En el Terminal La Bandera, ubicado en el municipio Libertador, había un movimiento leve de entrada y salida de pasajeros. A diferencia de otros años, las colas no colapsaron el acceso al lugar.
Caracas. Alejandra* y sus dos hermanas salieron de Caracas el pasado 21 de diciembre rumbo a Maturín, en el estado Monagas, para pasar la Navidad y Año Nuevo con su familia. Para garantizar los pasajes en el terminal privado Rodovías, ubicado en el bulevar Amador Bendayán del municipio Libertador, tuvieron que comprarlos el día antes de su partida y estar temprano en el recinto antes de que abrieran las taquillas.
“Llegamos a las 6:20 a. m. y había cola pero no eran muchas personas. Pasaron 25 minutos y avisaron que no había pasajes para Ciudad Bolívar, Upata, Puerto Ordaz y El Tigre. Me enteré que están dando la opción de reservar y asumo que será por teléfono y por eso vuelan los boletos”, contó.
El pasaje Caracas-Maturín en ese terminal cuesta 21 dólares. Alejandra comentó a Crónica.Uno que para el momento de la compra no les exigieron las tarjetas de vacunación contra la COVID-19, solo los documentos de identificación y el pago de los boletos.
En el Terminal La Bandera, ubicado en el municipio Libertador, alrededor de las 9:00 a. m. del 21 de diciembre había un movimiento leve de entrada y salida de pasajeros. A diferencia de otros años, las colas no colapsaron el acceso al lugar.
Adentro había amplia iluminación y todas las taquillas estaban operativas al igual que los locales que vendían comida. Los precios están dolarizados y hay carteles que indican el valor de la divisa de acuerdo al Banco Central de Venezuela (BCV).
Dependiendo del destino, la tarifa cambiaba. Algunos precios son: Maracaibo $30, San Cristóbal $40, Barinas $25, Boconó $25 y Barquisimeto $15. Cada compañía de transporte contaba con varios métodos de pago como tarjeta de débito, pago móvil y efectivo en divisas. Los boletos son solamente de ida.
Viviana Combariza, quien tiene cuatro años trabajando en uno de los establecimientos que venden comida y bebidas dentro del Terminal La Bandera comentó que a partir del 15 de diciembre empezó el movimiento de pasajeros en el lugar y que las ventas aumentaron con respecto al año pasado.
Agregó que diciembre es el mes donde tuvieron mayores ganancias en 2021. Asimismo, se encuentra a la espera del retorno del esquema 7+7 como parte de las medidas de bioseguridad que implementó el gobierno de Nicolás Maduro durante la pandemia. La comerciante aseguró que ella y el resto de los trabajadores están vacunados contra la COVID-19.
Madrugar para ir al oriente del país
El Terminal de Oriente Antonio José de Sucre, ubicado en la autopista Petare-Guarenas, estaba prácticamente vacío. A las 10:40 a. m. había pocas taquillas operativas y uno que otro comercio de comida estaba abierto.
Si el destino era Cumaná, el pasaje costaba 15 dólares mientras que el boleto a Puerto La Cruz salía en 17 dólares y a Maturín en 20 dólares. El horario de salida varía de acuerdo al viaje. Contaban las mismas opciones de pago como en La Bandera y adicionalmente reservar el boleto con antelación.
En cambio, en las taquilla del Sistema Integral de Transporte Superficial (Sitssa), los precios de los boletos estaban más bajos. Por ejemplo, 8 dólares para Puerto La Cruz, 11 dólares para Carúpano y 9 dólares para Cumaná. Sin embargo el costo de estos pasajes tiene otro precio: la hora de salida es a las 8:30 a. m. y se deben adquirir el mismo día del viaje. Los pasajeros deben llegar a las 4:00 a. m. para garantizar sus boletos.
De los pocos comercios que estaban habilitados, uno de los dueños le dijo a Crónica.Uno que desde que empezó la pandemia de la COVID-19 el movimiento comercial cayó. “No viene mucha gente y a partir de las 10:30 a. m. esto está muerto. Se queda vació” señaló el comerciante.
Acotó que durante la semana del 24 de diciembre vieron que se elevó un poco el movimiento de pasajeros en el terminal, pero “no se compara a las temporadas previas a la pandemia de la COVID-19”.
Alejandra* es un nombre ficticio, la entrevistada solicitó que su identidad permaneciera bajo el anonimato.
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