Más de 200 cofradías de San Juan se encontraron en las costas de Aragua para festejar una de las tradiciones paganas y cristianas más antiguas. Bañarse con el rocío nocturno, cortarse el cabello o asomarse por la ventana el 24 de junio, forman parte de los rituales y creencias con mucho arraigo en varias comunidades de Venezuela.
Las fiestas de San Juan Bautista en Venezuela comenzaron en las haciendas cacaoteras. Cada 24 de junio, el día más largo del año, los hacendados les permitían a los negros esclavos descansar de las agotadoras faenas, solo por ese día.
Ese descanso también servía para celebrar el inicio del solsticio de verano, pues se ha creído que en esa época se obtienen las mejores cosechas.
El fuego y el agua representan los dos principales símbolos de esta festividad, pues con el primero se deja atrás lo malo quemándolo en el fuego y con el segundo, como un elemento purificador, se da la bienvenida a lo nuevo.
Los negros esclavos encontraron una fecha perfecta para revivir sus rituales ancestrales y, desde hace siglos hasta la fecha, la fiesta de San Juan, se convirtió en una celebración que mezcla el cristianismo y lo pagano.
Los descendientes de los esclavos africanos adoptan como protector a San Juan, “el Santo del agua”, y los cristianos conmemoran la natividad de San Juan Bautista, quien de acuerdo con la Biblia, habría nacido un 24 de junio. San Juan es el único santo al que la iglesia católica le celebra su nacimiento.
Algunas referencias históricas señalan que, en Europa, el festejo data del siglo IV. Carmen Elena Alemán, autora del libro Corpus Christi y San Juan Bautista, sostiene que, en Venezuela, se trata de “una de las principales tradiciones donde se realizan los rituales de la comunidad afrovenezolana, principalmente en Chuao, zona costeña del extremo norte del municipio Santiago Mariño en el estado Aragua.”
Es en Aragua donde mayor arraigo encuentra esta tradición, pues en ella se concentran por lo menos 11 cofradías originarias con más de 300 años de propagar de generación a generación, esta manifestación religiosa y cultural, particularmente en poblaciones como Ocumare de la Costa, donde este año se llevó a cabo el décimo octavo encuentro municipal de cofradías.
[irp posts=”128894″ name=”Apagones obligan a habitantes de Ocumare de la Costa a recurrir al trueque para sobrevivir”]A esta localidad costera se suman en el festejo Cuyagua, Cumboto, Turiamo, Cata, Cepe y Chuao.
Pero existen más cofradías. Juan Lira, presidente de la Federación de Cofradías de San Juan Bautista del estado Aragua, Fedecosbea, estima que hay más de 100 en todo el estado, aunque la federación contabiliza entre 70 a 80 cofradías.
“Somos el estado que más cofradías tiene y somos la única organización social y cultural que cuenta con una federación” dice.
Fiesta ancestral
En Venezuela, la festividad de San Juan es ancestral y su propagación como manifestación cultural se ha extendido y prolongado tanto, que el ministro de la Cultura, Ernesto Villegas, anunció la postulación del culto a San Juan Bautista ante la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La festividad de San Juan también se celebra en estados como Vargas, Miranda y Carabobo, pero en Aragua se ha extendido más allá de las zonas costeras y se ha arraigado en sectores populares céntricos de la capital y de municipios aledaños.
Entre las más reconocidas, se encuentran las cofradías de Estilita de Tovar, en el barrio El Recurso; la de Reina Faneite, en el sector La Coromoto; la de Martín Flores, en el barrio El Milagro, y la de José Neno Uribe, en el sector La Cruz de El Limón.
Otras comunidades de Maracay, como 23 de Enero, Santa Rosa, Campo Alegre, Barrio Bolívar, Caña de Azúcar y varios municipios del estado, también celebran a San Juan.
La fiesta comienza el 31 de mayo, cuando se despide a la Santísima Cruz de Mayo y se le da la bienvenida a San Juan. Se guarda silencio y apagan las luces. Al encenderlas, ya San Juan está en el altar. Con golpe de tambor y el canto del Ave María, se celebra la Entrada de Mes.
[irp posts=”6976″ name=”Fiestas en honor a San Juan Bautista serán por todo lo alto”]El 23 de junio, en la Boca de Ocumare de la Costa, comienza el desembarco de San Juan. Los pescadores pasean al santo en una procesión marítima.
Allí se congregan como todos los años, más de 200 San Juanes, incluidos los provenientes de otros estados, acompañados con vistosos y coloridos bailes y al son de tambores, guaruras, maracas y charrascas, quienes se reúnen en un ritual conocido como el Encuentro de los Sanjuanes.
En las zonas urbanas, se comienza con el velorio en medio de tambor y licor. Ya los altares adornados están listos para salir de aquellas casas en las que San Juan está guardado.
Un sangueo llamado “La huerfanita” es el preámbulo a la celebración de la misa con San Juan en brazos. Al salir de la iglesia, la imagen es paseada por las calles, en medio de un baile erótico en donde el hombre busca y la mujer se escurre entre ritmos provocadores, hasta llegar a La Gruta de San Juan Bautista.
La fiesta de tambores continúa hasta el anochecer. Las aguas estarán benditas por el santo. Se cree que cortarse el cabello una noche del 24 de junio, traerá buena suerte y que además crecerá brillante y abundante.
Verter un huevo en un vaso de agua, podría anunciar el nacimiento de un niño, bañarse en el mar en la noche de San Juan, dará salud y juventud y quien se bañe en el rocío que cae en esa noche, tendrá protección todo el año. O los solteros que se asomen por la ventana de su casa, verán pasar al amor de su vida.
Al santo precursor, al profeta, al bautista, a la voz en el desierto, se le atribuyen milagros. Su devotos creen que si San Juan lo tiene, San Juan te lo da.
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