Docentes del Instituto Pedagógico de Caracas contaron a Crónica.Uno que en algunas ocasiones también hacen tareas administrativas, como sacar copias, porque no hay quien lo asuma.
Caracas. Mientras vigila que nadie se lleve la manguera con la que se llena el estanque de peces, una docente barre las hojas de uno de los jardines del Instituto Pedagógico de Caracas, en El Paraíso.
“Si no lo hago yo, no lo hará más nadie”, dice Arantza*, una educadora de la institución. Ante la falta de personal de mantenimiento, asume de forma voluntaria la limpieza de una de las áreas verdes de la institución dedicada a la formación de profesores en distintas especialidades. No recibe pago adicional por ello y tampoco lo espera.
“La verdad es que yo siempre he hecho esto porque en el Pedagógico usamos distintos espacios de la universidad para enseñar, no solo los salones de clases convencionales. Pero desde que falta personal, ya es casi una obligación que yo misma me he puesto”, dice la docente, quien trabaja allí desde hace casi 20 años.
Entre las labores que asume está llenar el agua del estanque en el que además de plantas acuáticas hay peces.
“Cuando hay lluvias se repone solo, pero como estamos en período de sequía eso no ocurre. Yo traigo la manguera y me quedo pendiente hasta que se llene. Parece que se les olvida que aquí hay seres vivos”, explica sobre el jardín en el que los estudiantes de Biología ven sus clases.
Para la trabajadora, el Instituto Pedagógico de Caracas se convirtió en un plantel que “sobrevive gracias a su personal”.
Mosaico universitario
Los maestros de colegios públicos y privados no son los únicos que reducen sus días y jornadas laborales por los bajos sueldos.
Una docente del área de coordinación, que prefirió no ser identificada, sostiene que por la falta de apoyo del Estado y el “poco presupuesto” que percibe la universidad, los profesores se ven obligados a asistir dos turnos a la semana.
“Es un espacio físico muy grande para tan poco personal y que además no están en jornadas completas. Tienen turnos de ocho horas a la semana divididos en distintos días de la semana”, detalla sobre los horarios del profesorado.
Hernán Matute, profesor en el Pedagógico desde hace 50 años, resalta que es imposible sobrevivir con lo que cobran.
“Esto ha generado una estampida de búsqueda de otras fuentes de ingresos porque no hay posibilidad para el personal de sobrevivir”, apunta.
Los pasillos de la institución están solitarios, sin personal ni estudiantes. Los espacios deteriorados evidencian las necesidades de arreglo en la infraestructura.
“Acá nosotros mismos tenemos que sacar las copias, hacer papeleos y muchas otras cosas que no nos corresponden porque no hay suficiente personal”, expresó otra profesora.
Concurso docente
Ante la necesidad de reponer espacios vacíos por docentes que se jubilaron o abandonaron las aulas, la institución realizó un concurso docente para ocupar las vacantes. No obstante, un educador que prefirió no ser identificado contó que no hay suficiente incentivo.
“De 14 que concursaron, solo ocho docentes quedaron en el cargo”.
Crónica.Uno intentó contactar vía telefónica, correo electrónico y de forma presencial a las autoridades del Pedagógico de Caracas para confirmar las cifras dichas por el educador y obtener una versión oficial sobre las condiciones del instituto. Sin embargo, no hubo respuesta.
Más estudiantes
Una docente de Biología contó que en el reciente período académico ingresaron 1000 estudiantes nuevos, más que en el año anterior.
“Eso es esperanzador porque sabemos que por la situación económica y social la gente no quiere estudiar Educación porque lo ven como algo que va a hacer que sean pobres toda la vida. Lo más importante es que no desistan y lleguen al final de la carrera”, dice.
El Pedagógico de Caracas hace distintas actividades como talleres y cursos, para tratar que los estudiantes no abandonen la carrera.
“El problema es que muchas veces los estudiantes no participan. No los culpo porque en su mayoría vienen a sus clases y luego deben ir a trabajar. También tenemos en las aulas a muchos docentes que también trabajan. Entonces no se puede criticar del todo”, dice la docente.
Especifica que Educación Física, Idiomas y Educación Especial son las especialidades con más demanda, por lo que en muchas ocasiones deben frenar el ingreso. No obstante, afirma que muchos de los estudiantes no buscan las especializaciones para ejercer la docencia, sino trabajar en otras áreas distintas.
“Como ahora está el mundo fitness, los de Educación Física quieren ser asesores físicos y ese tipo de cosas”, explica. Las áreas de Química, Física, Ciencias de la Tierra y Matemática las califica como especialidades en crisis por falta de aspirantes.
Miedo a la profesión
“Pasamos por una etapa donde mucho de nuestro personal se había jubilado, o había muerto y no teníamos recursos para tener personal más joven”, explica Hernán Matute, profesor del instituto.
Manifiesta que quienes se dedican a la Educación en Venezuela tienen los peores salarios. Por esa razón insiste en que la profesión no resulta atractiva para quienes vienen de sectores populares con altas necesidades económicas.
Plantea que en muchos oficios que surgieron, como mototaxistas, ganan “hasta seis veces” más que lo que percibe un educador con múltiples especializaciones, diplomados y doctorados.
Expresa con orgullo que no planea jubilarse. “No pienso jubilarse, todavía me falta mucho más por trabajar”.
(*) Se modificó el nombre por medidas de protección a la fuente.
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