Productores y comerciantes en Lara a punto de pararse por falta de combustible

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90 % del transporte de alimentos se moviliza vía terrestre. El 70 % de los venezolanos no consume carne de res. Los productos lácteos llegan con 15 días de atraso a los centros de consumo.

Barquisimeto. Los productores del sector primario en Venezuela están trabajando a medias por la escasez de gasolina, gasoil y diesel, dado que gran parte del transporte se moviliza vía terrestre. En Lara tampoco escapan de esta realidad.

Quienes producen leche y queso tienen dificultad para atender la unidad de producción debido a la falta de combustible y para entrar y salir de sus fincas compran la gasolina en dólares. Es el modo que han implementado para enviar los productos a Barquisimeto, a donde llegan con 15 días de atraso a los establecimientos comerciales.

Nicanor Oropeza, director de la Federación Nacional de Ganaderos, Fedenaga, informó a Crónica.Uno que cada día se agudiza más la situación para el sector primario.

“El 90 % del tren automotor trabaja con gasolina, 10 % con gasoil y no cubre en su totalidad en el territorio nacional. Es complejo trabajar así, no hay manera de trasladarse hacia las fincas, tampoco de regar los cultivos, ni de arar el campo. Aparte de la gasolina, es el gasoil y diésel que también están escaseando, y a medida que pasa el tiempo en los estados fronterizos, empeora la situación por los cortes de luz”.

A los productores agropecuarios, pese a que pertenecen a sectores priorizados, no les están despachando combustible en las estaciones de servicio como lo indicó la gobernadora Carmen Meléndez, cuando anunció en un plan de contingencia que estos sectores podían surtir gasolina sin problemas.

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Se calcula que 70 % de los venezolanos no consume carne. Foto: Cortesía Jesús Hernández.

Oropeza denunció que no se está cumpliendo el mandato de la gobernadora: “El sector alimento no se ha tomado en cuenta, les han dado prioridad a los entes de seguridad del Estado, llámese Guardia Nacional, Policía Nacional Bolivariana, y otros”.

A los propietarios de fincas que se encuentran en zonas rurales les cuesta más el traslado de los productos, tienen cuantiosas pérdidas de toneladas de alimentos, ya que solo 10 % de los productores trabaja con camiones a gasoil.

En Carora, municipio Torres, hay 40 productores activos asociados a Fedenaga; sin embargo, se desconoce cuántos existen en el territorio regional, debido que la mayoría no está agremiado y otros, han abandonado las tierras.

El gremio agropecuario ha disminuido su producción notablemente por la falta de transporte y la inflación. Aseguran que ya no es rentable suministrar altas cantidades de concentrados para las vacas lecheras.

El mercado interno está muy reducido porque los productores se han limitado por la poca demanda que hay, debido al bajo poder adquisitivo para acceder a los alimentos, aunque se tenga la carne y la leche más barata del continente, indicó Oropeza.

En Barquisimeto, un kilo de queso se ubica en el mercado entre 750.000 a 800.000 bolívares. El litro de leche se consigue entre 400.000 a 500.000 bolívares, si es de cabra puede costar al consumidor 2 dólares al cambio del día.

Rotación limitada

Carolina, nombre que se da para preservar su verdadera identidad, propietaria de una tienda de lácteos, cuenta que “todo se ha vuelto un caos”, los precios al costo son muy elevados, la rotación es muy limitada.

“El despacho del queso está parado, ya no lo bajan de las fincas con la frecuencia de antes. Los productores prefieren dejárselos a los empleados para que lo cambien por otros alimentos, porque no pueden trasladarse para llevarles comida ni a los animales”.

productoresEl queso lo despachan cada 15 días debido a la escasez de gasolina. Foto: Cortesía Jesús Hernández.

Normalmente, los proveedores rotan dos veces por semana cerca de 3000 kilos de queso, los cuales se distribuyen en diferentes locales. Con la escasez de combustible despachan cada 15 días.

“Antes el muchacho traía el queso en una camioneta con los tobos full, entre 2000 a 3000 kilos, ahora con la falta de combustible, está despachando 500 kilos entre mi negocio y otros clientes que tiene. Antes dejaba 100 o 200 kilos dependiendo de cómo me iba en la semana, ahora dejo 50 y de broma. El problema no es solo sacarlos de las fincas, aunque estén ahí mismo en Carora, sino que les cuesta conseguir la gasolina para movilizarse hacia las zonas de producción” .

Esta situación podría obligar a los productores y comerciantes a paralizarse.

Hoy no abrí el negocio porque no tengo mercancía, ningún proveedor despachó. Primera vez que esto me pasa, yo abro de lunes a lunes. La situación está muy difícil de no restituirse la gasolina, todos pararemos.

La producción en otros tiempos

En 1998, había 9 millones de hectáreas productivas con 17 millones de reses bovinas. En la actualidad, quedan 4 millones de hectáreas productivas con 9 millones de reses, las otras 5 millones de hectáreas fueron expropiadas y se encuentran improductivas.

El consumo per cápita de los venezolanos, en ese entonces, era de 65 kilogramos de todas las carnes: pollo, cerdo y pescado al año, quiere decir que 73 % de la población consumía todas estas proteínas. En la actualidad las estadísticas indican que se redujo a 27 % con un consumo de 17 kilogramos por ciudadano al año.

Cada venezolano consumía 27 kilos de carne de res al año, hoy día sólo consumen 8 kilogramos, lo que indica que 30 % de la población venezolana consume esta comida proteica. Mientras que la mayoría, representada por 70 %, no cuenta con la carne roja para el consumo de su dieta diaria.

Para ese mismo año el consumo de leche era de 125 litros por persona, ahora es de 25 litros. 70 % era producida en el país y 30 % se importaba para cubrir un déficit. “Si tuviéramos los mismos valores de consumo del año 1998, el mercado no pudiera abastecer ni 30% de demanda”, comentó Oropeza.

Asimismo, alertó sobre una falsa percepción en la rotación de productos de los diferentes abastos o comercios, lo que, en la realidad, solo es un indicativo del bajo poder adquisitivo de la población para adquirirlos.

“Un sueldo mínimo no alcanza para acceder a los productos, por lo tanto, la rotación es muy lenta. También ha influido la eliminación de los aranceles de importación en los productos importados que se ven en los bodegones. Esto da la sensación que no hay escasez, pero la realidad es que los venezolanos no tienen dinero para comprarlos”, finalizó.


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