Tres años de derrames petroleros e impunidad ambiental pesan sobre el golfete de Coro

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Este espacio marino de Falcón tiene una sentencia de parte de los pescadores: “Río Seco está destinado a morir si no hacen el saneamiento del golfete”.

Coro. Los vertidos de crudo afectan a las zonas petroleras del país, tal como el lago de Maracaibo en el estado Zulia y también el golfete de Coro, en Falcón. Estas aguas del occidente venezolano han sido blanco de una contaminación continuada desde hace tres años ante el vertido de crudo y gas.

El primer derrame de petróleo en las aguas del golfete de Coro fue un 14 de septiembre de 2020 pocos días después del evento similar en El Palito en Morrocoy.

Desde entonces, se contabilizan 36 derrames, dos de los cuales están activos en Falcón.

Eduardo Klein, profesor y experto ambientalista, ha denunciado que hay dos derrames activos en Tiguadare, península de Paraguaná, y dos fugas de gas en el tubo de Río Seco. Una está ahí desde enero, la de arriba apareció el 18 agosto. En total cuatro fugas activas en la zona del golfete mostró el experto a través de fotos satelitales.

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El golfete de Coro ha recibido 36 derrames de petróleo y constantes fugas de gas. Dos vertidos están activos en Paraguaná. Cortesía Eduardo Klein

Entre los años 2010 y 2016, la NASA registró 50.000 fugas y derrames de petróleo en Venezuela. Luego de esa fecha no hay estadísticas.

Imagen cortesía Eduardo Klein
Un toque institucional ante el Minec

Recientemente, FundaRedes consignó una incidencia pública ante el Ministerio de Ecosocialismo (Minec) y la Defensoría del Pueblo en la entidad. Hizo mención en nota de prensa de la vulneración a los derechos ambientales y laborales por los derrames de petróleo que durante años han afectado la zona.

Roberto Molina, coordinador de FundaRedes en el estado Falcón, se hace eco de esta situación de impunidad ambiental, ya que, los constantes derrames petroleros deterioran la biodiversidad marítima.

También se vulneran los derechos económicos y laborales de los lugareños, quienes se dedican a la pesca. La disminución de la cantidad de peces afecta sus ingresos, medios de vida tanto personales como familiares.

El pescador Samuel Ortiz asegura que la situación es tan grave que en años anteriores podían pescar cardumen de lisa o de jurel y ahora no pueden. “El ecocidio acabó con nuestro golfete y caladeros”.

Afirma que con lo que producían podían construir sus propias casas. “Desde hace tres años nadie construye techos dignos para sus familias. Ahora nos falta todo, desde comida, medicinas, la manutención de hijos y nietos”, asegura.

Necesitamos la indemnización por todas las pérdidas que hemos tenido y el compromiso y la acción inmediata de Pdvsa para resarcir los daños causados antes, durante y después de cada evento petrolero”.

El artículo 1321 del Código Civil venezolano establece: “Queda sujeto a la indemnización de daños y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa inexcusable o culpa leve”.

Los pescadores exigen resarcir daños ecológicos, lucro cesante, daños emergentes y daños morales.

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Así lucen las orillas de varias costas de la península de Paraguaná: Tacuato, Prudencio, Médano Blanco, Punta La Barra y Punta Cardón. Foto cortesía pescadores

De la cantidad total de embarcaciones, unas 344, el 18 % de las lanchas están inoperativas dada la incapacidad económica de los marinos para repararlas. Había 242 activas hasta 2022.

Para ese mismo año, se registraron 86 derrames de petróleo, frente a 73 fugas en 2021. Los estados comprometidos son Zulia, Falcón y Anzoátegui con mayor número de desastres, según la ONG Observatorio de Ecología Política.

La negligencia de la estatal petrolera es la principal causa, asegura Elio Medina. “Se le suma la falta de mantenimiento o mejoras en las tres tuberías adaptadas para el crudo y que cruzan el golfete de Coro. Allí dos líneas están clausuradas y la tercera sería la única que estaría enviando petróleo a las refinerías”.

Los daños emergen de las líneas 1 y 2 Ule-Amuay y la línea 3 Puerto Miranda-Cardón.

Una de las opciones para condonar lo que los pescadores han perdido estos años es la indemnización mediante chatarra. Bajo las aguas del golfete se calcula que hay un mínimo de 260 toneladas de chatarra que pueden servir para indemnizar a los marinos, devolverles la calidad de vida e iniciar el saneamiento del lugar.

Sin embargo, extraoficialmente se conoce que han diligencias entre las partes para que entre 55 a 70 toneladas de chatarra que se vendan a terceros por parte de la industria, con el fin de compensar la situación laboral, financiera, de familia que presentan los pescadores en Falcón.

Los derrames activos

Los nuevos eventos dentro del golfete de Coro se han suscitado en la línea 2 y 3 a escasos dos kilómetros de Tiguadare.

Explican pescadores que con la calma del viento las bahías desde Tacuato, Prudencio, Médano Blanco, Punta La Barra y Punta Cardón sus orillas están afectadas por el asentamiento del crudo. El derrame tiene más de un mes activo.

Ave marina manchada con hidrocarburos. Foto cortesía pescadores.

A los pescadores ya no les sorprende el silencio del ministerio, dicen que el “ministro y las autoridades competentes se hacen la vista gorda”.

Tiguadare es conocida como la bahía con mayor cantidad en producción de corvina. “Hoy no pescamos ni una”, asegura Carmen Padilla, representante de nueve consejos nacionales de pescadores en la península de Paraguaná.

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