Padres, madres y representantes de distintos sectores de Caracas sostienen que los costos de inscripciones en los colegios privados van desde 20 hasta los 800 dólares. Pese a las dificultades que tienen para reunir el pago, hacen sacrificios para ofrecer a sus hijos calidad educativa.
Caracas. Bianca* recibió la notificación del monto de inscripción del colegio de su hijo, quien estudia en el San Agustín de El Paraíso, con un mes de anticipación. Según el aviso, la fecha tope para cancelar los $620 solicitados era hasta el 29 de julio. Eso no la alarmó. Igual que en años anteriores, pensó que tendrían oportunidad de cancelar el monto en septiembre, semanas antes del inicio del año escolar.
“El año pasado no fue tan difícil y pude pagar en el tiempo que dijeron. Cómo esta vez el monto fue tan alto, pregunté en la administración qué posibilidades había de hacer una prórroga, si yo no tenía el dinero completo, y me informaron que no lo harían este año por órdenes de la directiva”.
No quería que su hijo, quien estudia en el colegio desde primaria, perdiera el cupo. Menos a tan solo un año de graduarse como bachiller. Por esa razón decidió vender prendas que tenían valor sentimental. De esa manera logró pagar antes del tiempo límite establecido por la institución.
“Te puedes imaginar, los nervios de punta, el niño sin colegio. Mi hijo se sintió muy mal e inclusive me acompañó a vender prendas que tenía de toda la vida. Yo lloré, me estresé, pero agradezco que pudimos salir de eso”.
A su juicio, los costos generales en las instituciones privadas no se ajustan a la realidad salarial de las personas y cree que los colegios deberían ser más considerados a la hora de fijar montos o dar tiempo para pagar.
“Es muy cuesta arriba para muchos. En mi caso tenía la posibilidad de vender las prendas, pero ¿y el que no?”.
Padres, madres y representantes de distintos sectores de Caracas afirmaron al equipo de Crónica.Uno que los costos de inscripción van desde 20 hasta los 800 dólares aproximadamente.
Fausto Romeo, vicepresidente de la Asociación Nacional de Institutos Educativos Privados (Andiep), ha aclarado durante varias entrevistas que la estructura de costos de cada plantel educativo dependerá de la cuota de escolaridad, servicios o impuestos a cancelar y proyectos educativos que ofrezca cada institución. Por lo tanto, varía según cada escuela.
Empeño de oro en temporada escolar
Lo que representa una dificultad para algunos, para otros es una oportunidad de rebusque para paliar la crisis económica por los bajos salarios y la inflación. Manuel* trabaja en las calles del centro de la ciudad capital, para un comercio que compra oro.
El comerciante, quien camina por el bulevar del centro, contó que entre las últimas semanas de julio y primeros días de agosto varios padres y madres se han acercado para empeñar desde cadenas de bautizo hasta anillos de oro “que sus parejas les han regalado”.
Pese a que no suelen contar el motivo por el que se acercan a vender sus prendas, el discurso lleno de lamentos se repite. “Tú sabes, la época de colegio”, le dicen a Manuel.
Pedro*, trabajador en una casa de empeño ubicada cerca a la plaza El Venezolano (antigua Plaza San Jacinto) y asevera que durante cada año, entre julio y septiembre, varios representantes se acercan a empeñar prendas.
“En su mayoría vienen y logran sacar lo que traen, más que nada por el valor sentimental, no tanto por el material”, confiesa.
Otros sacrificios por la inscripción
Tras meses de espera para saber si su hijo había sido admitido en un colegio privado de El Paraíso, en abril de 2023, Esther* recibió el tan anhelado correo con la bienvenida. Recuerda que junto con sus compañeros de trabajo celebró la noticia. Sin embargo, su felicidad se opacó por el aviso donde la institución solo le daba cuatro días para pagar el monto de la inscripción para alumnos de nuevo ingreso, fijado en 790 dólares.
“Era un cupo que estaba esperando desde mi reposo postnatal. En su momento mi hijo no quedó, pero este año insistí. Sabía en lo que me podía meter y el día menos esperado me llegó la noticia de que había sido aceptado. El tema de los costos era el último punto a tocar. Yo esperaba unos 400 o cuando mucho 500 dólares. Pero cuando llegó el correo vi que no era así”, cuenta.
Aunque Esther dudó sobre si inscribir a su hijo en ese colegio por el alto costo, junto con su pareja decidió hacer un esfuerzo y solicitar en su empleo un préstamo y adelanto de prestaciones sociales.
No obstante, el préstamo solo le serviría para el pago del colegio de uno de sus dos hijos. “El otro estudia también en un colegio privado de El Paraíso y la matrícula quedó en 400 dólares. Es más barata y por suerte, esa la puedo cancelar en septiembre”.
El pago de su deuda no sería el único sacrificio. De su rutina diaria sacó las camionetas por puesto y ahora camina con el objetivo de economizar lo que antes era destinado a pasajes. Ahora, de lunes a viernes camina desde su trabajo, cercano al Metro de La Hoyada, hasta Capuchinos, donde está la guardería de su hijo menor y posteriormente hasta su vivienda ubicada en El Paraíso. Recorre 3,1 kilómetros aproximadamente.
“Tampoco comemos las tres comidas. El sacrificio lo hacemos mi esposo y yo porque los niños, como son más pequeños, sí continúan con su alimentación como se debe. Lo que optamos por hacer es almorzar más tarde y así se une con la cena. Tampoco salimos con los niños para no gastar”.
Considera que el sacrificio vale la pena y enfatiza que la decisión de no buscar un colegio público, se debe a la pésima calidad educativa que hay en ellos.
Angelys*, una comerciante informal, también contó que hace sacrificios por los estudios de sus hijos, vende condimentos, ajo y chocolates. “Con tal de que mis hijos vean clases los cinco días de la semana”.
La mayoría de padres consultados por Crónica.Uno manifestaron su preocupación ante la idea de inscribir a sus hijos en instituciones educativas públicas.
Trabajo de día y noche
Las dificultades para pagar mensualidades e inscripción no se limitan solo a Caracas. Andrés*, quien se desempeña como periodista, cuenta que su hijo cursa bachillerato en uno de los cuatro colegios privados de Puerto Ayacucho. Desde que se enteró del monto de la matrícula, ha buscado distintas entradas económicas para reunir los 85 dólares que debe pagar este año.
“Me ha tocado trabajar de día y noche en varios periódicos. Además estoy dando clases y asesorando tesis y proyectos básicos de jóvenes que están en cuarto y quinto año para tener ingresos extras porque no es solo pagar el colegio, sino también comprar todo lo que exigen”, dice.
Ángela*, una educadora que vive el estado Carabobo. Aseguró que “por suerte” ha podido pagar el colegio sin problemas. Sin embargo, no todos los representantes del colegio de sus hijas han tenido esa posibilidad.
“Yo estoy al día, pero hay madres que están haciendo convenios de pago porque no tienen como pagar cuando tienen a dos o tres hijos”.
Las hijas de Ángela estudian en un colegio perteneciente a la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC). Denuncia que las cuotas en la institución “subieron 100%”, pasando de 20 dólares el pago, a 65 para el período escolar 2023-2024.
Señala que, en el caso de un vecino, tuvo que sacar a una de sus tres hijas a un plantel educativo público para que culminara el bachillerato. “Lamentablemente la educación pública tampoco es tan gratuita. Los colegios públicos de Carabobo están cobrando desde 3 hasta 7 dólares por concepto de inscripción”.
El presidente de la Asociación Nacional de Instituciones de Educación Privada (Andiep), Fausto Romeo, explicó en trabajos anteriores de Crónica.Uno que muchos padres cambiarán a sus hijos a instituciones públicas, porque no tienen cómo pagar la cuota de escolaridad, así como ha sucedido en años anteriores. “Esta es la realidad venezolana”.
Agregó que también habrá casos de padres que cambiarán a sus hijos a un colegio con mejor proyecto educativo y pagarán más. Mientras que otros los mantendrán en el sector privado, pero en un colegio que no sea tan costoso. “Todo va a depender del proyecto educativo que quieran los padres para sus hijos y los ingresos económicos con los que cuenten”.
(*) Se modificó el nombre por medidas de protección a la fuente
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