En el hospital J. M. de los Ríos no hay insumos básicos como inyectadoras y guantes desde hace semanas

servicio de Nefrología

Los trabajadores han llevado cartas a la dirección y administración del hospital para hacer el debido trámite de exigencia, pero no han tenido respuesta, al contrario, solo les dicen que “van a ver cómo resuelven”. Igualmente, muchos trabajadores han puesto dinero de sus bolsillos para comprar insumos de bioseguridad, pese a que sus sueldos promedios están entre 3 y 10 dólares al cambio en bolívares.

Caracas. En el hospital de niños J. M. de los Ríos llevan semanas sin recibir insumos básicos como inyectadoras, yelcos —un dispositivo que se usa para extraer sangre y aplicar tratamientos—, microgoteros y macrogoteros. Los médicos residentes y enfermeras tienen que reusar los guantes porque no hay suficientes para mantener los debidos protocolos de higiene y bioseguridad. La ONG Prepara Familia denunció que, pese a los esfuerzos que se han hecho con donaciones, es responsabilidad del Estado atender estas carencias.

Katherine Martínez, directora de Prepara Familia, informó a Crónica.Uno que hay servicios del hospital J. M. de los Ríos que solo reciben entre cuatro y cinco inyectadoras. Además, el personal sanitario, que incluye camilleros y mantenimiento, solo recibe un tapaboca desechable cada tres días o una vez a la semana.

Las organizaciones hemos llevado donaciones, pero no nos damos abasto. Es responsabilidad del Estado garantizar todos estos insumos para el hospital, resaltó Martínez.

De acuerdo con la información que dio Martínez, en los distintos servicios del hospital hay máximo cinco niños hospitalizados, porque no hay insumos suficientes para contar con el resto de las camas disponibles. Sin embargo, en triaje y emergencia puede haber entre 18 y 20 pacientes.

Otra de las denuncias de las mujeres cuidadoras del J. M. de los Ríos es el déficit en el hospital de fórmulas de inicio, continuación, elementales, semielementales y módulos calóricos. Entre las que necesitan citaron: Nan o Enfamil de 0-6 meses, Nan o Enfamil 6-12, Nutramigen, Alfare, Neocate y Carbo —que es para aumentar calorías sin aumentar volumen.

Martínez aclaró que, aunque Prepara Familia promueve la lactancia materna, de todas maneras se necesitan dichas fórmulas para casos en los que las madres no pueden amamantar. Para esos casos es que no existen estas fórmulas dentro del hospital por el déficit importante que tienen, agregó.

Los trabajadores han llevado cartas a la dirección y administración del hospital para hacer el debido trámite de exigencia, pero no han tenido respuesta, al contrario, solo les dicen que “van a ver cómo resuelven”. Igualmente, muchos trabajadores han puesto dinero de sus bolsillos para comprar insumos de bioseguridad, pese a que sus sueldos promedios están entre 3 y 10 dólares al cambio en bolívares.

Katherine Martínez resaltó que los trabajadores del J. M. de los Ríos fueron vacunados contra la COVID-19, pero esto no exime al Estado de seguir cumpliendo con la dotación de equipos de bioseguridad debido a que los pacientes y mujeres cuidadoras no han sido inmunizados contra el virus y se deben mantener los protocolos para evitar focos de contagio.

Los niños, niñas y adolescentes de los 14 servicios del J. M. de los Ríos están amparados bajo medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que fueron otorgadas entre 2018 y 2019. Ante esto, Prepara Familia y otras organizaciones no gubernamentales han exigido al Estado que se vele por la infraestructura, dotación de insumos y vida de los pacientes del hospital.

No obstante, las madres de los pacientes pediátricos han tenido que protestar en por lo menos tres oportunidades en lo que va de 2021 para denunciar distintas irregularidades, como suspensión de tratamientos por fallas de los aires condicionados, pocas máquinas de diálisis que están en funcionamiento, la suspensión del programa de trasplantes, ausencia del personal de enfermería en el turno de la noche, mala alimentación para los niños hospitalizados y manejo incorrecto de pacientes sospechosos de COVID-19 una vez que se confirma que no están contagiados.


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