El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) atribuye el aumento del índice de suicidios en Venezuela a la crisis económica y la falta de acceso a servicios médicos especializados. La falta de estadísticas oficiales y la desatención del problema empeoran la situación.
Caracas. Desde el viaducto Sucre de la ciudad de Mérida, estado Mérida, hasta el piso 10 de un apartamento en Baruta, estado Miranda, los intentos de suicidio reportados en el país pasan en la opinión pública como una tendencia desapercibida, pero en auge.
La ansiedad por la inflación, el desespero por la escasez de gasolina, la frustración por falta de oportunidades o por el colapso de los servicios públicos son algunas de las causas más comunes que se asocian al aumento de la tasa de suicidios que en los últimos años registra el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).
Gustavo Páez, uno de los investigadores del estudio que avala el informe del OVV, enumeró las causas que hallaron a través del monitoreo de medios de comunicación e informantes claves en los estados, en lo que, subrayó, es un esfuerzo por ofrecer estadísticas que permitan entender esta situación.
“La elevada inflación y pérdida cada vez más acelerada del poder adquisitivo del consumidor concatenado esto con un inusitado desplome del valor de los sueldos y salarios; la falta de acceso en cantidad y calidad a servicios médicos especializados, psicólogos y psiquiatras, y a psicofármacos; entre otros, están entre los principales factores de riesgo”, indicó.
De acuerdo con la investigación, en Venezuela se reseñaron en medios informativos 1,2 casos de suicidios por día, en promedio, hasta mediados de mayo. El número representa un total de 162 muertes por suicidio en los primeros cinco meses del año. De mantenerse este ritmo para finales de este año se podrían contabilizar más de 400 casos en todo el país. La cifra es superior a los 393 casos que el OVV verificó en 2022, reseñados en los medios.
Suicidio en jóvenes
El fenómeno, que muestra pocos signos de ceder, pese a la reducción en el último año, es un problema desatendido. Además, la falta de estadísticas oficiales impide conocer su real dimensión, cuestionó el OVV durante la reciente presentación de un informe. Muchos apenas los reseñan en medios de comunicación.
Casos como el que se reportó el domingo, 8 de mayo, en las residencias Humboldt, cerca del centro comercial Concresa, en Baruta. En la zona del este de Caracas un hombre salió por la ventana de su apartamento y permaneció parado por unos minutos en uno de los bordes del edificio, mientras amenazaba con lanzarse.
El intento de suicidio fue frustrado por la oportuna actuación de funcionarios del Cuerpo de Bomberos del Distrito Capital, gracias a la alerta temprana de los vecinos. De este caso se desconocen las causas, tampoco si hubo un abordaje posterior al rescate.
Para Iris Rojas, investigadora e integrante del OVV, el alza del índice de suicidios que muestra el país, especialmente desde 2020, está muy ligado a la crisis económica, sanitaria y social, devenida en emergencia humanitaria compleja que sigue en desarrollo.
“Nuestra hipótesis apunta a que los índices elevados de pobreza que se mantienen en el país y el incremento de la desigualdad social, ambas situaciones derivadas de la emergencia; combinados con el aumento de casos de depresión, ansiedad y desesperanza siguen conduciendo a buen número de individuos, de diferentes edades, a comportamientos suicidas”, explicó la especialista.
La experta alertó sobre los casos de la llamada violencia autoinfligida entre personas cada vez más jóvenes. Entre esos un intento de suicidio de un joven de 25 años de edad. El hombre intentó lanzarse desde el viaducto Sucre de la ciudad de Mérida, estado Mérida, la tarde del jueves, 9 de marzo pasado, según una minuta de la Policía del estado Mérida. La región tiene la tasa de suicidios más alta del país, subrayaron ambos expertos.
Rojas asocia estas situaciones y las registradas en niños, niñas y adolescentes a la “disfuncionalidad y desestructuración familiar; violencia doméstica, sexual, de género y contra niños, niñas y adolescentes”.
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