Cansados de vivir por la ayuda de familiares, de emprendimientos o actividades extra para poder subsistir económicamente, los docentes aseguran que no tienen nada que celebrar este 15 de enero, Día del Maestro.

Caracas. Pese a los comentarios de personas conocidas que le recomendaban no estudiar una carrera docente, Francisco Vera decidió formarse como profesor de Educación Física en 2018.

Sus ganas de enseñar a los niños, niñas y adolescentes le ayudaron a hacer caso omiso de la situación de los encargados de formar al futuro de Venezuela que, para ese entonces, ya era precaria por los bajos salarios.

A veces pensaba en estudiar otra carrera de tantas cosas que me decían, pero seguí a pesar de todo porque no pensaba en el salario, sino en mi vocación, confiesa el educador de 24 años de edad.

Cuando inició su carrera estudiaba con 27 compañeros y solo ocho culminaron.

Su pasión por trabajar con sus estudiantes es el único motivo por el que no abandona su profesión. Sin embargo, admite que en más de una ocasión pasa por su mente la idea de dedicarse de lleno al emprendimiento que tiene junto con su pareja.

A veces pienso en que voy a seguir vendiendo ropa y calzado, porque me genera más de lo que devengo como docente, que son 140 bolívares quincenales. Pero, la verdad es que no quiero dejar a mis niños en el aire, dice en referencia a sus alumnos.

Este lunes, 15 de enero, Día del Maestro, Francisco, quien trabaja desde hace cinco años en una escuela ubicada en Filas de Mariche, asegura que no hay nada que celebrar, pero sí mucho que reclamar. Por esa razón, forma parte de los educadores que decidieron protestar en la Plaza Morelos, fente a la Inspectoría del Trabajo, para exigir un salario digno que les permita vivir con dignidad.

Día del Maestro
Foto referencial: Yelitza Figueroa
Lo que me dio mi profesión

Cuando me gradué de profesora en Ciencias Sociales, mención Historia, en 1992, ser educadora era estar en alta estima social, cultural y económica, dice María Manzano, una educadora jubilada del estado Guárico.

Egresada de la Unidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), el principal centro de formación docente de Venezuela, recuerda que con su primer sueldo, pudo pagar el trabajo de albañilería en casa de su mamá.

Se hizo todo el piso, incluyendo la sala, una habitación. Al comedor le puse baldosas de terracota. ¡Se ganaba muy bien!, manifiesta.

María cuenta que su profesión le permitió viajar varias veces al año y hasta comprar su propia casa con un crédito otorgado por el Instituto de Previsión y Asistencia Social Para el Personal del Ministerio de Educación (Ipasme).

Lamenta que, contrario a lo que se imaginó, lo que recibe como jubilada, no le alcance para subsistir.

Mi sueldo me alcanza para comprar la comida de un día.

Sus hijos, su esposo y un emprendimiento de costura, son lo que realmente ayuda a María a pagar los gastos en su hogar.

reclamaron suelsos
Foto: Mariela Nava.
“Ya nadie quiere ser Maestro”

Carmen Teresa Márquez, presidenta de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), expresó su preocupación porque Educación no es una de las profesiones que los alumnos desean ejercer.

A los estudiantes no les motiva estudiar la carrera, ni ninguna de sus especialidades. Eso es realmente peligroso para un país, sostuvo.

A su juicio, además de los bajos salarios, la desmotivación viene de la mano con la desactualización del currículo escolar.

Por otra parte, indicó que el déficit de maestros ha traído como consecuencia que los estudiantes no tengan calidad educativa.

Los estudiantes no pueden cursar materias básicas como Matemática, Lenguaje, Física y Química porque no hay docentes que les enseñen esas materias, expuso.

Según un informe presentado por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) entre 40 y 50 % de los docentes abandonaron las aulas, en 2022.

Una profesión maltratada

Así como lo refirieron educadores entrevistados por Crónica.Uno, ser docente era un orgullo que en el pasado les permitió obtener múltiples beneficios como vivienda propia.

En la actualidad, ni los docentes activos, ni los jubilados o pensionados que dedicaron años de servicio a la enseñanza, reciben ingresos suficientes para costear gastos básicos como alimentación, pago de servicios en sus casas o pasajes para movilizarse a sus sitios de trabajo, puesto a que el salario más alto según la escala salarial, no llega ni a 30 dólares mensuales.

Según la Canasta Básica Alimentaria de la FVM publicada en noviembre de 2023, un docente necesita 24,2 salarios mínimos para poder adquirir los rubros de la misma.

Este 2024 la desmotivación y descontento se mantiene y, así como en 2023, enero arrancó entre protestas y reclamos para exigir que se respeten los derechos laborales de todos los trabajadores.

Lo que gana un educador

Según el grado de estudios, los educadores tienen una tabla salarial que se calcula por la cantidad de horas de clases, siendo el docente VI en la escala, el que más dinero percibe.

Salarios de los docentes en la categoría 40 horas:
• Bachiller no docente: Bs. 264,69
• Bachiller docente: Bs. 287,44
• TSU no docente: Bs. 307,61
• TSU docente: Bs. 307,61
• Profesional no docente: Bs. 329,85
• Docente I: Bs. 329,85
• Docente II: Bs. 342,43
• Docente III: Bs. 359,28
• Docente IV: Bs. 377,94
• Docente V: Bs. 404,92
• Docente VI: Bs. 450,70.

Salarios de los docentes en la categoría 53,33 horas:
• Bachiller no docente: Bs. 352,90
• Bachiller docente: Bs. 383,23
• TSU no docente: Bs. 410,12
• TSU docente: Bs. 410,12
• Profesional no docente: Bs. 439,77
• Docente I: Bs. 439,77
• Docente II: Bs. 456,55
• Docente III: Bs. 479
• Docente IV: Bs. 503,88
• Docente V: Bs. 539,86
• Docente VI: Bs. 600,89.

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