ingresar a la plataforma, pero ya los tengo y con ese dinero todos en la casa vamos a comprar un punto de venta que necesitamos para mejorar el negocio. Definitivamente la producción de champú y cremas corporales pasó a ser el primer ingreso. Esa va a ser mi primera inversión. Sé que hay necesidades de otro tipo, tengo colegas que están muy mal sin comida y eso (el dinero) es una bendición. Pero nosotros decidimos sacrificar este primer bono”.

Francis Guillén dijo que esto no es para conformarse. El gremio de Enfermería aspira un salario base de 600 dólares con modificación hacia arriba en todas las escalas.

En julio de 2018 este gremio inició una serie de acciones para exigir mejoras laborales. Más de 20 colegios en todo el país se fueron a paro. El conflicto fue criminalizado por las autoridades y al no tener respuesta muchos trabajadores renunciaron, otros se fueron del país sin siquiera cobrar sus prestaciones.

La Organización Mundial de la Salud establece que debe haber una enfermera por cada 250 habitantes. En la actualidad hay una para cubrir una sala de 40 pacientes, trabajan dos turnos, muchas veces sin agua para lavarse las manos. No tienen dinero para llegar a sus unidades y si se quejan, son criminalizadas y hasta detenidas; por eso Francis Guillén apuesta a su plan B.


Participa en la conversación