El Monitor Salud registró situaciones como que de 17 centros en Caracas a los que se les hizo seguimiento, nueve no contaron con cloro, en promedio, durante 16 días.

Caracas. En tres días el gobierno de Maduro reportó 159 casos COVID-19 (25,7 % del total reportado desde el 13 de marzo) y mientras suben los contagios en Caracas, hay hospitales sin agua, sin cloro y con déficit de guantes y tapabocas.

Solo en los 18 días del mes de mayo en Venezuela se han reportado 285 casos positivos de COVID-19, 46,1 % del total de las cifras desde que se informó de los primeros contagios.  El día 16 confirmaron 45 casos, el 17 de otros 37 y el 18, el pico más alto: 77. Suman 159 casos que representan 25,7 % del total de los enfermos.

El pasado 8 de abril, Nicolás Maduro dio la orden de hospitalizar a todos los que tenían el virus. Para ese momento había 166 venezolanos enfermos.

Maduro decía en sus primeras alocuciones que había 23.000 camas disponibles y 206 de estas eran para terapia intensiva. No hizo mención nunca a hospitales sin insumos como agua y cloro.

Entre el 27 de febrero y el 1° de marzo, una encuesta de la asociación civil Médicos Unidos de Venezuela (MUV) hecha a 1014 médicos especialistas, residentes y generales en 128 hospitales, 279 clínicas privadas y 65 ambulatorios y consultorios daba cuenta de que solo en 12 entidades federales había 102 camas de UCI con ventilador y, en 11 otras, 104 sin ventilador. No todas estaban aptas.

A finales de abril, en un medio dependiente del Estado se decía, por ejemplo, que el área de triaje del hospital Periférico Jesús Yerena de Lídice “estaba debidamente dotada para el abordaje de los pacientes, realizaban análisis a personas con sospechas de tener el virus. A la fecha, se han consultado 1110 pacientes y se han hecho 208 PCR”.

Durante el  mismo tiempo informaron que el hospital El Algodonal, a cargo del doctor Darío González, estaba habilitado para atender los casos del COVID-19. Este centro de salud, especialista en el manejo de enfermedades respiratorias, actualmente atiende a los pacientes que llegan con insuficiencia pulmonar referidos de otros hospitales.

Los puestos asistenciales antes mencionados son dos de los 45 centinelas habilitados por el Ejecutivo para atender la pandemia. Asimismo, forman parte de los 17 centros que monitorea el MUV durante estos 60 días días de cuarentena y en los que ha habido poca dotación de guantes, tapabocas, jabón, cloro, desinfectante y agua, recursos importantes para el mantenimiento de la infraestructura hospitalaria. Esto en medio de una escalada de casos positivos y ante un escenario incierto del comportamiento del virus durante las próximas semanas.

Sigue la crisis

El Monitor Salud, a cargo de Mauro Zambrano, fundador de la Intergremial de Trabajadores de la Salud, presentó unos cuadros estadísticos en los que hace seguimiento entre marzo y lo que va de mayo a 17 centros asistenciales del Ministerio de Salud y del IVSS.

Los resultados para estos insumos básicos pero esenciales en la prestación de las salud, ponen en evidencia la falta de gerencia y voluntad gubernamental para corregir unos problemas que, durante más de dos años, viene denunciando la intergremial.

De nuevo, el Monitor Salud registró situaciones como que de los 17 centros en Caracas a los que se les hizo seguimiento, nueve no contaron con cloro, en promedio, durante 16 días. Entre los más críticos están los ambulatorios Humberto Fernández Mora con 29 días sin el insumo, y el Dr. Angel Vicente Ochoa con 30.

Mientras que El Algodonal Simón Bolívar centro centinela al que se hacía referencia en párrafos anteriores estuvo 26 días sin cloro, un producto necesario para descontaminar las áreas médico-quirúrgicas.

Con respecto al agua, la escasez se acentúa mas de abril a mayo. Un caso relevante es el del J. M. de Los Ríos, que ha pasado hasta ocho días sin agua. Justo este lunes 18 de mayo, luego de las 6:00 p. m. le llevaron una cisterna.

Otro hospital golpeado por la sequía es el Oncológico Luis Razetti, en Cotiza, donde tienen días clamando por agua. Al igual que el Vargas, que en dos meses ha pasado 43 días seco.

Pero una situación delicada que se destaca del monitoreo es que, en medio de la emergencia y de la obligatoriedad nacional de usar tapabocas, en el Jesús Yerena de Lídice, también centinela, en marzo registraron 25 días sin mascarilla, mientras que en abril fueron 30. Igual sucede con los guantes, los trabajadores denunciaron ausencia durante 18 días de marzo a abril, y de 27 días de abril a mayo.

por falta de luz
Foto: Archivo
¿Dónde están los insumos?

En marzo pasado, la vicepresidenta Maduro, Delcy Rodríguez, anunció la llegada a Venezuela de 55 toneladas de ayuda técnica humanitaria procedente de China.

El cargamento incluía: medio millón de kits de pruebas rápidas, 50.000 de pruebas PCR, ventiladores (respiradores), tomógrafos, desfibriladores, cinco millones de mascarillas y más de 100.000 trajes de aislamiento para el personal de salud.

El 20 de abril entraron al país otras 22 toneladas más de ayuda de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Equipos médicos y de plantas eléctricas, kits de limpieza e higiene, envases para almacenar agua, kits de primeros auxilios y pastillas potabilizadoras de agua.

El 15 de mayo Venezuela recibe el quinto cargamento, 45 toneladas, también proveniente de China. Más de 3,8 millones de mascarillas, más de 80.000 pruebas de diagnóstico, 51.000 trajes de protección, 11.000 guantes desechables y 3000 lentes de protección, entre otros materiales.

Sumando el envío de marzo y el más reciente son más de 8,3 millones de mascarillas, cuya ruta de entrega no ha sido informada.

Extraoficialmente, se conoció que algunos insumos han sido donados al Periférico de Catia y otros a la Maternidad Concepción Palacios donde los mismos trabajadores han contado que hacen sus propios equipos de protección.

De marzo a mayo el Monitor Salud denunció que en la clínica popular de Caricuao reutilizaron los tapabocas durante 45 y en el oncológico Luis Razetti lo hicieron durante 53 días, lo que ratifica la escasez y deja al descubierto que no se han beneficiado de las donaciones por concepto de ayuda humanitaria.


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