Actuación de Bachelet sobre Venezuela dejó un sabor agridulce en el movimiento de Derechos Humanos

Liliana Ortega y Alí Daniels consideran que la ya ex alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos tuvo sus luces y sus sombras. 

Caracas. “El mundo ha cambiado de manera radical durante el transcurso de mi mandato”. Con estas palabras Michelle Bachelet inició su despedida del cargo de alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, puesto que dejó el pasado 31 de agosto. 

En su adiós, la exmandataria chilena dedicó unas palabras a Venezuela y recordó su visita de 2019, en la cual dijo: “Compartí el dolor de un padre (…) que me enseñó las medallas deportivas que su hijo adolescente había ganado, antes de que lo mataran durante las protestas de 2017”. 

Pese a que aseguró que durante los últimos cuatro años “ha trabajado, en un sinfín de maneras, para ayudar a monitorear, defender y comprometerse con la protección y la promoción de los derechos humanos”, hay muchos que ponen en duda este balance. Precisamente para hacer un balance de la actuación de Bachelet en el caso venezolano, Crónica.Uno conversó con dos activistas de DD. HH., quienes coincidieron en presentarlo como lleno de “luces y de sombras”. 

Lo positivo 

En la vida no hay nada absolutamente malo. Esta expresión popular se aplica a la labor de la ya ex alta comisionada, a menos a criterio del constitucionalista Alí Daniels, director de Acceso a la Justicia, quien afirmó que la durante la gestión de Bachelet ocurrieron cosas positivas y entre ellas destacó la visita al país. 

Esto fue muy positivo sobre todo porque permitió que las víctimas —las eternas olvidadas de la justicia, ignoradas y en algunas veces perseguidas— se reunieran con ella y que fueran escuchadas”, afirmó, y además resaltó que los continuos informes que presentó expusieron al mundo “la continuidad de las detenciones arbitrarias, de la tortura y de las ejecuciones extrajudiciales

En similares términos se pronunció la directora ejecutiva del Comité de Familiares de Víctimas de los sucesos de febrero y de marzo de 1989 (Cofavic), Liliana Ortega, quien señaló: “La visita de la señora Bachelet marcó un hito en la visibilización de lo dramático y sistemático de las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, porque durante esa visita sostuvo varias reuniones con víctimas y creo que eso fue una ocasión muy importante para estas fueran escuchadas, de manera respetuosa e independiente por la más alta autoridad en materia de Derechos Humanos en el mundo”. 

Sin embargo, para Ortega el logro “fundamental” de la exmandataria chilena fue “entablar un diálogo político con el Gobierno venezolano”. Antes de Bachelet, las autoridades nacionales habían roto casi todos los canales de comunicación con las instancias internacionales de derechos humanos, prueba de ello fue el retiro del país de la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en septiembre de 2013 y su sistemática negativa a permitir las visitas de la Comisión Interamericana y de los relatores de Naciones Unidas para verificar in situ la situación de las garantías fundamentales. 

 La activista atribuyó a este diálogo el establecimiento de la oficina del Alto Comisionado que opera en el país, lo cual a su vez ha permitido a esta instancia tener “un equipo de personas que puedan estar en el terreno para recibir denuncias, documentar casos y capacitar”. 

Asimismo, consideró que tanto Bachelet como su antecesor, el jordano Zeid Ra’ad Al Hussein, con sus informes consiguieron poner la situación venezolana en la agenda internacional, gracias a la información “bien documentada y rigurosa” que presentaron en los últimos años.  

Lo negativo 

Para Daniels, lo peor de la actuación de Bachelet fueron sus constates ejercicios de malabarismo diplomático e imparcialidad forzada. 

“Para decir lo que tenía que decir siempre alegó algo a favor del Gobierno y en algunos casos terminó repitiendo los engaños del Gobierno, como cuando dijo que había dos refugios para proteger a las mujeres víctimas de violencia de género. Hasta el día de hoy no sabemos dónde están esos refugios. Esa necesidad de decir algo bueno, para señalar críticas fue una sombra”, apuntó. 

Bachelet llegó a saludar este año la eliminación de la Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (FAES). Esto, a pesar de que continúa operando bajo otra denominación (Dirección Contra la Delincuencia Organizada). 

crímenes de lesa humanidad
Foto referencial

Por su parte, Ortega considera que la gran falla de Bachelet fue que no consiguió que implementaran ninguna de las recomendaciones que en los últimos años presentó al gobierno de Nicolás Maduro para mejorar la situación de los derechos humanos. 

Sigue pendiente la liberación de los presos políticos e investigaciones genuinas en casos de ejecuciones extrajudiciales. Tampoco se cumplió el compromiso de facilitar la entrada de las relatorías propuestas por ella, recordó. 

Por último, Daniels criticó que la oficina de la Alta Comisionada en el país no solo no cuenta con el número de funcionarios suficiente para abarcar todas las necesidades, sino que además “tiene una fragilidad muy grande, porque opera bajo un memorando de entendimiento que el Gobierno puede romper en cualquier momento”.

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