“El agua parece aguapanela y nos toca consumirla porque no tenemos otra opción”

agua Táchira, Ureña

Habitantes de Ureña, en Táchira, reciben el agua sin tratamiento. Sostienen que pagan facturas, pero el servicio no llega. Existe el riesgo de contraer enfermedades gastrointestinales, respiratorias y dermatológicas por su consumo.

San Cristóbal. Es frecuente ver en redes sociales mensajes con denuncias sobre el estado del agua que llega a las viviendas del Táchira, las cuales se incrementan con la temporada de lluvias, debido a la turbiedad con la que sale por las tuberías.

Los municipios de la frontera colombo-venezolana no escapan de esta realidad, puesto que sus habitantes no solo deben batallar con el hecho de que el servicio no sea frecuente, sino que, además, cuando llega lo hace en mal estado.

El agua se muestra “turbia”, “sucia”, o color “panela”, en palabras de los vecinos y esto los pone en alerta, aunque no tienen más remedio que consumirla.

María Alejandra Torres,  ama de casa, quien reside en el barrio Las Flores, en el municipio Pedro María Ureña, sostiene que lleva años a la espera de que el agua proveniente del Acueducto Regional del Táchira llegue potable.

Quienes vivimos en la frontera sabemos cómo es la realidad. A diferencia de otros municipios, aquí el agua llega de vez en cuando, lo que quiere decir que el servicio es muy malo”, expresó.

Afirmó que los cobros son “muy buenos”, pues las deudas con Hidrosuroeste se notifican a quienes viven en la zona con puntualidad. Lamentó las pocas acciones que se toman ante el problema que afecta a 300 familias que componen este barrio.

El agua que llega parece aguapanela, y nos toca consumirla así porque no tenemos otra opción. Esto no es nuevo para nosotros, pero sí es muy lamentable, ya que aquí viven mujeres embarazadas, niños y ancianos”, aseveró.

Como aguapanela llega el agua a Las Flores en Ureña. Foto: Maryerlin Villanueva
Agua sucia para todos

El edil en el Concejo Municipal de Pedro María Ureña, Carlos Taborda, dijo que este problema no solo afecta al sector Nueva Esperanza, a la lista se suman 17 comunidades, entre ellas, Hugo Chávez Frías, Las Flores, San Martín, entre otros.

Indicó que en los últimos meses esta zona recibió el agua llena de sedimentos. Debido a la escasez, sus vecinos tuvieron que usarla para hacer las labores en sus casas, aunque pusieran en riesgo su salud.

“Es necesario que el municipio cuente con un acueducto que permita que los ciudadanos del eje de frontera gocen de agua potable, y no tengan que vivir con esto. Desde el Concejo hemos emitido muchos llamados a Hidrosuroeste, pero no obtenemos respuestas”, dijo.

De acuerdo con el informe Monitor de Servicios Básicos del mes de agosto, de la organización Cedice Libertad, el estado Táchira ocupa el tercer lugar en cuanto solicitud de camiones cisternas, cuyo valor en el eje de frontera supera los 20 dólares.

El 86 % de las personas encuestadas manifestaron que no se cumplió con el cronograma de racionamiento, mientras que el 76 % aceptaría un incremento en la tarifa si esto representa una mejora en el servicio.

17 comunidades se abastecen del Acueducto Regional del Táchira. Foto: Maryerlin Villanueva
Riesgos para la salud

El médico toxicólogo Cesar Rengifo dijo que cuando llega la temporada de lluvias el agua se pone turbia, debido a que tiene más tierra. Es por ello que se hace necesario ajustar algunos sistemas para mejorar las condiciones en las plantas de potabilización.

Señaló que dentro de este material orgánico viajan bacterias patógenas, las cuales deben eliminarse, pues podrían ocasionar enfermedades.

El riesgo que existe es la presencia de metales tóxicos, esto debido al uso de agroquímicos que caen al acueducto. El aluminio se le pone al agua para clarificar, pero si es en exceso, entonces hay exceso de aluminio”, comentó.

Rengifo exhortó a la población a instalar un filtro de malla sintética o de piedra, lo que permitirá que el líquido no llegue turbio. El material orgánico que viene en tierra y sedimentos en el agua, se quedan en el filtro.

Otra opción es bajar la carga bacteriana ya sea con cloro o a través de sistemas de ozono. Otra opción son los sistemas de luz ultravioleta, donde el líquido pasa por una cámara ultravioleta que elimina todas las bacterias, o tener un filtro carboactivado.

“Esto permitirá retener todo este exceso de metales tóxicos que están en las aguas. Y de esa manera la persona garantiza que tiene un agua cristalina, limpia de bacterias y libre de metales tóxicos”, agregó.

Enfermedades

A la par, la médica gastroenteróloga, Nodalis García, explicó que las personas que consuman el agua con sedimentos son propensas a sufrir dolor abdominal, vómito, diarreas, y enfermedades como gastroenteritis, enterocolitis o hepatitis A.

La población también podría contagiarse de enfermedades respiratorias, dermatológicas y del sistema nervioso central. Aseguró que los niños y adultos mayores son los más vulnerables a este tipo de patologías.

“Quienes presenten alguna sintomatología deben acudir a un centro de salud para su valoración, realización de exámenes, e indicación de antiparasitarios de forma profiláctica”, concluyó.

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