El Centro de Educación Inicial El Paují, ubicado en el sector homónimo del barrio Plan de Manzano, en la parroquia Sucre, tiene el techo de madera y las paredes deterioradas. Los vecinos piden al Ministerio de Educación que, mientras dure la pandemia, tumben esa vieja estructura y construyan un nuevo preescolar y una escuela básica.
Caracas. Vecinos del sector El Paují del barrio Plan de Manzano, en la parroquia Sucre, llevan años solicitando a las autoridades del Gobierno que reparen el deteriorado Centro de Educación Inicial. El plantel ha sido visitado por numerosos funcionarios y han realizado informes con fotos, pero nada se ha concretado. Hoy, después de año y medio de la pandemia, padres, representantes y docentes claman por la demolición completa de esa estructura y la construcción de un nuevo preescolar y una escuela básica.
Yurbis Martínez, Carolina Burgos, Julieta Vielma y Petra Aristimuño, en nombre de los padres y representantes de los 84 niños del preescolar, describieron las calamidades que sufre esta institución que cumplió 49 años el 22 de junio.
Hace 10 años que la vieja estructura no aguanta la lluvia. Las sillas y mesas se abombaron por el agua. Los vecinos han solicitado su reparación, pero en vista de que cada vez se hace más difícil acudir a las escuelas de Catia por las deficiencias del transporte público, creen conveniente no solo pedir un nuevo preescolar, sino que en el mismo lugar se construya una escuela para educación primaria. Con esta nueva obra se beneficiarían habitantes de sectores de Plan de Manzano como El Paují, La Cruz, Manantial, El Progreso y Ojo de Agua.
A Carolina Burgos, miembro del consejo comunal Brisas del Mar, le da tristeza las precarias condiciones del preescolar porque allí estudiaron sus hijos y en el pasado funcionaba bien. Se suma a la petición de una nueva obra para preescolar y educación básica, pero que se tumbe el Cein El Paují solo cuando se tenga la certeza de que los recursos fueron aprobados y designados. “Se han presentado proyectos y nada, queremos que los niños tengan una escuela agradable”.
Julieta Vielma también estudió en el Cein y ahora es docente:
Me da tristeza, son las mismas paredes de cuando estudié, queremos que nos ayuden, que no se olviden de nosotros”, dijo.
La escuela tiene tres salones. El que se usaba como comedor está inactivo por desprendimiento de parte del techo y las puertas abren con dificultad, para muchos esto se debe a que la estructura está cediendo con el paso del tiempo. Los baños se encuentran inservibles, la cerámica se ve abombada, el tanque de la poceta y el lavamanos no funcionan.
Lo que en el pasado fue la cocina tiene huecos en el techo y sus paredes están resquebrajadas. Hace más de diez años el recinto es un depósito de cachivaches. El mobiliario fue trasladado a un pequeño espacio en la oficina de la Dirección.
El deterioro del plantel es conocido por las autoridades del Gobierno porque se han realizado informes con fotos. Hace cuatro años, las docentes solicitaron la reparación al exministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, durante una visita que hizo al barrio. A los pocos días, llegó una funcionaria, hizo preguntas y tomó fotos. No supieron más de ella.
Los padres de los niños del preescolar consideran que la suspensión de clases debido a la cuarentena supone un momento idóneo para ejecutar el anhelado proyecto. Piden que se tumbe la edificación y se levante una nueva que integre educación inicial y primaria. Aspiran a que sus hijos regresen a un nuevo plantel.
Ellos quieren que sus hijos estudien en una escuela digna, un salón con luz, con sus conexiones de agua potable y servidas”, dijo la maestra Petra Aristimuño.
El preescolar no tiene electricidad por el deterioro de una guaya, Corpoelec no ha respondido. Hace tres meses, la Sala Situacional de Ojo de Agua hizo una jornada de desmalezamiento, pero no se llevaron la maleza.
En la comunidad el clamor es general. Los vecinos solicitan que se repare la cancha ubicada frente al plantel, que es un espacio de entrenamiento y recreación.
Foto: Tairy Gamboa
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