Aunque los centros comerciales se han recuperado en 40 % el panorama en Carabobo aún es desolador

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Claudia Itriago, de Cavececo, asegura que los centros comerciales han mejorado en 40 % en Carabobo y que la situación particular de uno o dos no es la realidad total.

Valencia. Los centros comerciales son un buen medidor de la economía venezolana. Para enero, la presidenta de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Cavececo), Claudia Itriago, señalaba que en las regiones había un rezago mucho más grande que en Caracas y apuntaba hacia Valencia.

De hecho, el equipo de Crónica.Uno visitó el centro comercial más grande de Carabobo, el Metrópolis, ubicado en la Autopista Regional del Centro; con 138.452 m2 de construcción y que recibía 1,5 millones de visitantes por mes.

Ocho años atrás, a pesar de tener 3200 espacios disponibles, buscar puesto en su estacionamiento era una odisea. Hoy, el vacío se vuelve apabullante. En el interior del edificio la realidad no es distinta. De los 380 locales que posee, se contabilizaron unos 100 cerrados.

Plaza central del Metrópolis se muestra vacío y con tiendas cerradas. Fotografía. Armando Díaz.

Aunque Itriago no quiso hablar de sus asociados, reconoció a Crónica.Uno que la crisis de combustible ha tenido mucho que ver en el asunto.

Ubicado en el inicio de la avenida Don Julio Centeno, por un lado, y por el otro la ARC, el Metrópolis no es una opción fácil para llegar, más aún porque buena parte de su público eran las poblaciones al sur de Valencia.

Sin embargo, la gremialista admite que el Metrópolis ha hecho campañas titánicas para regresar a los números de las épocas más pujantes. Pero los pasillos con vitrinas cubiertas por papel bond y la soledad dan el mensaje opuesto a los visitantes.

Comercios cerrados en Metrópolis. Fotografía: Armando Díaz.

Esther Domínguez no visitaba Metrópolis desde 2021 y sigue pensando que el lugar está muerto.

“Era el mejor centro comercial de la ciudad. Lo único terrible era la gente, pero si ignorabas eso, pasabas una buena tarde”. Una pregunta ronda su cabeza: “¿De qué viven estos comercios?”.

Sin embargo, Itriago saca a colación que los centros comerciales vienen recuperándose y que la situación de uno o dos no es la realidad total. Por eso habla de un 40 % de recuperación.

Esto se refleja en La Granja. Este centro comercial con 80 tiendas aprovecha fechas especiales para hacer eventos que atraigan público. Este año llenaron cada rincón el Día del Niño. No obstante, hubo pocas compras.

Itriago explica que para tener un centro comercial exitoso se necesita entender quién es el cliente, hacer publicidad, comercios atractivos, cambio de vitrinas periódico, buena experiencia de servicio y ofertas.

Como mercadóloga y publicista, Itriago revela que los tiempos en los que los centros comerciales esperaban a los clientes terminaron. “Hoy hay que buscar cómo llevarlos a los centros comerciales”.

Los años y los impuestos pegan

Pero a los centros comerciales más viejos y pequeños no se les hace tan fácil.

Lorenzo Araujo, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Valencia, afirma que todo centro comercial necesita de tiendas ancla como: farmacias, bancos, una buena y variada feria de comidas, tiendas por departamento, panaderías, supermercados y cines.

El Shopping Center o Mediterranean Plaza evidencian la pérdida de estos locales. Bancos cerrados, pocas tiendas atractivas. Un consumidor solo va por la panadería, los dos abastos y la librería. Hace más de 10 años perdieron su supermercado, el bingo y la feria de comida. En el caso del Mediterranean, sus comercios anclas se mudaron a principios de los 2000 al Sambil y Metrópolis.

Itriago y Araujo coinciden en que la principal amenaza para los centros comerciales es el pago en impuestos y servicios.

El gremialista revela que un centro comercial ocupado al 100 % paga igual que uno a 30 % de su capacidad. Por si fuera poco, Hidrocentro y Corpoelec no imponen sus tarifas de acuerdo con los medidores, sino por el monto máximo.

Los impuestos inmobiliarios incluso varían según el municipio. En un orden de más a menos caro, San Diego ocupa el primer lugar, dejando el tercero a Valencia. Araujo espera que la Asamblea Nacional desengavete la ley que homogeneizaría los impuestos.

Un edificio con locales como el de la Cámara de Comercio debe pagar $6000 anual por impuesto inmobiliario. En el caso del agua, centros comerciales como el Paseo Las Industrias pagan $2000 por mes. En el CC La Galería pagan $1600 y solo está ocupado 30 % de los locales.

Araujo le añade a esto que el servicio llega tres veces a la semana, por eso revela que se negocia con Hidrocentro para un cambio de tarifa. Ni hablar de los apagones.

Además, las bajas ventas son una constante, ubicándose en 8 % menos que en 2022. A esto le suma que hay centros comerciales que vendieron sus locales a particulares, lo que permite que cada quien monte lo que quiera. Esto se traduce en oficinas o academias de danza, lo cual no atrae público.

Otro centro comercial que gozó de mucho público y hoy lucha por subsistir es El Cristal, que estaba diseñado para tener hotel y salas de cine y ninguna de las dos se concretaron.

Sin embargo, tenía variedad de bancos una gran farmacia y muchas tiendas de ropa. La crisis hizo un barrido a El Cristal, que hoy lucha por atraer gente con precios más accesibles. Por ejemplo, un quiosco tiene un condominio de $80 y un alquiler de $130, pero otros pueden pagar desde $180 hasta $300.

La realidad es que la reinvención ha llevado a que algunos centros comerciales, como el Reda Building o el Siglo XXI, abran locales nocturnos para atraer gente. Otros, como Concepto La Viña, se benefician de ser los más nuevos, con los negocios más a la moda y la mejor ubicación, para vender lo que otros no.

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