Ruth tiene seis años sin celebrar el Año Nuevo porque su hijo es un preso político

Misael es uno de los más de 30 presos políticos que tiene Carabobo. Fue detenido en mayo de 2017 y desde entonces no hay festividades para Ruth González, su madre.

Valencia. Ruth González lleva seis años sin celebrar la Navidad, tampoco el Año Nuevo. El tiempo se detuvo. Tener a su hijo preso por razones políticas es muy doloroso.

Desde mayo de 2017 más nunca hubo un diciembre feliz, ni un Día de las Madres. Sin su hijo todos estamos presos, dice Ruth al iniciar esta entrevista.

Su casita es la última de una calle muy cercana, en el municipio San Joaquín, donde ocurrieron los hechos que cambiaron el destino de Misael. Una sala, dos cuartos, una cocina y un patio trasero. Se siente solitaria, sin vida. Todo está ordenado y no hay ni un Santa Claus ni un nacimiento. Eso reafirma la negativa de la madre de celebrar las festividades.

El cuarto de Misael no está como lo dejó, tiene ropa sobre la cama, ropa para él, hay bolsas de comida y algunas artesanías hechas por su hijo a base de billetes viejos.

Ruth es madre de cuatro hijos y sabe bien lo que es una pérdida. Dos de ellos murieron, otro vive fuera del país y Misael Estrella González está preso.

El día que detuvieron a Misael fue una conjunción de eventos desafortunados. Misael fue a protestar en la urbanización La Pradera, del municipio San Joaquín de Carabobo, a pocos metros de la Autopista Regional del Centro. Estaba cansado de ver a su hija de meses pasar hambre. Pero durante esa protesta un funcionario murió en medio de los hechos.

A las 6:00 a. m. llegaron funcionarios de diversos cuerpos a casa de Ruth. A uno de sus hijos lo agarraron afuera de su casa y a Misael lo tenían con una bolsa en la cabeza en el sofá de la pequeña sala de estar. Ruth le quitó la bolsa y peleó con los funcionarios. Mátennos de una vez entonces.

Luego los funcionarios se llevaron a los hijos de Ruth. Ella sabe que le dieron una paliza a ambos, pero Misael no tuvo la suerte de su otro hermano, a quien al tiempo dejaron en libertad.

Fotografía: Armando Díaz.

Las protestas de 2017 fueron el resultado de la crisis generalizada que afectó sectores como la salud, producción alimenticia, más una hiperinflación continuada. A esto se le suma la creación de una Asamblea Nacional Constituyente que rompió el hilo constitucional y generó manifestaciones en Venezuela, así como la anulación del Poder Legislativo a causa del suprapoder y el TSJ.

De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Conflictos, entre abril y junio de 2017, hubo 349 protestas de las 6792 totalizadas, en el estado Carabobo. La manifestación en la que estuvo Misael y su hermano está dentro de esta cifra regional.

Entre abril y agosto del mismo año el OBC registró 21 muertes en Carabobo, vinculadas a las protestas. Ahí destaca el caso del Policarabobo fallecido y por el cual culparon a Estrella. Se trata de Gerardo Barrera, de 38 años de edad.

En seis años a Misael lo han cambiado dos veces de centro de reclusión. Estuvo cinco años en los calabozos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Mariara, en el municipio Diego Ibarra, y ahora está en los calabozos del Cicpc Güigüe, en el municipio Carlos Arvelo.

Aunque su nuevo lugar de retención está a más kilómetros de casa de Ruth, hay mejores condiciones. De acuerdo con informantes del Cicpc, Misael y otros reclusos fueron cambiados de su celda por la sobrepoblación.

Tanto en Güigüe como en Mariara Ruth ha sido el pilar para muchos presos y la cara visible ante funcionarios. Eso ha sido una experiencia transformadora para ella, quien antes tenía un pensamiento diferente sobre los presos. Su hijo es la clave.

Evolucionas porque entiendes que son seres humanos y sus errores no le restan la humanidad no importa cuál sea el crimen.

Fotografía: Armando Díaz.

Aunque siente que muchos no la entenderán, ella sí. No solo porque su hijo haya sido inculpado injustamente, sino porque también sufre problemas de salud, desde asepsia intestinal y conato de tuberculosis, entre otras tantas.

Además, a Misael lo han golpeado, torturado, humillado y lo han dejado sin comer. Esa evolución también ha sido para Misael, que ha aprendido a compartir todo y a ser menos selectivo

Duele mucho este proceso porque se perdió la niñez de su hija, dice Ruth, quien no ha podido estar en cinco cumpleaños de Misael y este 2 de enero será el sexto. No pierde la esperanza, comenta mientras muestra un collage con fotos de su hijo y el mensaje de feliz cumpleaños. Este año no habrá torta a causa de la crisis.

Ya no me da hambre. Tu me ves así ahorita, pero estos son solo los esteroides. Mi hijo me dice que me cuide, que coma, pero no me provoca.

Sin embargo, el sistema judicial venezolano se ha empeñado en truncarle la libertad. Dos veces le han dado boleta de excarcelación, la última fue el 22 de mayo; pero la falta de una firma fue suficiente para que se quedara hasta la actualidad. Ese día había quedado en libertad a las 3:45 p. m. Ruth lo vio sin esposas pero se tardó mucho en salir. A las 11:00 p. m. estaba de regreso en los calabozos de Güigüe.

Luego de esa noticia Ruth González ha sido víctima de cuatro infartos emotivos. Esa noticia me derrumbó, relata, mientras trata de contener las lágrimas. Desde entonces ha tocado todas las puertas posibles, pero le han dicho que tienen que abrir juicio nuevo por la apelación de la fiscal.

Fotografía: Armando Díaz.

¿Y ahora mamá?, fue lo único que le dijo Misael. Ella solo puso a su hijo en manos de Dios, como lo hizo años atrás cuando otro de sus hijos falleció de cáncer. Ya no podía más.

A ese dolor hay que sumarles las humillaciones vividas por parte de quienes componen la cadena del sistema de justicia. Las comenta pero prefiere que no sean reveladas. Aun así no se pierde las visitas, no puede, tiene que llevarle la comida a él y a algunos compañeros.

Hacerle la comida a Misael es algo religioso. Los jueves o los viernes sale de su casa a pie, toma un autobús y va a hacer las compras. No tiene carro, así que le toca hacer una odisea el día de la visita.

Un bolso en la espalda y dos bolsas en los brazos, una vez por semana, hicieron que un clavo de una vieja operación le comenzara a perforar el pulmón y tuvieran que operarla. Los presos fueron los que recolectaron dinero y los instrumentos para que la operaran. “Aprendes, aprendes mucho en eso”.

Fotografía: Armando Díaz.

Seis años después Ruth dice que lo peor ha pasado. El último infarto le dio hace poco, cuando conoció la lista de excarcelados. Ella tenía la esperanza de que su hijo estuviese ahí, pero no fue así.

En Venezuela hechos como este evidencian que hay presos más importantes que otros y que sus pesos van dictaminados por el andamiaje político. Los funcionarios de la Policía Metropolitana o el mismo Misael Estrella González siguen presos, mientras que otros sin cumplir el año tras las rejas ya gozan de libertad.

Ahora que ya ha superado el 24 de diciembre, atraviesa dos fechas duras: el 31 y el 2 enero. Siempre pasa esos días con su madre.

Lo que hago es llorar ¿Pa’ qué voy a ir a otro lado? No quiero ver a otros con su familia porque me duele. Quiero a mis muchachos conmigo.

Fotografía: Armando Díaz.

De acuerdo con el Foro Penal, en el estado Carabobo hay 29 presos políticos. Los últimos en ser liberados fueron Cesar Guevara y Luis Narváez.

Ahora Misael es el preso más antiguo del estado, dice Luis Armando Betancourt, representante de la ONG en Carabobo.

Durante la entrevista, Ruth recibió la llamada de un funcionario de la Defensoría del Pueblo, quien le preguntó por el caso de su hijo. El hombre parecía consternado ante la situación y dijo que revisaba el expediente de varios privados de libertad, lo que deja abierta la puerta de una liberación en enero.

Entre alegrías y llantos, Ruth le dijo al funcionario: “Al final del túnel, por muy oscuro que sea, siempre hay una luz. Gracias mi Dios”.

Fotografía: Armando Díaz.

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