El deterioro de la vialidad se presenta desde hace un año. Las aguas servidas y las lluvias han provocado el colapso de los soportes de concreto y tierra que protegían la carretera principal de la comunidad, a la altura del kilómetro 7.
Caracas. Dani Puentes, vecino del sector Lomas de Oro, en el kilómetro 7 de El Junquito, se pone nervioso cada vez que llueve y debe pasar por su casa. Las constantes lluvias ocasionaron un deslizamiento en la carretera y teme que en cualquier momento se derrumbe. “Toda la vialidad está dañada, unos lados tienen grietas y otros están hundidos. Todos transitamos con temor”.
La vialidad perdió el soporte y quedaron en riesgo dos casas, en una de ellas vive la familia del señor Nené, de 50 años de edad. La otra vivienda afectada queda en el sector Rancho Largo.
Los vecinos temen que un derrumbe incomunique al sector, pues esta es la única vía que comunica a más de 1000 familias en esta zona.
Valdemar Andrade, ingeniero hidrometeorologista y responsable de la Estación Hidrometeorológica de la Universidad Central de Venezuela (UCV), comentó en una entrevista anterior a Crónica.Uno, que las lluvias han incrementado la probabilidad de que ocurran movimientos de masa de suelo y deslizamientos de tierra, principalmente en zonas con altas pendientes o terrenos inestables.
Problemas sin resolver
Thais Corrales, vecina de la parte alta de Lomas de Oro, mencionó que el problema se presenta desde hace un año porque la vialidad no tiene corrientes de desagües y el agua cae directamente a la parte baja de la carretera de El Junquito. Además las fuertes lluvias aceleraron el proceso.
“Queremos que nos oigan, que nos ayuden porque no es primera vez que esto sucede. El año pasado ocurrió un deslizamiento de tierra en el sector producto de las fuertes lluvias y aún las casas siguen en riesgo”.
Corrales contó que la comunidad se organizó y pusieron un muro de bloques para desviar el agua cuando llueve, con el fin de que no siga deslizando la pendiente. “Cada familia colaboró para hacer posible eso y evitar una desgracia”.
Un vecino, quien prefirió no revelar su identidad por medidas de seguridad, añadió que el sector Lomas de Oro tanto en la parte alta como baja siempre ha sido una zona de riesgo en temporada de lluvia, porque los terrenos son muy inestables. Sin embargo, las autoridades no han acudido al lugar, aunque han notificado con anticipación.
“La carretera de asfalto ya está apunto de colapsar. También le hemos pedido a las autoridades que termine la vialidad y no lo han hecho, cada vez que llueve el pantano corre por todos lados”.
Derrumbe en el kilómetro 10
En la vía principal que conduce hacia el pueblo de El Junquito, a la altura del kilómetro 10, hace seis años ocurrió un deslizamiento que afectó de manera directa a 70 familias. Desde aquel momento, los vecinos decidieron poner sacos como prevención para los conductores.
Los habitantes de la zona han hecho sus denuncias, pero en todo ese tiempo no han tenido respuestas acerca de algún tipo de reparación en las vías que los comunican con la carretera principal de El Junquito y con sectores aledaños.
Edgar, un vecino, contó que a mediados de agosto un inspector y un arquitecto del Concejo Municipal de Libertador estuvieron en la zona y redactaron un informe que quedaron en entregar en el Ministerio de Transporte y a la Gobernación del Distrito Capital, pero no han obtenido respuesta por ningún lado. “Esto es un peligro porque está en toda la vía principal, ya aquí han ocurrido accidentes”.
Los primeros kilómetros
En los primeros kilómetros de El Junquito, específicamente a la altura del barrio San Rafael, la quebrada que lleva el mismo nombre se salió del embaulado durante las lluvias del mes de octubre y bajaron escombros y desechos sólidos por la vía, lo que afectó la movilidad de los peatones y automóviles.
Desde el 2003 en ese tramo se consolidó una invasión, se construyeron viviendas con servicios públicos, principalmente de agua potable y redes de cloacas muy precarios.
“En toda esta zona hay frecuentes botes de aguas y filtraciones que vienen de ese cerro y las autoridades no hacen nada”, denunció uno de los conductores de la línea de pasajeros Yaguara-El Junquito.
El pantano que baja desde esa zona se asienta en el distribuidor La Yaguara y esto suma otra dificultad para el paso hacia la parroquia Antímano, San Martín y la autopista Francisco Fajardo.
Lo ocurrido el 20 de octubre, cuando se desbordó la quebrada San Rafael, no es nuevo para los vecinos. Con cada temporada de lluvias, la vía hacia El Junquito hasta el kilómetro 4 genera alarmas recurrentes por los continuas deslizamientos y por las fallas de borde que crecen en la carretera. El 26 de abril de 2022 usuarios reportaron un deslave en la parroquia a a través de la red social X (antiguo Twitter).
Por otro lado, según los afectados hay daños en la vialidad que no han sido reparados desde hace al menos dos años. Por ejemplo, en el kilometro 2 de El Junquito y en la entrada de La Yaguara hay dos botes de agua. Hace tres meses, el equipo de Crónica.Uno publicó las condiciones de la vialidad.
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