Transparencia Venezuela publicó su informe sobre la salud con cifras que califica de aterradoras y habla de un panorama más crítico para 2020. La Encuesta de la Comisión de Expertos sobre el impacto del coronavirus muestra estadísticas que ilustran ese escenario.

Caracas. La organización no gubernamental Transparencia Venezuela publicó el informe Salud en Venezuela 2020, con cifras alarmantes de 2019 relacionadas con la situación epidemiológica del país, lo que hace proyectar un panorama aterrador, usando la misma palabra del estudio.

Aterrador debido a que a la crisis ya existente en el sistema de salud, ahora se le superpone un virus que nada en río revuelto, y para el cual todavía no hay cura, que cobra la vida de miles en un día, y que en el país que administra Nicolás Maduro, se maneja de forma discrecional y con opacidad informativa.

Transparencia refiere en su informe que, en lo atinente a electricidad, en promedio 6 % de los hospitales reportaron fallas en 2019; que la fuga del talento humano es otra variable que ha incidido negativamente en la situación de los hospitales, y dice el personal médico se distribuye así: por cada 10 médicos de guardia, 4,7 son residentes o rurales, 3,5 son especialistas y 1,7 son integrales comunitarios. 

Sin calidad de vida

A estos problemas estructurales, que también nadan en río revuelto, se suman otros como obras de hospitales inconclusas, compra de equipos incompatibles, sueldos miserables para el personal de salud, y también la falta de gasolina que impide el traslado normal del personal sanitario, los enfermos, la distribución de alimento e insumos, etc.

Sostiene la organización que  el deterioro de la calidad de vida del venezolano se agudiza con el resurgimiento de enfermedades vectoriales (agente que transmite un patógeno) desde el año 2014. 

Probablemente por el descuido de sectores vitales como la educación en temas sanitarios, saneamiento ambiental y políticas de prevención, destacan enfermedades como mal de chagas, dengue, paludismo, zika, chikungunya, entre otras.

Para finales de 2019, la Organización de Naciones Unidas, OMS, registró 14.701 casos de dengue en Venezuela. Mientras que el informe elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, OCHA, destaca que entre enero y noviembre de 2019 hubo 22 muertes por dengue en el país, una tasa de letalidad de 0,15 %.

Así mismo, dicho informe señala 461 casos sospechosos de difteria y 20 defunciones por la enfermedad. Sobre la malaria, reseña que hubo 323.392 casos y 100 muertes.

A finales de 2019 se detectó el primer caso de fiebre amarilla en Venezuela en 14 años. “El 13 de noviembre fue notificado un caso confirmado de fiebre amarilla en un hombre de 46 años perteneciente a la etnia Pemón y residente en el municipio Gran Sabana en el estado Bolívar, fronterizo con Brasil“, indicó el reporte.

En vista de la proliferación de enfermedades, la ONU propuso a Venezuela un Plan de Respuesta Humanitaria y para la creación de fondos, el organismo resaltó que ese era uno de los retos más grandes. Se recibieron “76,4 millones de dólares de los 223 millones de dólares estipulados“. A la fecha se espera por la rendición de cuentas. 

Es relevante mencionar la vulneración del derecho a la información pública en materia de salud. Desde noviembre de 2014 se interrumpió la publicación del boletín epidemiológico.

Panorama aterrador

Ahora en una emergencia sanitaria tan compleja causada por el COVID-19, que ataca más de 200 países en todo el mundo, la situación es más alarmante.

Y para ahondar en el balance de Transparencia Venezuela, hay otros datos que proporciona la Comisión de Expertos de la Salud, que demuestran –de nuevo– que el coronavirus nada en río revuelto, al  no existir además, desde el Ejecutivo, un plan nacional de prevención y control.

A saber, la encuesta de la comisión que recoge datos del 6, 7 y 8 de abril, refleja en porcentajes lo que Transparencia muestra en su informe, información que no solo se refiere al sistema de salud, sino a las condiciones actuales de la población en medio de la pandemia.

Por ejemplo, cita que 94,84 % de los ciudadanos ha tenido interrupciones o fallas en el servicio eléctrico; que 75,59 % recibe agua de manera irregular y de baja calidad; que 44,68 % de los habitantes sufre por las fallas y los altos costos del servicio del transporte público; que en 81,96 % hay fallas de alimentos.

Añade con preocupación el tema de la gasolina y del gas doméstico: 89,22 % de la población reporta ausencia de combustible y 60,58 % no tiene gas doméstico.

También la encuesta indaga un poco sobre la supervivencia de la gente y encontró que 91,46 % no tiene ingresos ni capacidad de ahorro; que sólo 7,46 % tiene posibilidades de cubrir una semana y un mes y 1,07 % se puede abastecer más de un mes.

Siguen las fallas

Transparencia habló de carencias de insumos y de personal. El gobierno de Maduro, durante la contingencia, ha recibido ayuda de de China, de Rusia y de la OMS. El 19 de marzo llegó el primer cargamento del país asiático y el 29 el segundo con insumos médicos. 

El 8 de marzo entraron al país insumos indispensables para los hospitales de parte de la ONU, entre ellos 28.000 equipos de protección para el personal de salud, concentradores de oxígeno, camas pediátricas, productos para el control de la calidad del agua y kits de higiene, entre otros artículos esenciales para la prevención y atención del COVID-19.

Pues, lo que dice la encuesta sobre la materia es que no hay suficientes insumos en los centros asistenciales.

El 6 de abril en 60 % no había tapabocas en los hospitales, en 67,71 % no había guantes y en 73,53 % no había jabón.

Lo expuesto por Transparencia Venezuela sobre cómo vio la salud en 2019 no tiene mejora a corto plazo. Ya se está comprobando con las cifras de la encuesta y con las denuncias que a diario hacen los trabajadores de la salud. No hay agua, no hay guantes, no hay tapabocas, son quejas que se repiten insistentemente desde que llegó la pandemia al país, un río revuelto que no augura ganancias en el ámbito de la salud.


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