Falta de agua en El Valle impide a Casa de Acogida dar atención integral a personas en situación de calle

personas en situación de calle

Religiosas atienden a más de 500 personas en la Casa de Acogida Padre Machado. El centro, que abre sus puertas a personas en pobreza extrema, tiene dos meses sin agua, por lo que brindar aseo a quienes habitan en las calles a veces se hace imposible.

Caracas. En la calle Cajigal del sector San Andrés, en El Valle, las personas en situación de calle tienen un lugar en el que podían echarse un baño, cambiarse de ropa, ser revisados por un personal médico y recibir una porción de comida. En la actualidad eso, que es fundamental en el proceso de rehabilitación de una persona, a veces no es posible.

La Casa de Acogida y Rehabilitación Padre Machado es el nombre de ese lugar que hoy sigue abriendo sus puertas a más de 500 personas semanalmente. Sin embargo, la crisis económica venezolana y el colapso de los servicios públicos se han convertido en un obstáculo para quienes quieren ayudar en un contexto de empobrecimiento progresivo.

A finales de 2018, el 87 % de la población venezolana vivía en la pobreza y el 61 % estaba en pobreza extrema, explicaba la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y a la Vida (Codevida).

Por su parte, en 13 años de existencia, la Misión Negra Hipólita ha logrado la “recuperación” de 1.300 personas, según las declaraciones que dio a Venezolana de Televisión el 12 de junio la directora de Investigación de la iniciativa, Carolina Silva.

A la Casa de Acogida ubicada en El Valle no llega el agua desde hace dos meses. Quienes administran la obra han acudido a las instituciones del Estado buscando ayuda, pues el tanque se quedó prácticamente seco. Han comprado a camiones cisternas, pero económicamente esta opción es inviable, pues cada compra sale en 350.000 bolívares. La hermana María de los Ángeles Perdomo asegura que no tienen los recursos para comprar agua de forma permanente.

Además de las personas en situación de calle, unas 70 personas de la comunidad, con dificultades para adquirir alimentos, acuden también al lugar en busca de un poco de comida.

Hemos tenido que salir a recoger agua en los chorritos de las calles. Los internos vienen conmigo y también algunos externos me acompañan a recoger, eso es todos los días; hay momentos en que llenamos tobos para que las personas se bañen, pero no nos alcanza para todos; hoy (miércoles 28 de agosto) no se van a poder bañar”, dice la hermana.

Aunque trabajadores de Hidrocapital acudieron al lugar en un par de oportunidades y constataron el problema, aseguraron que no podían hacer nada. Sin embargo, la semana pasada una cuadrilla de la empresa llegó al sector y comenzó a realizar trabajos de reparación en las tuberías.

Desde hace meses Hidrocapital realiza trabajos en distintas partes de El Valle, pero los huecos siguen abiertos, los escombros siguen obstaculizando el paso y el problema del agua sigue afectando la vida de la gente. Sin embargo, la hermana María de Los Ángeles espera que el trabajo que se hace actualmente en la calle Cajigal resuelva la problemática.

personas en situación de calle

La falta de agua en distintas partes del El Valle es una situación de vieja data. El 22 de agosto vecinos del sector San Antonio manifestaron que tenían dos años padeciendo por fallas en el suministro.

El 22 de junio Crónica.Uno recogió denuncias de vecinos que expresaban su descontento por la situación del servicio en la comunidad.

Las donaciones han mermado producto de la crisis

La Casa de Acogida atiende a personas en situación de calle desde el año 2015. El centro de rehabilitación lo llevan religiosas de tres congregaciones: Hermanitas de los Pobres de Maiquetía, Misioneras de Cristo Jesús y Religiosas Compasionistas.

El procedimiento consiste en recibirlos tres días a la semana (lunes, miércoles y viernes), brindarles posibilidad de aseo, cambio de ropa, atención médica y los miércoles, el almuerzo.

Quienes asistan permanentemente, y además expresen su deseo de ingresar a la Casa de Acogida, pasan por un proceso de entrevistas. “Este proceso de rehabilitación, para que dé frutos, tiene que ser un proceso en libertad”, sostiene la religiosa.

Actualmente, ocho personas permanecen como internos en la casa. Ellos han pasado por el proceso de rehabilitación y actualmente son quienes, en conjunto con las religiosas, sacan el proyecto adelante. Se encargan del mantenimiento de la casa, realizan distintos tipos de tareas y hasta se destacan en la cocina.

Pero conseguir los recursos para la obra cada vez es más cuesta arriba. Dar comida con más frecuencia era posible, ahora no. Hasta conseguir el jabón para lavar la ropa que dejan los beneficiados tiene sus dificultades. Para brindar atención médica en la Casa requieren: antidiarreico, vitaminas, acetaminofén, hipertensivos y hasta un tensiómetro.

“La situación se ha puesto bastante seria, hacer el mercado nos está costando; yo confío plenamente en Dios, pero hay que ser realistas y la situación cada vez se va poniendo más apretada, personas que nos ayudaban se han ido del país y eso hace que se note el déficit”, sostiene la Hermanita de los Pobres.

Sin embargo, asegura que muchos son los que siguen dando sus aportes y que nuevas personas se acercan al enterarse de la obra. Dice que aunque les está costando, gracias al apoyo de muchas personas pueden seguir abriendo sus puertas.

Tenemos que darle un rostro a Dios, y eso es posible en el rostro de dolor y en la mirada perdida de la gente; verlo, palparlo en el rostro de las personas es algo que te dice que vale la pena seguir dando lo mejor de uno, reflexiona la hermana María de Los Ángeles.

personas en situación de calle

En 13 años el Estado ha rehabilitado a 1.300 personas en situación de calle 

Participa en la conversación