Visitantes y trabajadores de Bellas Artes aseguraron la venta de estupefacientes afecta las visitas. Deportistas de Los Caobos prefieren asistir en la mañana, porque en la tarde se reúnen los muchachos
Shaylim Castro/@ShayC_
Caracas. Ir a un museo o parque es sinónimo de recreación y tiempo de calidad con la familia. Sin embargo, vecinos y trabajadores de la plaza de Los Museos, en Bellas Artes, piensan todo lo contrario del lugar donde se encuentra el parque Los Caobos, el Museo de Bellas Artes y de Ciencias Naturales.
Un señor que labora cerca de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte), y no quiso dar su nombre por seguridad, soltó que recientemente ha visto muchos uniformados en la zona, pero cree que se debe porque recientemente un hombre resultó abatido por parte de un funcionario de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), en la plaza. Y aunque no quiso asegurarlo, comentó que por rumores supuestamente el muchacho asesinado era un vendedor de drogas.
Pero él no es el único que habló acerca de la venta de estas sustancias en la plaza de Los Museos, una estudiante de la Unearte sostuvo bajo anonimato que la movida de la droga comienza desde el mediodía, y cada vez que sale de clases ve cómo los chamos montan su tarantín. “Ponen una caja en el piso y encima el rolling donde se arma el cigarro. Eso lo hacen a la vista de todos”.
Agregó que a veces el olor es tan fuerte que llega hasta la universidad y hace siete días le tocó ver cómo acuchillaron a alguien para robarle el teléfono. Y aunque en esa zona había un módulo policial, ahorita no quedan ni los rastros.
Los deportistas del parque Los Caobos son otros afectados por los delitos en la plaza. Contaron que por miedo prefieren no pasar por ahí a partir de la 6:00 pm y se conforman con hacer ejercicios en la mañana.
Jofre Croquer, es uno de los que va a hacer deporte en el lugar con su esposa y dos hijos. Confesó que le preocupa la venta de drogas y los fumadores, sobre todo en las horas de la tarde. Por eso optó por ir siempre con su familia, más aún con sus hijos.
“Ellos ya ven la cosa y comienzan a preguntar ¿qué puede hacer uno? Les explico, pero igual no dejo que vengan solos para acá”, aseguró.
Miedo a decir lo que ven
Quienes trabajan alrededor de la plaza de Los Museos prefirieron no comentar mucho acerca de lo que ven día tras día, ya que temen ser amenazados por los chamos que se la pasan por ahí.
Para el vigilante de uno de los museos “las paredes tienen oídos”, por eso no quiso revelar su nombre. Soltó que de los 18 años que lleva trabajando por ahí los últimos tres la situación se ha puesto ruda, ya que la afluencia de visitantes y deportistas ha bajado bastante por la presencia de los drogadictos.
Pidió que se implemente de nuevo la policía turística y dio como sugerencia que en la plaza debería haber una feria siempre, para que la comunidad pueda tener distracción y aleje a los que tomaron el control de la plaza.
Y aunque la gente dijo que de un tiempo para acá hay bastantes policías, temen que sea solo por la temporada de planes vacaciones que llevan a los niños a visitar la plaza.
Participa en la conversación