Se quejan de la falta de gas, la acumulación de la basura, la inexistencia de transporte público y hasta del mal estado del pavimento, al punto de que un hueco gigantesco se ha tragado tres carros en lo que va de año.
Maracaibo. Los vecinos de la calle 91 de Maracaibo están desesperados. El mal olor por la acumulación de basura se siente en cada esquina y con ello deben convivir más de 1500 familias, que cada vez ven más lejana la posibilidad de que la Alcaldía de Maracaibo resuelva la crisis de los servicios públicos en la zona.
No solo el aseo urbano dejó de pasar, también el transporte público. Entre los huecos del pavimento y la basura, recorrer la avenida es toda una odisea e incluso peligroso. Un hueco se ha tragado tres carros en lo que va de año, cerca de la escuela básica Panamericana. Los ciudadanos deben acercarse lo más que puedan a pie hasta La Curva de Molina para tomar transporte.
La situación ya lleva un año y aunque los vecinos han pedido ayuda a la Gobernación del Zulia y al alcalde, no les han dado respuesta, mientras la maleza se come lo poco que queda de pavimento del sector El Panamericano.
Estamos cansados de pedir ayuda, pero nadie nos escucha. Aquí estamos olvidados porque nada funciona y cada vez es peor. Enfermedades. No podemos cocinar porque no hay gas. Tenemos que caminar mucho para conseguir bus y nadie resuelve. Me molesta que el alcalde viva diciendo que es del oeste cuando la realidad es que no mira para acá”, denunció Camilo Ocando, habitante del sector.
El olor putrefacto penetra no solo en las fosas nasales de sus habitantes, sino también en la piel. Al menos dos colectores de la avenida colapsaron y mantienen inundadas las calles, mientras que niños y ancianos deben esquivar mojarse los pies con el agua verdosa y plagada de zancudos y mosquitos, que ya ha causado dengue y cuadros infecciosos.
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Hace más de dos años que los habitantes de esta zona del oeste marabino tampoco tienen servicio de gas doméstico. Mensualmente deben disponer hasta de un millón de bolívares para comprar bombonas.
Algunos vecinos resuelven cocinando con leña por falta de efectivo para comprar el gas.
Fotos: Mariela Nava
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