Las expectativas del sector en cuanto a ocupación, durante la temporada de receso escolar, no se cumplieron. Leudo González afirmó, en entrevista con Crónica.Uno, que la demanda sigue siendo baja, lo que limita el crecimiento del mercado turístico y lo reduce a productos y servicios de gama media y alta como Los Roques y Canaima (aunque allí tampoco hubo el movimiento esperado).

Caracas. Con la industria petrolera en números rojos y una contracción que se llevó al menos 70 % de la actividad económica del país, las autoridades ahora ven con buenos ojos el potencial turístico venezolano como posible fuente de divisas; y el sector privado, ignorado durante años de bonanza en los que predominaban las salidas internacionales, busca aprovechar cualquier rendija de recuperación.

Pero el camino no luce fácil, lo reconocen los gremios y lo confirman los números: entre 2014 y 2015 —cuando la recesión apenas empezaba— tan solo 857.000 turistas visitaron el país (puesto 9 de 13 en Sudamérica, según la Organización Mundial del Turismo -OMT-) y Venezuela ocupó el puesto 110 en el ranking de 141 países del Informe de Competitividad Turística de 2015 del Foro Económico Mundial. 

Con un aislamiento aéreo motivado a deudas con aerolíneas y diferencias políticas e institucionales —que apenas parecen reconciliarse— el sector turismo apela y se adapta, como puede, a un mercado interno disminuido por la caída del poder adquisitivo y con más de 90 % de pobreza de ingresos. Además, según la OMT, el turismo aún no se recupera del todo de los efectos de la COVID-19 y está a poco más de la mitad de sus niveles prepandemia.

Sobre la situación actual del turismo en el país, las expectativas a futuro y temas económicos e institucionales que afectan al sector, Crónica.Uno conversó con el presidente del Consejo Superior del Turismo (Conseturismo), Leudo González, en un evento organizado en Caracas por la empresa mayorista Aerotravel Service, al que asistieron agentes de viajes y representantes hoteleros y empresariales.

¿Cuál es el balance de la temporada de vacaciones escolares? ¿Cómo se comportó el sector?

—Teníamos una expectativa de terminar la temporada vacacional con un promedio de ocupación, en los destinos más importantes, que superara entre 40 % y 45 % de ocupación promedio. La información que manejamos es que ese nivel de ocupación no se logró, estuvo por debajo, las expectativas no se cumplieron. Cuando vemos las razones, llegamos a la conclusión de que tiene que ver, mucho, la situación económica que todavía padecemos en gran parte del país.

El mercado turístico se ha contraído, es más reducido, y se ha concentrado en productos y servicios de gama media a alta. Los destinos mas populares no han sido beneficiados.

En la isla de Margarita (Nueva Esparta) teníamos expectativas de superar 60 % de ocupación y no lo logramos, quizás en algunos establecimientos hubo mejor ocupación, pero en general la isla no recibió a todos los pasajeros y visitantes que esperábamos. Sucedió lo mismo en otras partes del país.

¿Cuáles fueron los destinos que registraron mejores resultados?

—La gente prefirió ir a la costa y, en muchos casos, en viajes de ida por vuelta, sin pernocta. Vimos fue movilización hacia La Guaira, Falcón y también se recibió gente en Anzoátegui. Desde el punto de vista de ocupación, lideró Margarita, a pesar de que no recibió lo esperado (por debajo de 40 %). Vimos que se movilizó gente a destinos de alta gama como Canaima y Los Roques, pero tampoco todo lo que esperábamos. Mérida y Los Andes también recibieron un importante número de visitantes esta temporada.

¿La reactivación total del mercado aéreo nacional tuvo algo que ver con esos resultados?

—Se han incrementado las frecuencias, tenemos muchas opciones y eso creemos que es importante decirlo. Se están abriendo nuevas rutas y apostando a la movilización. Mientras haya la posibilidad de tener un mercado más grande, vamos a tener disponibilidad de cupos en las plazas de habitación y plazas de la aviación, que no se han podido cumplir. En la medida que suba la demanda, estoy seguro de que se abrirán más opciones de rutas aéreas que van a permitir conectar al país.

Necesitan que crezcan y se desarrollen los otros sectores económicos para que ese reflejo se vea en el turismo…

—Claro, estamos preparados, tenemos capacidades y entusiasmos, pero mientras no haya mercado seguiremos apostando al crecimiento del país en otros sectores para que podamos recibirlos en el nuestro.

Creemos que, en la medida que sigamos creciendo económicamente en los distintos sectores, esa recuperación va a permear al turismo nacional.

Comparado con las temporadas de Carnaval y Semana Santa ¿cuál fue la variación en la temporada vacacional?

—Ambas temporadas son cortas y en esas la gente se moviliza más que en las largas. Esperábamos que la gente repitiera varios viajes durante la temporada, así que, evidentemente, Carnaval y Semana Santa fueron mejores que esta temporada vacacional.

Es decir, que quienes viajaron no lo hicieron a muchos destinos, sino a lugares puntuales…

—Así es. Los que pudieron viajar, lo hicieron, pero con pernoctas cortas, no fueron muchos días. Teníamos la esperanza de que la gente repitiera y pudiera irse, quizá, por una etapa de las vacaciones a la costa oriental, otra a la occidental o hacia algún otro destino del país. Pero no sucedió.

¿Hubo turismo receptivo de otros países, salvo de los programas anunciados por el Gobierno (visitantes rusos e iraníes)?

—Están llegando, poco a poco, no podemos decir que tenemos cifras importantes, pero lo más importante es saber que están llegando, que la gente está viniendo al país y se está encontrando con una cantidad de productos y servicios novedosos, con un ambiente seguro, con las ganas de poder prestar el servicio y de seguir atrayendo mercados internacionales. El mercado ruso, seguramente, va a regresar. Ya hay conversaciones con ese país y esperamos la apertura también del mercado colombiano.

Aún hay países con los que no hay conectividad directa o, al menos, el permiso oficial porque operan con vuelos especiales (como Ecuador o Perú)…

—Sí, ciertamente con la apertura de la conexión con Colombia, se nos abre la posibilidad de llegar a esos mercados de una forma más directa que la que teníamos. Sigue siendo a través de conexión en Colombia, pero es una ruta menos complicada que la de ir a Centroamérica para luego llegar a Venezuela. Seguimos insistiendo, y hemos hablado con la autoridad aeronáutica, para abrirnos al mercado latinoamericano y tener vuelos directos con esos países, porque son el mercado con el que tenemos que contar, es el que está más cerca, a dos o tres horas de distancia y es al que podemos con más facilidad. Insistimos en que esto se pueda lograr en los próximos meses.

¿No ha habido más reuniones sobre otras aperturas? El último destino autorizado fue Brasil… (El INAC aprobó los vuelos entre Brasil y Venezuela el 27 de junio)

—No, se ha quedado un poco estancado. Brasil está autorizado, pero no se han materializado conexiones y es posible que se esté esperando que también suceda algo políticamente en ese país. (En octubre son las elecciones presidenciales y Lula Da Silva —cercano a Nicolás Maduro— es favorito en las encuestas).

Sabemos que ha habido acercamiento con operadores brasileños y venezolanos, tratando de armar el negocio y de empezar a armar ese mercado. Escuchábamos noticias como la de que se están planteando rutas hasta Boa Vista desde Venezuela. Así que creo que también estamos apuntando a ese mercado y que, seguramente, en momentos en los que las condiciones políticas y las relaciones entre los países mejoren, vamos a tener ese mercado brasileño.

En el evento organizado por Aerotravel, los representantes de Rutaca Airlines informaron que está planificada para noviembre la apertura de dos rutas a Brasil, saliendo desde Puerto Ordaz: Boa Vista y Sao Paulo

¿Y cómo proyectan el comportamiento de la temporada de fin de año, tomando en cuenta los resultados de la vacacional?

—Creemos que, justamente, en esta temporada vacacional la gente no salió porque tenían otras prioridades económicas, como el tema escolar, de útiles, prepararse para el comienzo de clases y la gente tuvo que tomar su decisión de destinar los recursos a eso. Creemos que por esa razón, es posible, que para la temporada vacacional de diciembre tengamos mayor movilización. Esperamos que así suceda y nos estamos preparando con planes, promociones, paquetes que permitan estimular el mercado.

¿Qué estrategias están pensando para impulsar ese mercado reducido que comenta? ¿Se plantean reducciones de costos?

—Estamos trabajando articulados entre todos, no estamos aislados ni cada quien en su trinchera viendo qué puede ofrecer. Tratamos de crear redes de ofertas de productos y servicios entre todas las regiones, donde los que nos venden y los que nos compran vean la posibilidad de crear circuitos que sean mucho más atractivos, se aminoren costos y que la gente los vea atractivos para planificar sus viajes.

Los productos y servicios turísticos en Venezuela son costosos porque tenemos una estructura que nos hace trasladar esos costos a los precios, en la que tenemos que ver cómo manejamos los temas de servicios públicos, vialidad, transporte, las contribuciones fiscales y parafiscales, los impuestos en los boletos…

Cuando revisamos por qué somos tan costosos, nos damos cuenta de que son costos que se nos imponen por las circunstancias que estamos viviendo y por eso insistimos en que debemos sentarnos con las autoridades y revisar esto para ser competitivos frente a otros mercados internacionales.

¿Alguna de esas reuniones con las autoridades ha dado resultados?

—Estamos trabajando en eso. Sí ha habido planteamientos e iniciativas, se han concretado modificaciones en ordenanzas que le han dado ciertas ventajas al sector en algunas localidades y municipios del país. Pero eso tiene que ser una política general.

Estamos reuniéndonos también y trabajando con el tema de la ley de armonización tributaria, es otro frente que abordamos. Si queremos potenciar el turismo, el país entero tiene que entenderlo y tiene que haber facilidades u ofertas que sean competitivas frente al mundo.

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