José Gregorio Hernández, el hombre que demostró que la ciencia y la religión son compatibles

Los devotos esperaron por años que el siervo de Dios fuera considerado el cuarto beato venezolano, después de la Madre María de San José (1995), Madre Candelaria de San José (2008) y la Madre Carmen Rendiles Martínez (2018).

Caracas. En los carritos por puesto, en las fruterías, zapaterías, en las billeteras, en los comedores de las casas… En todos lados hay una estampita del doctor José Gregorio Hernández, el hombre que demostró que la ciencia y la religión son compatibles.

Dice Laura Zambrano, de la Causa de Beatificación del doctor José Gregorio Hernández, que el médico está entre los venezolanos con más arraigo popular, no solo en Venezuela, su tierra natal, sino en otras latitudes del mundo.

Quién iba a pensar que incluso en Tailandia, en Líbano y hasta en las Antillas Holandesas, los pasos del Venerable son conocidos, admirados y necesitados.

La Causa que lleva registro de los testimonios donde ha estado presente el Médico de los Pobres, tiene en sus estadísticas que entre 2006 y 2018 se recibieron 2214 testimonios de personas que dicen —en su mayoría— haber recibido favores de José Gregorio Hernández. De esos, 665 son de personas extranjeras.

De Colombia se han recibido 84, de España 15, de Ecuador 13, de Estados Unidos 10. Hay correos que llegaron de Portugal, Alemania, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Panamá, Chile, Francia, Líbano, Tailandia y de otros lugares que no se contabilizaron con sus lugares de origen.

José Gregorio Hernández, el hombre ejemplar 

Pues sí, el ciudadano ejemplar no solo llegó a Roma cuando el arzobispo de Caracas, Lucas Guillermo Castillo, en 1949, inició su causa de beatificación. O cuando en 1986 el papa San Juan Pablo II marcó un hito importante en ese largo proceso, al declarar que José Gregorio practicó las virtudes en grado heroico, es decir, vivió una existencia de entrega a Dios en camino a la santidad y, por tanto, lo declaró Venerable.

“Goyo”, como lo llaman popularmente, tiene alcance en otras latitudes. Para que se aprobara su beatificación se requirió comprobar, ante la Congregación para las Causas de los Santos en Roma, que se diera una curación médicamente inexplicable por medios naturales, completa e instantánea.

Este hecho extraordinario llegó cuando se cumplían 43 días de la cuarentena (el 27 de abril de 2020) “la Comisión Teológica aprueba por unanimidad el milagro del Venerable Siervo de Dios, Doctor José Gregorio Hernández Cisneros (…)”.

Camino recorrido 

Los devotos esperaron por años que el siervo de Dios fuera considerado el cuarto beato venezolano, después de la Madre María de San José (1995), Madre Candelaria de San José (2008) y la Madre Carmen Rendiles Martínez (2018).

A diario el nicho donde se encuentra su cuerpo es muy concurrido. Está ubicado en la iglesia La Candelaria, donde reposan sus restos desde 1975. Estos fueron trasladados desde el Cementerio del Sur, donde habían sido enterrados al momento de su muerte, el 29 de junio de 1919. Entre 10 y 20 personas pasan en un lapso de media hora. Mientras esté abierta la iglesia los seguidores no dejan de asistir.

Narcisa León, una de sus fieles devotas, va seguido. Se para frente al vidrio y agradece por los favores recibidos. Una trombosis le estaba estrangulando una de las piernas. El diagnóstico era de operación y sanó en un tiempo perentorio. Lo atribuye a la intermediación de “Goyo”. Su testimonio lo conoce solo él, a quien le ora a diario.

Otros tantos pasan por la oficina donde está la Causa. “Con mucha emoción vienen a contar y nosotros los escuchamos con mucho consuelo y atención, pues si no son casos de posibles milagros, todos sirven para el testimonial histórico de la vida y obra de José Gregorio”.

Solo tres posibles milagros llegaron en Roma. Uno de 1986, otro de 2009 y uno de 2019. De los más de 2000 que llevan en las estadísticas, dijo Zambrano que solo 10 % de los casos son llevados a estudios y de esos, 3 % son posibles milagros.

El milagro aprobado por intercesión de José Gregorio Hernández es el de la niña Yaxury Solórzano, ocurrido el 10 de marzo de 2017, cuando ella tenía 10 años de edad. La niña y su padre fueron interceptados por delincuentes, en el caserío Mangas Coveras del estado Guárico, para robarles la moto. Les dispararon y una bala la alcanzó en la cabeza y la dejó gravemente herida.

El pronóstico del neurocirujano era reservado, pues la niña quedaría con discapacidad severa, pero su madre pidió la intercesión del venerable. A los cuatro días de la operación, Yaxury empezó a reaccionar bien y a los veinte días estaba completamente sana.

“Con inmensa alegría en medio de esta pandemia recibimos buenas noticias. La labor cercana de la Iglesia a nivel universal y local sigue presente para darnos la fuerza de la esperanza que transforma la muerte en resurrección. Nos acaba de llegar la comunicación de la Congregación de la Causa de los Santos en la que se da un paso más en el proceso de beatificación del Venerable Dr. José Gregorio Hernández”, expresó Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo de Mérida y administrador apostólico de Caracas, en un comunicado de fecha 27 de abril de 2020.

Cien años pasaron para que la Santa Sede declarara beato al llamado Médico de los Pobres, que hizo mucho por el avance de su profesión en Venezuela junto con otros sabios médicos del país, como Luis Razetti, Santos Dominici y Francisco Antonio Rísquez, por citar algunos.

Finalmente, el 19 de junio del año pasado  en la red social Twitter la Conferencia Episcopal Venezolana informó que “José Gregorio Hernández ‘el Médico de los Pobres’ de Venezuela está entre los nuevos beatos. En su audiencia con el cardenal Angelo Becciu, el Papa autorizó los decretos que darán a la Iglesia cuatro beatos”.

Este viernes 30 de abril es el gran día. El trujillano, quien en vida para muchos ya era santo, subirá a los altares de la Iglesia.


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