Valencia y Los Guayos lideran los casos de infecciones de transmisión sexual en Carabobo

infección de transmisión sexual

Las cifras de contagios en Carabobo, afirman fundaciones que promueven la lucha contra las infecciones de transmisión sexual, están a la par de la media nacional. En 2023, además de los casos en adultos, se diagnosticaron 225 menores de edad con VIH u otras enfermedad o infección de transmisión sexual.

Valencia. Cuando Arturo Cifuentes divisó una mancha roja en sus genitales se preocupó, recuerda que se estaba bañando y al ver la marca pensó que había sido provocada por fricción, pero al día siguiente tenía otra y de a poco estas manchas aumentaron no solo en su parte intima, sino en otras partes del cuerpo, el diagnóstico sífilis. Era la primera vez que contraía una infección de transmisión sexual (ITS).

La sífilis junto al virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el Virus del Papiloma Humano son las tres ITS que más casos presentan, no solo en Carabobo, sino en Venezuela. según Eduardo Franco, presidente de la fundación Manos por la Vida Carabobo (Mavid) y presidente de la Red Venezolana de Gente Positiva.

Para el experto es muy alarmante que los números obtenidos en Carabobo estén prácticamente a la par de la media nacional, destacando que 14,93 % presenta VPH, de igual modo sífilis. Franco dice que esto no significa que no se haya detectado otras como candidiasis, 6,03 %, clamidia y gonorrea.

Los tres virus

Franco afirma que la falta de educación, la inexistencia de vacunas contra el VPH en el sistema de salud pública y el alto costo de las medidas de protección, inciden directamente en el alza de las cifras.

De hecho, para tratar la sífilis necesitas Penicilina Benzatínica y en el área pública no se encuentra”. De acuerdo al portal web de una reconocida cadena de Farmacias, en su almacén solo tienen seis dosis. y cuestan entre $1 y $2.

Cuando Cifuentes tuvo diagnóstico de sífilis era 2019 y el país, de acuerdo a la Federación de Farmaceutas de Venezuela (Fefarven), transitaba por un desabastecimiento de fármacos de entre 90 y 98 %.

“Recuerdo que no hubo farmacia en Valencia que no visitara. Todos me decían lo mismo. Que no la tenían. Eso me daba ansiedad porque mis padres no podían enterarse que su hijo tenía una ITS, eso iba a ser tan malo como el día que descubrieron que era gay”. comentó.

Aunado a esto, el diagnóstico de sífilis no ocurrió rápido. Fueron más de siete consultas y muchos exámenes porque a pesar que el grupo de infectólogos, internistas, micólogos y dermatólogos, coincidían en que Cifuentes tenía sífilis en el estadio número dos. La prueba de VDRL y la prueba de absorción de anticuerpos treponémicos fluorescentes (FTA-ABS) estaban dando negativo. Esto a raíz de los reactivos vencidos que utilizaban los laboratorios en aquella época.

“La solución que me dieron fue hacerme una prueba y que los laboratoristas la mandaran a Maracay a un laboratorio especial de temas genéticos e infecciosos llamado Genomik”, dice Cifuentes

Ahí el resultado fue positivo. Pero ya habían pasado dos meses y el virus seguía avanzando, por lo que al momento en el que Cifuentes conoció su diagnóstico las palmas de su mano eran un lienzo de puntos rojos descamados, al igual que sus pies. Su pene presentaba fimosis (imposibilidad de retraer el prepucio y rotura de este tejido, balanitis (inflamación del glande) y su glande estaba plagado de manchas rojas, Al igual que su torso. “Me sentía como un dálmata”.

El condón o la comida

Al final entre consultas y medicamentos Cifuentes gastó 300 dólares. “Los obtuve entre mi sueldo, pedir dinero regalado a amigos y a desconocidos”.

En este sentido Franco dice que la crisis ha llevado a las personas más desfavorecidas a decidir entre una caja de condones y un paquete de harina de maíz. Una caja de condones puede costar desde 0,40 hasta los 6 dólares.

Eso ha dado paso también a que el VIH siga creciendo en la población carabobeña. Solo en Carabobo hay 4023 personas con VIH, de las cuales 74,73 % son hombres, 23,76 % mujeres y el 0,22 % no binarios. Las edades con más diagnóstico fueron personas de 37, 50 y 62 años y el mes que registró mayor incidencia fue enero con 63 casos.

Estos reportes vienen de la red de trabajo de Mavid que está vinculada a nueve centros de salud pública en Carabobo, por lo que dichas cifras no son solo de personas que acuden a la fundación. En este sentido Valencia puntúa los casos, principalmente la parroquia Rafael Urdaneta (suroeste) y el municipio Los Guayos frontera con esta parroquia.

Durante un trabajo de seis años logramos hacer un programa de concientización en Los Guayos y logramos bajar las cifras, pero no se ha hecho más por problemas monetarios y hemos visto de nuevo el ascenso”, sostiene Franco.

Los municipios más apartados de Carabobo presentan mayor opacidad, bien sea porque la gente desconoce que es portador del virus, por ausencia de centros de salud, o porque le restan importancia a los síntomas. Este es el caso de Miranda y Carlos Arvelo.

Los hijos del VIH

El desconocimiento, la falta de dinero, la escasez de terapia antirretroviral (TAR) en centros públicos y el miedo, han tenido una incidencia directa en la tasa de mortalidad. Que en 2022 dejó 127 fallecidos, en ese año, julio fue el mes con más muertes (24), mientras que en 2023 entre enero y octubre, ya habían muerto 64 personas. Enero fue el mes con más decesos (10).

La situación se agrava cuando las cifras revelan que 225 menores de edad en Carabobo viven con el VIH o con algún otro tipo de ITS. Escarbar en este dato es aún más preocupante, porque de este número 138 tienen entre 0 y 11 años. Esta población por lo general nacieron con el virus. El resto, tienen entre 12 y 17 años y han contraído la enfermedad por inicio de actividad sexual temprana.

A Mavid, aseguran sus directivos, han llegado casos de menores de 13 años con VIH. También han llegado personas con demencia sifilítica, el último estadio de la sífilis que aparece entre 3 y 10 años de poseer la enfermedad. “Esto era muy raro de ver. Yo nunca había visto un caso así y ahora están apareciendo con constancia”.

El TAR hace la diferencia

El tema de la TAR es  muy importante. En los meses evaluados en 2023, 421 personas abandonaron su terapia.

“La razón es que generalmente se sienten bien y dicen no necesitar más el tratamiento. Hablamos de un profundo desconocimiento de la enfermedad”. Sobre esto, Mavid hace un enorme esfuerzo por rastrear a los pacientes y convencerlos de retornar. En lo que va de año 340 personas reiniciaron su tratamiento.

Gracias a los convenios de la fundación con organismos internacionales Mavid tiene terapia antirretroviral hasta abril de 2024 con un abastecimiento seguro hasta dentro de tres años, afirma Franco. “No hay necesidad que manden a traer el tratamiento o que lo busquen en el mercado negro porque aquí hay. También hacemos la prueba del VIH gratis y damos preservativos”.

Aunque han pasado más de cinco años, Cifuentes dice haber quedado traumado, pero con la lección aprendida.

“Me he vuelto paranoico y religiosamente cada seis meses me hago los exámenes. La gente no debería tener miedo a pedirle a sus parejas esto, ni tampoco a hacérselos. ¿Qué da miedo? Si, pero más miedo da sufrir una enfermedad y que de ahí en adelante cada vez que te veas las manos y el pene lo hagas con temor ante la aparición de una mancha que no va a aparecer porque te cuidas”, dice Cifuentes con sus exámenes en mano que dicen “negativo”.


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