Varios vecinos de San Agustín del Norte denunciaron que, al menos desde el año 2016, estos talleres mecánicos se han ido acostumbrando a utilizar los espacios de las aceras para trabajar con los carros y motos en reparación, lo que dificulta el paso de los peatones que transitan por esta zona, mayormente residencial, en la que habita un gran número de personas de la tercera edad.
Caracas. Las aceras de San Agustín del Norte, parroquia del municipio Libertador de Caracas, lucen llenas de cauchos que, puestos unos sobre otros, forman torres altas en plena vía pública. El concreto luce manchado de negro debido a la cantidad de trabajos de mecánica que han realizado sobre estos pasos peatonales en los últimos años.
San Agustín del Norte es un lugar lleno de grandes casas de estilo antiguo que se caracterizan por tener ventanas altas, puertas de madera y frentes pintados de diversos colores. Esta parroquia forma parte del centro de Caracas, y además de ser una zona residencial, también están ubicadas grandes edificaciones como las torres de Parque Central, el Teatro Teresa Carreño y el Nuevo Circo de Caracas.
Pedro Escaño*, quien tiene 67 años de edad y la misma cantidad de años viviendo en la parte norte de la parroquia San Agustín, dijo que muchas de estas viviendas se convirtieron en talleres mecánicos con el pasar del tiempo. “Estos son negocios muy lucrativos en la zona, muchos de sus clientes son funcionarios policiales, por lo que suelen contar con el apadrinamiento de las autoridades”.
Varios vecinos de la zona denunciaron que al menos desde el año 2016 estos talleres mecánicos se acostumbraron a utilizar los espacios públicos para trabajar con los carros y motos en reparación, lo que dificulta el paso de los peatones que transitan por esta zona residencial, en la que habita un gran número de personas de la tercera edad.
Más recientemente, motivado por la pandemia de la COVID-19, los vecinos también han observado el incremento de las ventas ambulantes de comida y las barberías itinerantes instaladas sobre las aceras. Muchos de los dueños de estos negocios son los residentes de la zona que instalan sus comercios frente a sus viviendas.
A gran parte de los vecinos de San Agustín del Norte les toca respirar los gases emitidos por el uso de combustibles en los trabajos de mecánica. Estos olores se meten por las ventanas de las casas de lunes a sábado, días en que trabajan estos locales. Así ocurre en la vivienda de Luisa Fernández*. A principios de año, ella y su papá tomaron la decisión de acudir a la sede de Control Urbano.
No solo tienen los cauchos en exhibición, es que también toman las vías para hacer la mecánica. Muchas veces utilizan los frentes de las cosas cercanas para trabajar”, comentó Fernández, vecina de la comunidad.
Control Urbano es la dirección de la Alcaldía de Libertador que se encarga de planificar, controlar y rescatar espacios públicos dentro del municipio. Funcionarios de esta dirección explicaron a Fernández y a su papá que debían llenar la planilla sobre afectación ambiental, llevar fotos y un mapa con los puntos afectados.
Luego de formalizar la denuncia, Control Urbano citó a los encargados de estos negocios y se reunieron con ellos. “A ellos no solo les advirtieron que no podían tomar las vías públicas, porque eso genera contaminación ambiental, contaminación sonora y va contra las ordenanzas municipales. Pero ese mismo día, después de la citación, todo se mantuvo igual, de lo único que se cuidaron fue de no utilizar los espacios de otras viviendas”, comentó Fernández.
En el 23 de Enero pasa lo mismo
La Cañada es una calle empinada que comienza frente a la estación del Metro Agua Salud y termina en la redoma del bloque siete, una de las emblemáticas edificaciones de la parroquia 23 de Enero, del municipio Libertador. Esta calle en la actualidad luce llena de carros estacionados, muchos son vehículos viejos convertidos en chatarra, y la mayoría está alrededor de los talleres mecánicos que funcionan ahí.
Los peatones tenemos que caminar por la vía pública. Esto tiene años así y nadie pone orden, nadie les dice nada, por eso dejaron de pasar las camionetas por aquí. Eso es falta de gobierno, de Estado y de los consejos comunales que no se ocupan de eso”, expresó Marinés, habitante de la parroquia.
Desde hace al menos un año y medio las unidades de la ruta de transporte Los Rápidos del 23 dejaron de transitar por La Cañada, debido a la cantidad de carros estacionados en las aceras de ambos lados de vía, y por los trabajos de mecánica por toda la calle. El choque de una de las unidades de transporte con una de las motos que estaba en uno de los talleres llevó a que los conductores tomaran la decisión de cambiar la ruta.
Uno de los compañeros, sin culpa, tocó una moto. El dueño de la moto se puso muy agresivo. A la moto no le pasó casi nada, y el transportista quería correr con el gasto, pero esta persona estaba muy agresiva y cuando el conductor se subió a la camioneta y arrancó, le partieron uno de los vidrios a la camioneta”, contó Carlos Marcano, directivo de la línea Los Rápidos del 23.
No era la primera vez que algo así pasaba, dijo Marcano. Incidentes de ese tipo también han sucedido con quioscos improvisados que han instalado tanto en las aceras, como a los costados de la vía pública.
“Si uno toca un quioscos de esos, se mete en problemas”, añadió Marcano, quien también comentó que las peticiones de los conductores para retomar la ruta por La Cañada son atendidas por la Mesa de Movilidad y Transporte de la Alcaldía del municipio Libertador. Sin embargo, hasta el momento no ha habido una solución definitiva.
La Ordenanza sobre los paseos peatonales, emitida por el Concejo Municipal de Caracas, y vigente desde 1983, sanciona en su artículo 20° el aparcamiento indebido de vehículos sobre las aceras. Esta misma ordenanza regula, en su artículo 14°, que por cada cuadra debe haber solo un quiosco, y que la instalación de estos locales debe ser con autorización de la alcaldía.
La instalación de estos quioscos también se ha hecho común. Una zapatería funciona desde finales de 2021 sobre la acera izquierda de la vía. Los peatones que caminen por allí deben hacerlo por donde transitan los carros porque este local está sobre el concreto. Así ocurre con bodegas y ventas de comida que instalan las mesas de los comensales en la vía pública. Y cuando no son los quioscos, son los carros estacionados sobre la acera.
“Nos toca caminar por la orilla de la carretera porque aquí los carros también ocupan las aceras”, añadió Nelly Mendoza, quien no vive en la zona, pero camina todos los días por La Cañada para llegar a su trabajo.
José Gregorio Caribas, concejal y presidente de la Comisión de Desarrollo Espiritual y Buen Vivir de la cámara municipal, declaró que en diciembre del año 2021 fue planteado el tema del incremento de los comercios informarles en las calles del municipio Libertador, pero desde ese momento no se ha profundizado más en buscar una solución, por lo que sigue siendo un tema pendiente en la agenda del Concejo Municipal.
Queremos encontrar la manera más adecuada para abordar la situación de la economía informal en Caracas. El incremento de los comercios informarles en las calles obedece en parte a la situación económica del país. También estamos al tanto de la cantidad de nuevas caucheras que no permiten caminar por las calles de San Agustín”, expresó Caribas.
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