Aguas residuales y plantas de tratamiento inactivas comprometen playas del litoral de Cumaná

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Las playas de Sucre son el principal atractivo turístico de esta entidad federal, pero hoy la calidad de sus aguas se ve comprometida porque la capacidad de las plantas de tratamiento está disminuida por la falta de inversión de los entes responsables de su mantenimiento.

Cumaná.  En temporada de asueto laboral, a pesar de la crisis que atraviesa Venezuela, sus habitantes no dejan de darse una “escapada” a la playa. Si la disponibilidad de sus recursos se los permite, un baño de playa siempre será una opción para el sano esparcimiento.

En el estado Sucre sus habitantes y los temporadistas cuentan con 705 kilómetros de costas, entre los cuales hay 105 playas para el disfrute, de acuerdo con la data que ofrece la oficina de turismo en sus páginas digitales.

En un recorrido por el litoral de Cumaná, Elena Mota, vecina de la avenida Universidad, relató que los cumaneses tienen la mejor playa del país: San Luis. Pero, lamenta: “Aquí ni la gente ni el Gobierno valoran lo que tienen”.

“Antes daba gusto bañarse en esa playa y pasar todo el día ahí, pero ahora no te puedes bañar porque está contaminada y la inseguridad no te deja caminarla ni apreciarla”, relata.

Así como la señora Mota, otros vecinos recuerdan cómo en la orilla de la playa San Luis se sacaban cantidad de chipichipi, y ahora no se encuentra ni uno.

San Luis tiene una extensión de siete kilómetros de playa que la clasifican como urbana, y forma parte del eje turístico de Cumaná hasta el litoral de El Peñón, a la salida de la troncal 9, vía Carúpano.

Pero hoy el disfrute de las playas de Cumaná se ve comprometido por la pobre calidad de sus aguas, lo cual deja sin opciones para el sano esparcimiento a una población que cada vez más ve mermada la disponibilidad de recursos para estas “escapadas” en temporadas de pausa laboral.

“En Cumaná, gracias a Dios, tenemos la playa ahí mismito. Nos podemos ir a cualquier hora del día, pero tristemente ya ni de eso podemos disponer”, se queja Víctor Lemus, habitante del sector de El Guapo. Asegura que por negligencia del Gobierno las playas están cada vez más contaminadas por falta de tratamiento de las aguas fecales que al final desembocan en ella.

La descarga de las aguas residuales y la inactividad de las plantas de tratamiento, cuya capacidad ha disminuido ante la falta de inversión del Estado, son los factores fundamentales que afectan notablemente la calidad del agua del litoral costero de Cumaná, lo cual se presenta como un futuro desalentador para un estado que se precia de ser potencia turística, de acuerdo con la campaña de la gestión del ejecutivo regional.

Estudios científicos lo certifican

Para el biólogo marino, experto y colaborador del Instituto Oceanográfico de Venezuela (IOV UDO-Sucre), Fernando Blanco, según los últimos resultados de las muestras tomadas en un estudio de la calidad de aguas realizado en 2016 y presentados en el Congreso de Oceanología de ese año, el litoral costero de Cumaná no tiene condiciones aptas para los bañistas.

Los resultados de estas mediciones ambientales arrojaron que la cantidad de coliformes por volumen de la línea costera de la capital sucrense sobrepasa los niveles permisibles para bañistas, y así fue advertido a los entes gubernamentales del estado en su momento.

 “Hasta ahora a esas mediciones no se les ha hecho ningún seguimiento”, asegura el experto.

Al respecto, la norma indica que las aguas que contienen 2000 coliformes por mililitro o más se clasifican como no aptas.

En el caso de la zona costera de Cumaná todas sus playas están contaminadas y sobre los niveles permisibles para bañistas, advierte el biólogo, que manifiesta que por revelar estas condiciones lo han catalogado de alarmista.

“En estos últimos 20 años ha sido notable el descuido al que fueron sometidas las plantas de tratamiento de aguas residuales; la falta de mantenimiento y vigilancia, de rehabilitación e inversión es lo que ha incidido desfavorablemente en la calidad de las aguas de nuestras playas”, agrega.

Foto: Mónica Salazar

Destaca Blanco que Cumaná cuenta con dos plantas de tratamiento; una ubicada en la zona sureste en San Luis, sector La Llanada en Laguna de Patos, y otra en el noreste, conocida como Punta Delgada.

Llama la atención que estas instalaciones no están trabajando como debe ser, y que siendo bienes públicos no cuentan con el resguardo y la seguridad que deben garantizarles los organismos del Estado, tal y como lo estipula la ley, por tratarse de materia y zona estratégica.

En ese sentido, Blanco reconoce que las plantas de tratamiento son objeto del robo constante de sus bombas, de los aireadores (dispositivo elemental para el funcionamiento) y de los interruptores eléctricos, lo que al final impide que se degraden los componentes patógenos de las aguas servidas y, en consecuencia, estas son vertidas al mar con un alto índice de coliformes.

La inoperatividad de  las dos plantas de tratamiento de Cumaná compromete seriamente las condiciones hidrobiológicas de todo el litoral de la ciudad y en especial del golfo de Cariaco, considerado un gran reservorio marino.

También existe el agravante de todas las escorrentías, corrientes de aguas que rebasan el depósito debido a las lluvias y al agua que desciende de las partes altas de la zona rural de los municipios Bolívar y Mejías, que tampoco cuentan con plantas de tratamientos y arrastran todos los residuos agrícolas y de las letrinas de los campesinos, y aumentan el nivel de contaminación de las aguas.

Entretanto, la planta de tratamiento de La Llanada está ubicada en los espacios o espejos de agua de la Laguna de Patos, que fue decretada área bajo régimen de administración especial por el Ministerio del Ambiente (hoy de Ecosocialismo). Están colapsados los  aireadores y no está operativo todo ese el sistema, y sin tratamiento, las aguas van directamente a la playa de San Luis.

En el caso de la planta de tratamiento de Punta Delgada, al noreste de la ciudad, es un humedal con alto valor ecológico, pero al estar igualmente inactiva, sin siquiera bombeo efectivo, también recibe aguas residuales de toda la zona residencial y, al no ser tratadas como corresponde, finalmente desembocan en todo el litoral y contaminan el área marina hasta el eje turístico de El Peñón.

A la inoperatividad de las plantas de tratamiento se le suman los canales de desagüe. En la ciudad hay dos sectores críticos y con canales colapsados: El Guapo y el Parcelamiento Miranda, que desemboca en el sector de El Monumento.

Es importante destacar que Mochima, parque nacional, tampoco escapa de esta lamentable situación. Blanco afirma que Mochima, a pesar de tener las instalaciones para la planta de tratamiento, esta no funciona, “de manera que las aguas de Mochima ya empiezan a presentar importantes niveles de contaminación”.

¿Quién responde?

Los entes responsables del saneamiento de las playas en Sucre son Hidrocaribe y el Ministerio de Ecosocialismo, mientras que el Instituto Oceanográfico de Venezuela, el Instituto Universitario Territorial Clodosbaldo Russián y el Complejo de investigaciones Tecnológicas de Oriente (Cito-UDO) son las instancias autorizadas para certificar la calidad de aguas.

El control de la calidad de las aguas del litoral costero debe ser continuo, y en condiciones ideales debe realizarse trimestralmente, a razón de cuatro veces al año.

Pero, lamentablemente, las instituciones encargadas de la evaluación no cuentan con insumos, ni recursos ni químicos, para realizar los muestreos con suficientes estaciones de observación a lo largo de todo el litoral de la ciudad.

Blanco revela que es indicador de contaminación el tamaño de la mancha verde que puede observarse en parte del litoral y que responde al alto grado de eutroficación, que no es más que la fertilización del nitrógeno liberado por la concentración de sustancias orgánicas fétidas que se tornan tóxicas.

Añade que el crecimiento excesivo de macroulva, macroalgas o limo con alto nivel de descomposición de sustancia orgánica en la orilla de todo el litoral es también indicador de contaminación de las aguas.

El experto asegura que, por ahora, en los perímetros de la ciudad solo es apta para los bañistas la franja comprendida desde el sector Los Chivos hasta Los Bordones.

Advierte que si se usan otras áreas a lo largo de la playa San Luis o del resto del litoral de Cumaná se registrarán reportes de otitis y dermatitis entre los bañistas y deportistas, como en años recientes.


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