Ocho de los 18 municipios que conforman al estado Aragua viven en un desierto informativo

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El nulo acceso a la información pública sigue siendo la mayor restricción para los periodistas en Aragua y las limitaciones y restricciones para obtener datos e información oficial, impiden el ejercicio del periodismo con total libertad y la difusión de información de interés ciudadana.

Maracay. Los habitantes de los municipios Bolívar, Linares Alcántara, Costa de Oro, Zamora, San Sebastián, San Casimiro, Camatagua y Urdaneta, del estado Aragua, viven en un desierto de noticias. Es decir, 24,4 % de la población aragüeña no recibe ni consume suficientemente, información de interés para sus comunidades.

Los datos fueron arrojados por el Instituto Prensa y Sociedad, Ipys Venezuela, en su más reciente estudio “Atlas del Silencio”, en el que se analizó el acceso a información local con cobertura diaria en los 24 estados y en el que participaron  602 medios de comunicación, 27 de ellos, en Aragua.

Además de los datos obtenidos por Ipys, la ONG defensora de Libertad de Expresión Espacio Público, determinó que mayo pasado, cerró como el mes con más casos de violaciones del derecho a la libertad de expresión durante 2023 en Venezuela, hasta ahora. 

La ONG documentó en el último mes 27 casos (30% más que en abril) y 51 violaciones, principalmente actos de censura, intimidación y hostigamiento verbal (casi 65% del total).

Entre los actos, además de la censura, destacan las restricciones en el servicio de internet (bloqueos, ataques a portales o fallas del servicio). 14 de los 33 victimarios, sostuvo el informe de Espacio Público, fueron instituciones del Estado (42% del total), junto con siete cuerpos de seguridad y cinco funcionarios o funcionarias.

Los resultados del estudio de Ipys, también determinaron que en otros ocho municipios de la región, 41,5 % de sus habitantes vive en un desierto informativo moderado: Mariño, Iragorry, Libertador, Sucre, Tovar, Revenga, Santos michelena y Lamas.

Ipys Venezuela realizó la segunda edición del estudio y clasificó a todos los municipios o parroquias del país, en tres categorías: desiertos, desiertos moderados y no desiertos.

“Los primeros son municipios o parroquias en los que no hay medios de prensa suficientes para informar a la población y los segundos, son territorios donde se puede acceder a noticias relevantes con cierta frecuencia, aunque la cobertura informativa enfrenta serias restricciones”, explica el estudio.

Girardot, municipio capital, y Ribas, el tercero con el mayor número de población, son los dos municipios en los que existen suficientes medios de comunicación que cubren regularmente las noticias locales, aunque también haya restricciones para la prensa.

Ambos representan solo el 34 % de la población total del estado Aragua, que accede a las noticias y a la información.

Sin acceso a información pública

Informar, expresarse, opinar, investigar y difundir, forman parte de un derecho humano universal. En Venezuela, además está garantizado en la Constitución.

La violación a esta garantía, implica no solo las limitaciones al acceso a las fuentes informativas, en especial las de carácter público, sino la no disponibilidad de datos y estadísticas que aun cuando existen, no son divulgadas por los entes y organismos”, refiere Antonio Di Giampaolo, periodista radial y ex constituyentista.

La opacidad informativa oficial hace mella en el ejercicio periodístico independiente y de ello da cuenta, Ana Ruth Rodriguez, periodista de El Aragüeño, diario que dejó de circular en papel en el 2018 y que solo se mantiene en la web.

El no tener acceso a esa información que debe ser pública impide obtener datos precisos sobre los hechos noticiosos. Se nos hace imposible informar al instante de manera veraz, por lo que nos vemos obligados a manejar  el “presuntamente”, hasta que la “autoridad” se digne a dar información”, contó.

Ese desierto informativo, deviene en otra situación que dificulta aún más el ejercicio del periodismo. Janine Ojeda, joven periodista, corresponsal en Aragua del diario Notitarde, de Carabobo, la advierte.

“Es preocupante el ascenso con el que se difunden noticias falsas a través de redes sociales y algunas plataformas digitales, derivada de esa desinformación a la que se somete a los ciudadanos y a los propios periodistas ”, dice.

Los tres admiten que ejercer el periodismo en Venezuela, es un gran desafío. Sobre todo, porque a la opacidad oficial, se le suman el exilio, las detenciones, las persecuciones, las restricciones, la censura y la autocensura.

Otras aristas

Tenemos la obligación – asegura Di Giampaolo- de adelantar nuestra labor, para seguir manteniendo abiertos espacios y canales de interacción con la colectividad y para garantizar que el derecho a la información no sucumba ante la propaganda.

La carencia de recursos materiales, la falta de personal, las dificultades para movilizarse y las limitaciones que imponen las fallas eléctricas y la poca conectividad a internet, son otros de los desafíos que enfrentan los periodistas.

Antonio Di Giampaolo, Ana Ruth Rodríguez y Janine Ojeda, también coinciden en que pese a estas restricciones y dificultades, el periodismo no ha dejado de ser un compromiso ciudadano.

“La vocación nos impulsa a seguir ejerciendo, porque sabemos que tenemos un compromiso con la sociedad, somos ese camino que permite comunicar alguna necesidad o vicisitud de las comunidades. Yo tengo 27 años de edad, muchos de mis compañeros de carrera universitaria no ejercen porque están fuera del país, pero aquí sigo yo, informando y contando historias”, dice con orgullo Janine Ojeda.


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