La baja calidad de semillas, así como el nulo control fitosanitario del material vegetal que ingresa desde Colombia, pone en riesgo a los campos ahora con la llegada de hongos que producen la verruga de la papa.
San Cristóbal. Nuevamente los campos tachirenses están bajo amenaza debido a nuevos enemigos que ponen en riesgo la producción de verduras, frutas y hortalizas en la entidad.
Diversidad de microrganismos llegan de una u otra forma a los campos andinos y los más perjudicados son los productores, quienes deben lidiar con estos elementos, lo que encarece las siembras, en caso de que logren sacarlas a la venta, si no es que las mismas son arrasadas.
La papa andina es la que, a juicio de los agricultores, lleva la peor parte. Productores de la montaña alta del Táchira, han denunciado desde hace varios años la llegada de este tubérculo por medio del contrabando proveniente de Colombia, lo que ha afectado la producción regional, pues aquella es más barata que la local, y se desploman las ventas de la papa regional.
Ahora, los agricultores del estado deben lidiar con un hongo que causa verrugas sobre la papa local, que dañan la totalidad de las producciones y causa pérdidas incalculables a los trabajadores del campo.
Este hongo, el Synchytrium endobioticum, es conocido también como verruga de la papa. De acuerdo con la información ofrecida por el ingeniero agrónomo, Ender Morales, docente universitario y asesor del gremio agricultor en la entidad, el hongo es de muy fácil propagación, ya que sus esporas se movilizan de diferentes maneras, a través del agua, aire, traslado en zapatos, entre otros.
Pablo Fernández, ingeniero agroalimentario, sostuvo que este hongo es considerado por el gobierno de los Estados Unidos, desde el 2002 como un fitopatógeno con posibles usos a nivel de bioterrorismo.
Semillas de baja calidad
“Se han venido colocando una cantidad de semillas sin la debida calidad desde el punto de vista microbiológico y de sanidad vegetal y se han colado enfermedades que lastimosamente están presentes en los barbechos y en los terrenos que nuestro productor trabaja”, refirió.
Fernández asegura que los costos para combatir estas enfermedades son muy elevados para los pequeños productores que viven de las cosechas, en especial de la de papa.
Explica Morales que este es un parásito obligado en la papa, lo que quiere decir que la estructura que lo mantiene en el tiempo es una zooespora ubicada en el suelo traída por un elemento externo desde otro terreno o bien por haber sembrado semillas contaminadas o sin calidad fitosanitaria.
El docente lamenta que no solo se ingresa por los caminos verdes alimentos, sino material vegetal “que en algún momento comprometió la salud financiera de las empresas agrícolas de la zona y en este caso la verruga ha deteriorado la calidad de vida de los paperos de tierra alta”, destacó.
Señaló Morales que el hongo que causa la verruga puede vivir entre 30 y 40 años en el suelo y cada vez que se siembre papa y brote, se activará el hongo y comenzará a crecer la verruga, pues la planta alimenta al parásito.
Esta papa es descartada por el productor apenas la ve, por lo que no se comercializa para su consumo, ya que su apariencia es sumamente desagradable.
Sin cura
Morales afirma que para el hongo, de acuerdo a la literatura, no existen productos que sirvan para eliminar del todo a la verruga. Lo más que pueden hacer los productores, son cercos sanitarios que impidan la expansión del hongo hacia otras fincas.
Una sola espora puede irse en las botas de un jornalero y contaminar, sin querer, otros terrenos. Igual el agua que escurre de un barbecho a otro va a llegar la enfermedad”, sostuvo.
Sin embargo, se muestra optimista, pero a la vez asegura que la prevención de la expansión de la verruga de la papa, eleva los costos de producción. Reitera que urge la producción de semillas nuevas de alta calidad dentro del país.
Destacó el experto que se debe aprender a convivir con este tipo de enfermedades, tal y como los humanos aprendimos vivir con patologías como el COVID-19, entre otras.
“Nuestro reto es manejarlo de modo que nos permita mantener un impacto económico muy bajo”, refirió.
La sarna
Otra enfermedad que pone en riesgo la producción de papa es una espora subterránea, conocida como sarna de la papa que también se registra en algunos sembradíos. Achaca la presencia de este elemento al mal manejo de los productos orgánicos, así como a la mala calidad de la semilla.
El problema de la semilla de la papa es tremendo. Una semilla que no sea de calidad es comprometedora en un sistema de producción”, sostiene Morales.
Morales indicó que este es el momento para producir la semilla en Venezuela.
Busquemos los mejores técnicos, busquemos al mejor personal semillerista y produzcamos nuestras propias semillas, pero hay que hacerlo. Necesitamos que una vez tengamos nuestras cosechas, no tengamos una competencia con una papa que viene de Colombia. De diez insumos, ocho son de contrabando”, dijo.
El contrabando los inunda
Denuncia Morales que en la frontera hay empresas piratas que se han dedicado a la fabricación de insumos agrícolas de pésima calidad que son pasados por las trochas de forma ilícita y comercializados en los campos venezolanos.
“Terminan engañando a nuestros productores con insumos a bajo costo que prometían producir más y terminaron deteriorados por una cantidad de vicios que se encuentran en la cadena (de producción)”.
Gerson Pabón, director general de Fedeagro y presidente de la Asociación de Productores de papa del estado Táchira, (Apropatáchira), reiteró que a pesar del riesgo que implica la presencia de verduras, frutas y hortalizas sin el debido control fitosanitario, siguen ingresando por Colombia toneladas de estos productos, bajo la mirada complaciente de las autoridades civiles y militares.
Agregó que de la apertura fronteriza deben salir los convenios con confederaciones del vecino país para importar semillas de alta calidad que mejoren la producción local.
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