La convocatoria rodó como pólvora, pero aún así muchos usuarios no estaban preparados para pasar roncha en las paradas. Las camionetas no llegaron y las que habilitó el Gobierno tardaban en pasar. Los que hicieron su agosto fueron los carros piratas y los mototaxis que cobraban hasta Bs. 500 de Ocumare a Charallave.

Caracas. Muchas personas que salieron a las 3:00 a. m. hacia los terminales de Los Valles del Tuy para tomar las busetas con dirección a Caracas fueron sorprendidas con el paro del servicio, que se alzará solo pasadas 24 horas.

Los choferes pararon las unidades por la falta de repuestos, por la negativa de las autoridades a sentarse a discutir las tarifas del pasaje, por la inseguridad y por el subsidio del pasaje estudiantil, monto que no pagan desde diciembre de 2016.

Todas las líneas urbanas y suburbanas participaron en esta acción y como forma de presión dejaron sin servicio seis municipios de esta región mirandina. Según el vocero del Bloque Tomás Lander, José Gregorio Quintero, el paro —que en principio es por 24 horas— es una medida de presión. De no haber respuesta por parte de las autoridades la semana próxima, se emprenderán nuevas acciones de calle.

Las vías durante todo el día se vieron solitarias, al igual que las paradas y los terminales. Quienes hicieron de las suyas fueron los choferes piratas y los mototaxistas que se dieron un banquete cobrando a diestra y siniestra a los pasajeros que por urgencia debían trasladarse. De Charallave a Ocumare cobraron Bs. 500, según queja de los pasajeros.

A mitad del día, los organizadores de la protesta sostenían que la medida tenía 100 % de cobertura entre el gremio.

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Están pidiendo 300 bolívares como tarifa urbana. La propuesta ya fue enviada a las autoridades. Los choferes dijeron que no los han convocado para discutir ese aumento, que debe entrar en vigencia el 1° de abril próximo.

Lo otro que los mantiene calientes como plancha ‘e chino son los constantes robos y secuestros a las unidades. Dijeron que el cobro de vacuna los está haciendo desaparecer, al igual que el costo de un caucho por unidad: mínimo bolívares 400.000.

El Gobierno habilitó unidades Sitssa para trasladar a los usuarios, pero los reportes de los pasajeros indican que la espera se prolongaba hasta 1 hora.

Quienes pudieron llegar a Caracas lo hicieron usando el sistema ferroviario. “Pero me voy a regresar temprano, no iré a clases en la noche. Luego allá en Cúa no se consigue carro y es muy inseguro”, destacó Ramón Camacho.

Al final de la tarde por el terminal de Charallave caminaban los usuarios de un lado a otro buscando la forma de encontrar un carro que los llevara a sus destinos. Pero fue una tarea titánica, pues a esa hora la desolación en las vías era más notoria.

Foto cortesía: Pedro Jiménez


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