De acuerdo con el Observatorio de Servicios Públicos, el agua por tuberías en Ciudad Guayana se ha ido reduciendo progresivamente hasta llegar a apenas tres horas de suministro al día.
No contar con suministro de agua potable por tubería en la mayoría de los sectores de Ciudad Guayana es lo habitual. La novedad es cuando en los hogares cuentan con el servicio y, además, alto caudal.
El comentario del guayanés es el mismo. ¿Cómo es posible que Ciudad Guayana, con dos ríos tan grandes, el Orinoco y el Caroní, no tenga agua? El primero, con una longitud de 2140 kilómetros, y el segundo, con 952 kilómetros.
En los últimos días, la rotura de una tubería mantiene sin agua a las parroquias Cachamay, Universidad y 60 % de Unare, en Puerto Ordaz. Pero en la casa de Karla Ávila ya es costumbre que no falten los baldes listos para llenarlos tan pronto comience a llegar el agua, que con suerte sea limpia.
En su sector, Campo B de Ferrominera, en Puerto Ordaz, cortan el suministro de agua todos los días, sobre todo en las noches. El problema ya tiene más de siete años. Empezó con una disminución de caudal.
“Ahora es peor, porque el sistema va colapsando, y algunos ingenieros hacen referencia a que si nunca hay agua en las tuberías, esto hace que se dañen”, comentó.
De hecho, esas casas que datan de más de 50 años tienen tuberías tapadas. Esto debido a que, al restituirse el servicio, el agua llega sucia, demasiado, los sedimentos obstruyen las tubería. “El agua sale amarilla, hay que hervirla, filtrarla. El filtro que tenemos en la casa lo limpiamos semanalmente, le sale agua marrón, casi negra”, detalló.
En su casa hay un tanque, que no aguanta las contingencias de más de dos días sin agua en la ciudad: “Ya ni puedes planificar cuándo vas a lavar la ropa, porque no sabes cuándo llega o quitan el agua”.
De acuerdo con el Observatorio de Servicios Públicos en Caroní, en 2018 la mayoría de las comunidades en Ciudad Guayana recibían agua por tubería 12 horas diarias. En enero de 2019, en promedio, solo tenían agua ocho horas al día. Para mayo se redujo a seis horas, y el promedio actual es de tres horas de suministro diariamente, en el mejor de los casos.
Las excusas de Hidrobolívar
Una falla eléctrica en alguno de los sistemas de bombeo suele ser el argumento que a través de Twitter da Hidrobolívar para justificar la falta de agua en la ciudad. En esta oportunidad, cuando falta el agua en gran parte de Puerto Ordaz, Jorge Rodríguez, gerente de Operaciones Oeste, aseguró que el problema vino por la ruptura de una tubería principal de 42 pulgadas, en el sector Minifincas, donde se estaban perdiendo de 300 a 350 litros por segundo.
“¿Qué pasa? Tengo dos tanques de 7,16 millones de litros que se llenaban en tres horas y ahora lo hacen en nueve. Hay que parar las bombas para que se llenen”, explicó.
Sin embargo, la falla la detectaron en diciembre, y apenas iniciaron con los trabajos de reparación. Rodríguez dijo también que la solución a la inestabilidad en el suministro de agua en Puerto Ordaz es pasar urbanizaciones a depender de otro acueducto.
Ese plan lo anunciaron en marzo de 2019, cuando las mismas parroquias estuvieron también más de una semana sin el servicio.
Para entonces, el presidente de Hidrobolívar, Gustavo Imeri, dijo que continuarían con los planes pautados para mejorar el servicio y restituirlo incluso en sectores donde dejó de llegar agua por tuberías.
El vicepresidente de operaciones de Hidrobolívar, José Valdez, dijo que estaban haciendo estudios para balancear la distribución en la ciudad.
En el Acueducto Puerto Ordaz se planteó la redistribución del suministro a la población, por lo que algunas iban a ser desconectadas de este para conectarlas al Acueducto Suroeste. Este mismo plan de redistribución ya lo habían anunciado en noviembre de 2018, después de que Ciudad Guayana estuvo dos semanas sin agua.
No dijeron tiempo estimado para concretar el proyecto, que a la fecha sigue en planes.
Bs. 60.000 diarios
Hidrobolívar anunció que para el domingo 9 de febrero comenzará las reparaciones de la tubería y el servicio se restituirá en 72 horas. Mientras tanto, vecinos del Edificio Angostura, en Puerto Ordaz, gastan no menos de 60.000 bolívares diarios en compra de botellones de agua. En una semana, ya han gastado más de 400.000 bolívares.
“Si no tenemos 60.000 bolívares para comprar agua, simplemente nos quedamos sin agua ese día”, dijo una vecina. Solo en ese edificio, de ocho pisos, hay 100 familias afectadas.
Otros vecinos recurren a familiares o amigos que viven hacia el 40 % de la parroquia Unare que depende del Acueducto Industrial. Las urbanizaciones Caimito, Sierra Parima, Core 8, entre otras.
En el caso del hospital Uyapar, en Puerto Ordaz, lo han estado asistiendo con camiones cisternas. Sin embargo, la presidenta del Colegio de Enfermeras en Ciudad Guayana, Maritza Moreno, advirtió que la institución pasa la mayor parte del tiempo sin el suministro.
Marisela Rojas recordó lo que pasó con su hermana cuando fue a dar a luz en ese hospital: “Tuvimos que llevar nuestro propio botellón de agua para la cesárea y luego cuando la llevaron a postparto”.
De hecho, enfermeras del Uyapar y del hospital Dr. Raúl Leoni han denunciado en reiteradas oportunidades que no cuentan con suministro de agua, ni para el consumo ni para la higiene.
La Comisión para los Derechos Humanos y la Ciudadanía (Codehciu) denunció que “en Guayana no hay garantía del derecho humano al agua y la calidad de vida sigue desmejorando”.
En su informe publicado el 1° de febrero de 2020, el abogado y monitor de contexto de Codehciu, Samuel Méndez, se refirió a las quejas por los servicios básicos: “La falta de agua ha sido muy recurrente, y por las declaraciones de los mismos residentes nos damos cuenta de que son fallas que, dependiendo del sector, tienen entre cinco y 10 años sin resolverse”.
El exgobernador Francisco Rangel Gómez se jactaba de afirmar que había logrado que 98 % de las comunidades guayanesas tuvieran servicio de agua potable por tubería, una afirmación bien alejada de la realidad cuando, aún durante su gestión, comunidades en San Félix comenzaron a padecer la falta de agua.
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