Taika Waititi presenta una parodia de este tipo de cine, a la vez que debe seguir los lineamientos de la franquicia. Historia entretenida con un villano formidable

Caracas. Thor: Amor y trueno no ofrece nada nuevo, pero a la vez sí. La cuarta película del Universo Cinematográfico de Marvel dedicada al superhéroe es una historia de menos a más, en la que el protagonista vive una serie de adversidades hasta lograr su cometido. Lo normal en este tipo de obras.

Sin embargo, Taika Waititi revisa la pomposidad de este tipo de largometrajes. No la ignora, tan solo hace que la ironía de la autoparodia tome un lugar importante en la trama. Por ejemplo, en la película, Thor (Chris Hemsworth) viaja por el espacio en un trineo que es halado por dos cabras gritonas que le regalaron por salvar a los habitantes de un reino.

Thor: Amor y trueno es la cuarta película de la llamada fase 4 de este universo. De ese grupo, es la que más transgrede su puesta en escena, sus referencias y sus maneras.

Thor: Amor y trueno
Al principio, el protagonista es presentado también como una especia de jipi que busca su paz

Comienza con Thor unido, como se sabe, a los Guardianes de la galaxia. Pero se tiene que separar de ellos cuando recibe un llamado de ayuda. Debe acabar con Gorr (Christian Bale), un personaje que consigue dominar la necroespada, que le permite acabar con los dioses. Es su venganza por sentirse abandonado por los supremos cuando vio morir a su familia.

De esta forma surge uno de los villanos más interesantes de Marvel. Desde Thanos, el estudio no mostraba un antagonista con propósitos tan claros y contundentes por el cual se justifica toda su explosión. Además, la actuación de Bale, como suele ocurrir, magnifica todavía más lo que se ve en cada escena de Gorr, fantasmagórico siempre, pues si pierde a sus seres amados, pierde el alma. 

Con él surgen los momentos de mayor solemnidad durante Thor: Amor y trueno. El villano calculador y atroz sabe cómo poner en aprietos a quienes osen llevarle la contraria.

Thor: Amor y trueno
La comedia romántica tiene especia atención en esta propuesta del director

En esta película también está Natalie Portman, quien interpreta a la doctora Jane Foster, que a su vez es Mighty Thor cuando se fortalece en poderes. Se convierte así en la dupla del protagonista, a la vez que hace que todo derive en una comedia romántica, pero siempre desde el punto de vista del cineasta, quien acostumbra a su audiencia a una ironía que en este caso raya en lo absurdo, pero bien delineado.

Taika Waititi, quien también dirigió Thor: Ragnarok, escribe el guion junto con Jennifer Kaytin Robinson, quien viene de realizar obras de corte juvenil para HBO, Netflix y MTV.

Ambos logran que Thor: Amor y trueno sea una película diferente, no solo por los diálogos y su humor, que, en ocasiones, contraría la corrección política imperante, sino que también hay un uso especial de los colores que se desliga de la indumentaria de costumbre, y pareciera más bien codearse con la idea de ser fiel al mundo imaginario que a la búsqueda de un realismo dentro de la misma fantasía.

Es cierto que por momentos decae en ciertas reiteraciones, que bajan el pulso a su propuesta. La tensión romántica entre Thor y Jane desluce en los momentos en los que las obviedades son alargadas para mantener ciertas escenas, sin embargo, los responsables de la historia saben recompensar ese tiempo.

Thor: Amor y trueno
Christian Bale le da vida a una de las fortalezas del largometraje: su villano

Hay cameos bastante hilarantes. Uno de ellos ocurre cuando en el primer acto se presenta a New Asgard como un sitio alejado de su misticismo, ahora solo un lugar turístico para el lucro de la nostalgia. Entonces, se ve una parodia teatral sobre la vida de Thor y Loki, protagonizada por Luke Hemsworth y Matt Damon, respectivamente, quienes encarnan a unos habitantes de ese sitio.

También es cómico el conflicto que surge entre las dos armas de poder de la historia: el martillo y el hacha, objetos en parte humanizados para lograr ese fin.

Thor: Amor y trueno termina entonces en una disyuntiva. Por un lado, es una propuesta que busca una relectura desde el humor y la ironía del mundo de superhéroes de Marvel, pero a la vez, está atada a los derroteros propios de la franquicia, que imposibilita una desvinculación total de su ideario. Aun así, las intenciones se agradecen por sus buenos resultados una vez se comprende y acepta su mundo. Entretiene y, como siempre, deja la puerta abierta a más. Hay dos escenas posteriores a los créditos. 

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