Dos de los tres cargos no aparecen en la notificación de sobreseimiento firmada por la jueza. Los involucrados aseguran que insistirán en lograr que el beneficio se extienda a todos. Algunos buscarán reparación por parte del Estado.
Valencia. “Sobreseimiento ya”. Esa ha sido la consigna desde que los 33 fueron puestos en libertad y este 15 de agosto el Estado concedió la medida, pero a medias. La notificación del alguacil del Palacio de Justicia de Carabobo llegó a 30 de los 33, quienes quedan exonerados de los cargos que les fueron imputados por lo que fue difundido de manera errónea en la minuta oficial como una orgía.
La comunicación la recibieron el 14 de agosto, indica Iván Valera, quien desde su excarcelación, bajo régimen de presentación, ha fungido como vocero de los 33 detenidos el 23 de julio, mientras usaban las instalaciones de un spa al norte de Valencia, estado Carabobo.
El defensor de derechos humanos tenía conocimiento de que la medida se daría pronto. Además, el fiscal general Tarek William Saab lo había adelantado hace más de una semana.
Desde las: 8:00 a. m., Valera y parte de los 33 estuvieron a la espera para retirar la carta de sobreseimiento. Sin embargo, poco antes de las 11:00 a. m. fue cuando los atendieron.
Con este documento deben borrar todo historial que aparezca sobre nosotros en el sistema del Ministerio de Interior”.
Valera cuestionó que en el documento no se mencionen los tres delitos imputados en la audiencia del 26 de julio. Solo se cita uno, que es el de ultraje al pudor, los otros dos que son contaminación sónica y agavillamiento no aparecen. “Eran tres delitos los que nos imputaron en la audiencia”.
Si se toma en cuenta que la fecha dada por el fiscal general para sobreseer la causa no se cumplió, la ansiedad y la incertidumbre han sido una constante en los últimos días para los afectados. “Pensábamos que esas declaraciones fueron para calmar las aguas, pero por otra parte esto nos hace creer que sí hubo una investigación”, dijo Valera.
Desde el 1° de agosto, cuando Crónica.Uno conversó con Iván Valera, hasta la actualidad el proceso avanzó con inusual diligencia, en comparación con otros procesos judiciales. El Ministerio Público de Caracas hizo más investigaciones, les tomaron declaraciones y les hicieron una evaluación psicológica en la unidad de atención a la víctima.
Sin embargo, hasta la fecha ninguno de los 33 ha tenido acceso a los resultados de esa evaluación. “Eso era parte de una investigación hecha por las Fiscalía 89 que se hizo cargo del caso”.
Valera insiste en que es irregular que la Fiscalía encargada del caso fuese una enfocada en derechos fundamentales. “Ellos deberían más bien defendernos”.
Para Valera la felicidad por el sobreseimiento llegó a medias porque incluye solo a 30 y no a los 33. Espera que exista una extensión del sobreseimiento que cubra los otros dos delitos. “Se caerían muchos elementos de la Fiscalía al hacer eso y favorecería principalmente a nuestros otros tres compañeros”.
El afectado explica que el sobreseimiento no incluyó a todos porque el ritmo de las investigaciones y del proceso judicial ha sido distinto. “Mientras a nosotros nos dejaron en libertad a ellos continuaron investigándolos y a la espera del fiador”.
Aunque el lapso para lograr el sobreseimiento de los otros tres afectados podría ser de hasta seis meses, Valera duda que se tarde tanto, pues considera que la presión mediática y de activistas de derechos humanos ha sido la clave en la agilización de proceso.
Valera ha ignorado los comentarios negativos que se hacen sobre el tema. “Yo no pido que me acepten, sino que me respeten”, comenta Valera quien no busca victimizarse sino buscar la verdad y le ofende que se escuden en Dios para discriminar.
Pero también hace una crítica a la comunidad sexodiversa quienes en las marchas del orgullo han acudido de forma masiva, pero en las protestas por los 33, difícilmente llegan a 40. “Hay que replantear el modo de protesta y saber por qué exigimos derechos. ¿Cuál es el mensaje? Estas marchas no pueden terminar en una fiesta, tienen que terminar en la Gobernación, en el Palacio de Justicia. Homofobia hay en todos lados”.
Jesús Araujo es otro de los 33, él es el recepcionista de Avalon Spa y novio del dueño. Araujo está cansado de todos los comentarios de odio en su contra que lo hacen sentir en una montaña rusa. “La gente es como los pajaritos comen, sueltan comentarios y sueltan de donde pueden agarrar”.
La situación es compleja. Por un tiempo se habló de un enajenamiento que no existe, pero no pueden estar operativos porque la investigación se ha enfocado en un supuesto incumplimiento de sanidad. Algo que estaría vinculado a unas declaraciones hechas por el fiscal general. “El Ministerio de Salud vino a hacer una inspección”.
Pero para Araujo es inverosímil que se catalogue al local de insalubre. “Insalubre son los calabozos en donde nos tenían”.
El reclamo del Ministerio de Salud se basa en especificaciones técnicas, pues el local tiene certificados con las medidas erradas. “Lo tenemos de 20 centímetros, ellos lo piden de 25”. También critican el estado de la cocina del local y la presencia de cremas que no cuentan con certificación nacional. “Hay que preguntarse entonces en donde estaban las instituciones que permitieron su entrada y luego su venta, porque eso se compró en un local de acá”.
Desconocen cuándo reabrirán el local y su temor es el estigma que ahora recae sobre ellos. “Nadie quiere ir y que termines preso”.
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