De acuerdo con el gobernador Justo Noguera, la ocupación por COVID-19 en hospitales centinelas es de 60 %. Sin embargo, persisten las denuncias de pacientes a quienes les rechazaron el ingreso por falta de camas.
Puerto Ordaz. Jesús tiene síndrome de Down. A sus cuatro años de edad empezó a presentar síntomas de COVID-19, sus padres ya estaban contagiados. Cuando lo llevaron al hospital Uyapar, en Puerto Ordaz, la primera respuesta que recibieron es que no había cupos.
Mensajes en redes sociales, estados de WhatsApp y llamadas a contactos dentro del hospital sirvieron para que lo atendieran y lo trataran en casa por mayor seguridad.
Días antes ocurrió un caso similar con Eliu Hernández, camillero del referido hospital. Acudió por fuertes síntomas de COVID-19 y no lo ingresaron. Fue después de denuncias en redes sociales y medios de comunicación cuando lo recluyeron. El gobernador de Bolívar, Justo Noguera Pietri, dijo que estaban investigando qué había ocurrido ese día. De acuerdo con él, para entonces la ocupación hospitalaria en el estado estaba por el orden de 70 %.
En rueda de prensa, el 14 de abril de este año, Noguera Pietri aseguró que la ocupación está en 60 % en promedio.
“Tenemos una disponibilidad holgada. Aquí no se ha dejado de atender a nadie. Si en algún momento ocurrió, bueno, lamentablemente”, fueron sus palabras al cuestionársele sobre estas denuncias.
Apenas una semana antes acudió un joven al hospital Uyapar. Llegó a las 7:00 am y estuvo hasta las 6:00 pm a la espera de un internista que nunca llegó. Regresó al día siguiente y lo llevaron al hospital de campaña, donde murió de un paro respiratorio.
A Jesús, su padre se le murió en los brazos. La ida al hospital fueron los peores 15 o 20 minutos. Tenía síntomas de COVID-19, incluso, llegó a padecerlo en mayo del año pasado. Eso fue el 21 de marzo. Ese mismo día vio que sacaban a tres fallecidos por coronavirus.
Otras experiencias
La experiencia de Ana Torres fue distinta. Estuvo varios días con síntomas que le afectaron mayormente la parte digestiva. Un vómito constante e intolerancia a cualquier alimento o agua.
Fue al CDI de Uchire, en el sector Unare de Puerto Ordaz. Le dieron orden para hacerse unos exámenes, pues allí no tenían nada para atenderla.
Fue a una consulta privada y el diagnóstico de la doctora fue: “Vete inmediatamente para el Uyapar”. Entró en pánico.
Ese día fue, pero cansada de esperar al médico que debía examinarla, se fue a su casa. En la madrugada tuvo un ataque de asma y tuvo que ir urgente al hospital.
Inmediatamente se le dio el ingreso. Mientras Ana era recluida en el área COVID-19, sacaban dos cadáveres.
No puedo negar que recibí una buena atención de todo el personal, pero es verdad que faltan cosas. La mayoría de los medicamentos los adquirí por donaciones de vecinos, pastores y mucha gente que ayudó”, relató Ana, casi un mes después de recibir el alta.
Otra paciente relató su experiencia cuando acudió al hospital de campaña instalado en Puerto Ordaz, en la sede de Mundo Sonrisas.
Cuando llegué hay unas sillas separadas donde esperas turno para que te examine el doctor. Si tus síntomas son leves, no te dejan hospitalizado. A mí me mandaron tratamiento y aislamiento en casa. Pero los medicamentos no te los dan, tienes que comprarlos. Luego vas cuando ellos te dicen para hacerte control. Así hicieron conmigo”, contó Katiuska López.
Falta de personal
El hospital Raúl Leoni recibe dotación de insumos con más frecuencia. Es el hospital de Ciudad Guayana que tiene Unidad de Cuidados Intensivos. Sin embargo, “no hay intensivista”, dijo una enfermera.
Los hospitales en Bolívar se enfrentan a una merma en el personal. Trabajadores fallecidos víctimas del COVID-19, y otros, que se niegan a ir por falta de dotación de equipos de bioseguridad o transporte institucional que les impide llegar. Doblan guardias precisamente por falta de personal y hasta les ha tocado a una sola enfermera encargarse de las emergencias.
Tendencia sobrepasa los 200 casos
Un gráfico con el registro de casos COVID-19 diarios en centros centinelas Raúl Leoni, Ruíz y Páez, Rosario Vera Zurita, y los agregados Uyapar y Gervasio Vera Custodio, indicó que hasta el 13 de abril había 230 pacientes en estos centros.
Noguera Pietri afirmó que en el Rosario Vera Zurita solo hay siete pacientes, aunque no mencionó al resto, fuentes internas de los hospitales informaron a Crónica.Uno que en el Ruíz y Páez, en Ciudad Bolívar, había 130 pacientes y cero disponibilidad de camas. En este centro de salud habilitaron el área de emergencias y dos carpas para aumentar la capacidad de atención COVID-19.
En Uyapar había 46 pacientes, 50 en el Raúl Leoni, en San Félix; 18 en el hospital Juan Germán Roscio de El Callao, y 60 en el Gervasio Vera Custodio, en Upata.
El mismo gobernador informó que llegaron a tener picos de 276 casos comprobados diarios, solo en hospitales centinelas. La tendencia se mantiene en poco menos de 250 casos al día.
El pico se registró entre el 5 y 6 de abril. Los reportes de marzo, según información oficial, evidencian que la curva de contagio comenzó a ascender precisamente en días posteriores a la flexibilización de Carnavales.
Esas salas están full. Normalmente, hay que esperar que den de alta a un paciente o que fallezca uno de ellos, para poder dar ingreso a otro. Hubo un día en que en el Ruíz y Páez le dieron de alta a siete pacientes e ingresaron ocho”, mencionó un trabajador del Ruiz y Páez.
Hospitalizaciones en clínicas
Información obtenida de siete clínicas en Ciudad Guayana registraban 57 pacientes hospitalizados por COVID-19, en condiciones estables, más 14 en Unidad de Terapia Intensiva hasta el 14 de abril.
Ha bajado la cantidad de pacientes porque no todos tienen cómo pagar 1500 o 2000 dólares diarios”, dijo la fuente.
Las hospitalizaciones por COVID-19 en clínicas privadas de Ciudad Guayana oscilan entre 1500 y 3000 dólares. Para cuidados intensivos, el presupuesto se incrementa a unos 4000 dólares diarios.
Foto Cortesía/Archivo
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