Con obstáculos y fallas transcurrió la primera semana de flexibilización en el Metro de Caracas

Durante la primera semana de flexibilización, la Línea 1 del Metro de Caracas ofreció entre 10 y 12 trenes. El tiempo de espera, trabajando de manera normal, sin fallas o paradas por emergencias, fue entre 15 y 30 minutos.

Caracas. ¿Cómo entro al Metro si en la peluquería en la que trabajo jamás nos han dado un carnet?, se cuestionó Diana Pereira luego de que en el primer día de flexibilización para su sector no la dejaran ingresar al Metro de Caracas. Con ese obstáculo transcurrió el resto de la semana, y hasta la fecha no ha podido atender a sus clientes en el negocio ubicado en El Valle.

El lunes 1° de junio arrancó el plan de flexibilización 5×10 decretado por el mandatario Nicolás Maduro que integraba a nueve sectores económicos: agencias bancarias, consultorios médicos y odontológicos, construcción, ferreterías, peluquerías, industria textil y calzado, materia prima y aseo personal, talleres mecánicos, y servicios personalizados de refrigeración y plomería.

El transporte público, que nunca estuvo dentro de los sectores paralizados, debía garantizar que las personas de las áreas mencionadas pudieran llegar a sus puestos de trabajo. Sin embargo, el Metro de Caracas se limitó a informar a través de su cuenta de Twitter que el personal autorizado solo podría entrar al sistema al presentar el carnet laboral. Pero, ¿cómo hace un mecánico, una peluquera, o un plomero que trabajan por cuenta propia?

En algunas estaciones de Metro les permitían presentar una constancia de trabajo, en otras los dejaban pasar sin carnet por la insistencia. A veces no les pedían nada, o si alguien tenía el carnet vencido no lo dejaban pasar. Ninguna medida concreta que se aplicara en todas las entradas del transporte subterráneo.

A partir de este hecho, comenzó la dificultad de viajar en el sistema. Me pidieron el carnet y la cédula para verificar que fuera mío. Me dijeron que estaba vencido, pero por suerte me dejaron pasar, dijo Malvis Ávila, trabajadora de la prensa y aseguró que a los niños no los dejaban entrar.

Los adultos mayores que salieron este lunes 1° de junio a tratar de sacar efectivo no pudieron tomar el subterráneo por ser una población vulnerable si se contagia de COVID-19. La única opción era montarse en un autobús, que puede cobrar entre 10.000 y 20.000 bolívares dentro de un mismo municipio. Muchos optaron por caminar largos trayectos porque o no tenían efectivo o notaron la disminución de autobuses en las comunidades debido a que estaban haciendo largas colas para poder surtirse de gasolina. 

Al entrar, los usuarios se enfrentaban a los obstáculos que ya había antes de la cuarentena. Pocos trenes, aglomeraciones, y mucha espera.

Durante la primera semana de flexibilización, luego de 78 días de cuarentena por la llegada de la COVID-19 al país, la Línea 1 del Metro de Caracas ofreció entre 10 y 12 trenes. El tiempo de espera, trabajando de manera normal, sin fallas o paradas por emergencias, fue entre 15 y 30 minutos, según reportó Jesús Hernández, miembro de Metro Comunidad, a Crónica.Uno.

En Línea 2 trabajaron entre cuatro y ocho trenes, con tendencia a disminuir durante el día. Entre Bello Monte y Mamera, un usuario podía permanecer 40 minutos mientras llegaba un tren. Las esperas más largas fueron en los ramales Ruiz Pineda-Las Adjuntas y Caricuao-Zoológico que podían pasar hasta hora y media entre un tren y otro.  En Línea 3 los usuarios pasaron 15 minutos para montarse y funcionaron máximo siete trenes.

Durante el 21 y el 31 de mayo, el Metro de Caracas mantuvo 10 estaciones cerradas: Pérez Bonalde, Caño Amarillo, Sabana Grande, Altamira y Los Cortijos (Línea 1); Artigas (Línea 2); Nuevo Circo y Bello Monte (Líneas 4 y 5); Los Símbolos y Mercado (Línea 3). La razón que dieron en sus redes sociales fue por “mantenimiento profundo”.

Fuentes de Metro Comunidad afirman que se trató de un racionamiento eléctrico y la conexión por parte de Corpoelec de la alimentación residencial a la alimentación única del sistema subterráneo para evitar apagones en ciertas zonas.

Cuando abrieron estas estaciones, los usuarios reportaron gran cantidad de basura y las paredes sucias por filtraciones. Se cuestionaron si en verdad estuvieron en mantenimiento.

Me monté en Caño Amarillo como a las 9:30 a. m. El vagón estaba full, sin aire acondicionado y sin distancia porque ya los puestos estaban ocupados. Luego, de regreso a mi casa, el tren iba mucho más vacío (…) A mí me dejaron pasar solo mostrando una constancia de que trabajo ferretería en Plaza Venezuela, aseguró Omar Villegas, de 30 años, quien estuvo trabajando por las redes sociales y con delivery hasta este domingo. 

Pese al aumento de personas que usarán el Metro durante cinco días por la flexibilización, los trabajadores siguen sin recibir insumos de protección de la COVID-19. No les dan guantes, los operadores que los usan es porque lo compraron de sus sueldos, aseguró Hernández, y agregó que tampoco tienen gel antibacterial, y las mascarillas se las dan cada cinco días.

Cada caseta debería tener por lo menos un recipiente de gel alcoholado para los trabajadores, igual en cada terminal. Vimos al personal de limpieza con un tobo de agua, un chorro de cloro y un trapo sucio y con eso limpian. Muchos operadores prefieren que no lo hagan porque queda oliendo mal, precisó Hernández.

El Metro de Caracas creó una ruta de transporte para los trabajadores que viven en ciudades dormitorio como Cúa, Charallave, Guatire y Guarenas a mediados de la cuarentena. Esto ha servido para garantizar que los empleados puedan llegar a sus puestos de trabajo. Según Hernández, lo que genera poca oferta de personal es el aumento de las renuncias por inconformidad con las condiciones laborales y el salario.

Con el último aumento salarial aprobado por la administración de Nicolás Maduro, un operador activo no gana más de 5 dólares quincenales, contando bonos, feriados y guardias nocturnas.

Una persona que vende chupetas en el Metro gana más, lamentó Hernández.

En el caso de los jubilados, su salario es 20 % menos que un activo y les han eliminado primas como la de antigüedad. La póliza de HCM es de 150.000 bolívares, y el seguro funerario que pagan a través de la caja de ahorro es de 20 millones de bolívares.

Ya en 2019 ocurrían tres renuncias diarias de trabajadores del Metro de Caracas. Solo en octubre se fueron casi 650, sumados al personal que se ausentó de su puesto de trabajo por las condiciones del servicio o que no asistieron más nunca. En enero de 2020 se calculaba que la nómina activa no pasaba de las 5000 personas.

Fallas durante la flexibilización 
  • 1° de junio: Falla de la Línea 2, el servicio funcionaba hasta La Paz. El sistema de bombas que está entre Capuchinos y Maternidad, cerca de la estructura de ventilación, estuvo fuera de servicio por las constantes fluctuaciones y cortes de energía. Eso hizo que el nivel freático llegara a la altura de las vías férrea y, por tanto, se suspendió el servicio.
  • 3 de junio: Falla de energía de auxiliares y cerraron las estaciones Capitolio y La Hoyada de la Línea 1. Activaron plan de contingencia con metrobuses.
  • 4 de junio: Ocurrió una violación de una señal de semáforo rojo de la Zona de Maniobras en Charallave norte, lo que ocasionó que el tren forzara las agujas del cambiavías y lo dejó inmovilizado. Esto generó retraso por aproximadamente una hora y media en el ferrocarril.
  • 5 de junio: Usuarios reportaron parpadeos eléctricos durante la mañana.

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