Venezuela es un país monoproductor que dependía en gran parte de las exportaciones petroleras. Fuentes secundarias que reportan a la Opep calculan que la producción de crudo en junio se ubicó en 356.000 barriles diarios, lo que representa una caída de 35,8 % comparada con la de mayo.

Caracas. La producción petrolera venezolana se ha vuelto ínfima. La nación apenas produjo alrededor de 350.000 barriles de crudo al día en junio, de acuerdo con el último reporte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep). Otrora el mayor productor de la región y miembro fundador del bloque, hoy tiene cifras de producción por debajo de países como Colombia y Ecuador.

Fuentes secundarias que reportan a la Opep estiman que la producción de crudo en junio se ubicó en 356.000 barriles de petróleo diarios (bpd), lo que representa una caída de 35,8 %, si se compara con mayo, cuando generó 555.000 barriles, una cifra también baja debido a que la nación llegó en el pasado a producir hasta 3 millones al día.

El desplome de Pdvsa comenzó antes de las sanciones de Estados Unidos (enero 2019). La falta de inversión y de mantenimiento, así como los desfalcos por corrupción que el propio gobierno de Maduro reconoció al encarcelar a exministros de petróleo y expresidentes de la estatal dejan a su paso una industria desmantelada.

La producción de gasolina también es mínima. La Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv) calcula que actualmente la refinería Cardón produce unos 25.000 barriles de gasolina terminada, mientras que El Palito aporta entre 7000 y 10.000 barriles; entre las dos no abastecen el consumo local que ronda los 200.000 barriles por día. Otras tres refinerías con las que cuenta el parque industrial están paradas. La escasez de gasolina ha sido paliada por las autoridades en los últimos meses con combustible proveniente de Irán. Los buques han desafiado las sanciones de Washington para traerla al país.

Venezuela es un país monoproductor que dependía en gran parte de las exportaciones petroleras. En junio uno de sus últimos compradores: India, frenó las compras por riesgo a recibir sanciones. Rusia también ha limitado las operaciones; este año dos de sus filiales fueron sancionadas por Estados Unidos.

La brutal caída de la producción de crudo ocurre en medio de una pandemia por el nuevo coronavirus. La crisis sanitaria amenaza las economías del mundo y organismos como el Fondo Monetario Internacional, ONU Mujeres y la Organización Internacional del Trabajo exhortan a redoblar los esfuerzos para atender a los sectores más vulnerables al hambre y la pobreza.

“Venezuela depende seriamente del petróleo, lo cual hace que su situación externa, en términos de la capacidad del Estado para poder tener ingresos en divisas, esté seriamente afectada, sin capacidad tampoco de pedir préstamo. Tienes un Estado que desde esa perspectiva económica y financiera está debilitado”, explica el economista Asdrúbal Oliveros.

Ecoanalítica estima que los ingresos del Estado han caído cerca de 60 %, algo que podría derivar en escasez de alimentos, ante la poca capacidad para importar productos que distribuye el Clap, y en menos gasolina. En términos de recursos líquidos, la firma calcula que el gobierno de Nicolás Maduro cuenta con menos de 1000 millones de dólares para sortear la crisis de COVID-19. El déficit del Estado en su flujo de caja es de unos 6000 millones de dólares.

Hasta el 13 de julio Venezuela registraba 9707 casos de COVID-19 y 93 fallecidos a causa de la enfermedad. Pese a que la nación lleva cuatro meses en cuarentena, los casos han subido exponencialmente en las últimas semanas.

 


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