Por la pandemia padres en Aragua prefieren que sus hijos pierdan el año escolar antes que mandarlos a la escuela

Para algunos padres y representantes, el inicio del año escolar 2020-2021 es un desafío. Algunas familias no cuentan con Internet y las que sí, resienten la pésima calidad del servicio. La posibilidad de enviar a sus hijos al colegio está descartada, pues anteponen la salud del niño o adolescente. Mientras tanto, los docentes apenas perciben un sueldo que solo les alcanza para uno o dos paquetes de harina de maíz.

Maracay. Padres, representantes y docentes coinciden en que el inicio del año escolar 2020-2021 en medio de la pandemia por COVID-19 constituye un desafío. La mayoría se niega a enviar a los niños al colegio en el caso de que el Ministerio de Educación finalmente decida que las clases puedan darse de manera presencial en los próximos meses.

Prefiero que mis muchachos se queden en la casa a que se enfermen”, dice tajante Ángel Reyes, padre de tres niños, dos de ellos en edad escolar y estudiantes en una escuela pública en Maracay.

Cuenta que apenas recibieron un mensaje por WhatsApp de una de las maestras, en la que la propia docente admite que, a la fecha, la institución educativa pública donde labora no ha enviado directrices a los maestros de cómo asumirán el reto de iniciar el año escolar en medio de la pandemia y con grandes limitaciones.

Reyes recuerda que antes de la pandemia, eran los padres y representantes quienes debían cubrir los gastos para los materiales de limpieza de la escuela. Hacerlo en las circunstancias actuales es más cuesta arriba para quienes han visto mermados sus ingresos en los meses que el país lleva de cuarentena.

¿Quién va a limpiar la escuela? ¿Cómo van a hacer los representantes que han perdido sus empleos y seguir contribuyendo con esos gastos o los que trabajan para obtener apenas el diario?”, se pregunta.

Este padre de tres varones teme además que las clases presenciales constituyan un grave riesgo no solo para el estudiante, sino también para toda su familia y un enorme gasto en salud para el que no están preparados económicamente.

Foto: Cortesía

“Lo primero es la salud de mis hijos, así que el mayor seguirá recibiendo sus clases vía WhatsApp, aunque la propia maestra no cuente ni siquiera con un teléfono inteligente”, dijo.

La docente de su hijo mayor hablaba con una de las representantes y esta era la encargada de difundir las directrices a través de la aplicación de mensajería, a los estudiantes.

Son muchos los docentes que no cuentan con equipos móviles y menos con computadoras para afrontar la enseñanza virtual y mucho menos pueden costear un servicio de Internet.

De acuerdo con cálculos del Colegio de Profesores del estado Aragua, 40 % de los educadores en la región, de un universo aproximado de 30.000 docentes entre nacionales y estadales, no poseen Internet en sus hogares y un porcentaje similar tampoco cuenta con teléfonos inteligentes.

El profesor Richard Rivas, presidente del gremio en la entidad, muestra unos datos desalentadores para los docentes.

Un docente I —explica— recién graduado, con unos tres años de servicio, gana en una quincena solo para comprar un paquete de harina de maíz, mientras que un docente VI, con doctorados y maestrías, percibe un sueldo quincenal para dos paquetes de harina de maíz.

El dirigente sindical sostiene que el inicio de clases online en Aragua y en el resto del país solo está en el imaginario del gobierno de Maduro. Por ello no duda en asegurar que en la región ninguna institución comenzó con la educación a distancia.

Esa normalidad que se quiere mostrar tiene un fondo político que prefiere unas elecciones ilegales, a la salud de los estudiantes y la vida de los docentes, empleados y obreros educacionales”, dice Rivas.

Para el presidente del Colegio de Profesores en Aragua, la vocación del docente ya no es suficiente, pues con esta ningún educador puede comprar comida, adquirir un teléfono o tablet, pagar transporte y mucho menos el Internet.

Aragua cuenta, según registros del Colegio de Profesores, con 1380 planteles educativos entre públicos y privados, de los cuales unos 200 son responsabilidad de la gobernación del estado. Son 26.000 profesores activos adscritos al Ministerio de Educación y unos 6000 docentes dependientes del ejecutivo regional.

Padres prefieren que sus hijos pierdan el año escolar

La realidad no es distinta para los padres y representantes que tienen hijos en colegios privados. Luisa Fajardo, madre de un adolescente próximo a cursar quinto año de bachillerato, es contundente cuando asegura que si el Ministerio de Educación insiste en que para octubre los estudiantes pueden recibir clases de manera presencial, su hijo no irá a la institución.

Si la condición es que vayan al colegio, mi hijo no irá así pierda el año escolar. Eso lo decido yo”, dice sin medias tintas.

Como otras madres, Luisa Fajardo asegura que las condiciones del país no están dadas para enviar a los niños al colegio, no solo por las consecuencias que devienen de un posible contagio con COVID-19 sino por las limitaciones en transporte e Internet que tiene la mayoría de los ciudadanos.

De ninguna manera enviaré a mi hijo a clases, así sea en las semanas de flexibilización. Y aunque quisiera, la falta de efectivo y de transporte lo impiden”.

Mientras tanto, esperará que la directiva del colegio difunda la información necesaria para que su hijo inicie el periodo escolar en la modalidad virtual, aunque también con serios obstáculos.

“Siempre y cuando haya Internet. No todos los días el servicio es bueno, por el contrario, es muy intermitente, así que espero que el colegio sea flexible ante estas limitaciones”.

Datos extraoficiales de la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas en Aragua dan cuenta de  35% de docentes que no cuentan con equipos de computación, tabletas o teléfonos inteligentes.

Mientras tanto, el jefe de la Zona Educativa de Aragua, Leonardo Alvarado, aseguró que desde este 16 de septiembre, 140.000 estudiantes de primaria, 52.000 de la etapa inicial y otros 2000 de educación especial se han incorporado al inicio del año escolar 2020-2021 en la entidad.

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