Geraldine no almuerza para asegurar la comida de su hijo en la lonchera escolar

Loncheras

Según un informe de Hum Venezuela, con datos de julio y agosto de 2023, la falta de alimentos en el hogar por dificultades económicas fue una de las razones de inasistencia a la escuela.

Caracas. Geraldine Castro prefiere no almorzar para asegurar la segunda comida de su hijo, en la lonchera escolar. Tan solo pensar que no tiene comida para ofrecerle al niño le aterra.

Lo que hago es que muchas veces como en el trabajo porque compran pan, tomo café y ya. Así solo como cena en casa, cuenta.

De acuerdo con el monitoreo de Hum Venezuela, 2,7 millones de personas debieron comer menos en el año 2023; quiere decir que redujeron las cantidades de alimentos o el número de comidas que se necesita diariamente para llevar una vida saludable. Aproximadamente 35, 7 % de la población vive en inseguridad alimentaria moderada.

De acuerdo con la ONG, entre los años 2022 y 2023 el porcentaje de personas que durante ciertos períodos del año pasaron hambre de forma permanente se incrementó de 14,4% a 22,3%.

El hijo de Geraldine, de seis años de edad, necesita un consumo mayor de proteínas en su dieta debido a un problema de crecimiento detectado en 2021. Pero, el sueldo que esta madre percibe como empleada pública (Bs. 130 y $40 de bono de alimentación) no se lo permite.

Él debería comer más proteínas que carbohidratos, pero el dinero a veces no da.

Foto cortesía Geraldine Castro.

A pesar de trabajar en la administración pública, no recibe el beneficio de alimentación del Estado de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), porque en su trabajo no entregan la bolsa desde hace dos años.

El mandatario Nicolás Maduro aseveró que 7,6 millones familias recibieron combos Clap cada mes, durante su memoria y cuenta de 2023. No obstante, Geraldine no forma parte de esa cifra.

Buscar la economía

Hum Venezuela encontró en su monitoreo que entre las estrategias de las familias para afrontar la falta de presupuesto en los hogares es comprar productos más baratos (69,2 %).

Esa es la alternativa de Geraldine, cuya manera de adquirir productos más económicos es ir a los mercados chinos o lugares con ofertas.

Su hijo, quien estudia en un colegio privado en Quebrada Honda, permanece en la institución hasta las 3:30 p. m., por lo que las meriendas son dobles. Las alternativas que entran en el presupuesto de la madre son: galletas, pan untado con queso, aceitunas o chucherías.

Tuve que cambiar el modo de ofrecerle frutas porque rendía menos, señala. Por eso todos los días le incluye una compota.

Lonchera
Foto cortesía de Geraldine Castro.

Mientras que las opciones del desayuno para el niño son: arepas, panquecas, panes rellenos con jamón, queso o huevos acompañados con algún jugo de cartón, son las elecciones para la primera comida del día.

Cuando no tengo con qué rellenar, le doy un dólar para que compre algo en la escuela, dice Geraldine.

El padre del niño aporta dinero para los gastos de la lonchera, los cuales rondan los 60 dólares mensuales. Agrega que también le da dinero para la mensualidad del colegio.

Por suerte mi mamá me ayuda con algunos gastos como el pasaje, diariamente gasto 105 bolívares. Eso es casi todo mi sueldo, especifica.

Geraldine vive en el 23 de Enero y lleva al niño al colegio a bordo de un mototaxi. A la hora de la salida, para ahorrar un pasaje, madre e hijo caminan más de tres kilómetros, desde Quebrada Honda hasta Capitolio, y allí toman una camionetica hasta su casa.

Estudiar con hambre

Yasmín Castro, maestra de un colegio público en una comunidad al este de Caracas, afirma que en la institución donde trabaja dan almuerzo por el Programa de Alimentación Escolar (PAE). Considera que este se aleja de ser balanceado, puesto que los ingredientes principales son carbohidratos.

Como en el colegio no dan desayuno, los papás deben enviarlo. Muchos no tienen posibilidades por falta de dinero, entonces llevan un pan dulce solo o galletas solas. Otros, salchichas con un poco de salsa y ya. Otros estudiantes sí tienen opciones variadas y más sanas.

La maestra asevera que al igual que con el desayuno, todos los niños y niñas meriendan juntos.

La alternativa que usamos es pedir y colaborar con otros niños para que compartan con sus compañeros. Un pedacito de galleta o de lo que tenga. Intercambian y comparten entre ellos, afirma.

Foto referencial. Foto: Tairy Gamboa

Según Hum Venezuela, con datos de julio y agosto de 2023, la falta de alimentos en el hogar por dificultades económicas fue una de las razones de inasistencia a la escuela.

Fernando Pereira, docente y fundador de Cecodap, expresó a Crónica.Uno su preocupación porque si los estudiantes no tienen comida en sus casas y el centro educativo tampoco la provee, el alumno no tendrá las condiciones mínimas necesarias para asistir a clases sin sufrir dificultades como mareos o desmayos.

El educador afirma que desde hace muchos años el contar o no contar con alimentos en los planteles educativos es una variable que determina la asistencia y prosecución en los centros educativos.

Eso tiene una explicación lógica en el contexto de la privación alimentaria y dificultades de las familias para ofrecer una alimentación básica, que a veces ni siquiera tienen las tres comidas diarias. El hecho de que el niño, niña o adolescente tenga la posibilidad de alimentarse en el centro educativo, evidentemente, es un aliciente para asistir, dice Pereira.

Agregó que las escuelas deben contar con la posibilidad de brindar alimentos para dar una respuesta integral a los niños y niñas.

No se puede educar a un niño con hambre, ni a un adolescente que no ha comido y que su energía vital y preocupación va a estar centrada en su sobrevivencia.

El costo de la lonchera saludable

Brindar una alimentación balanceada, que cumpla con todos los requerimientos nutricionales de su hija de seis años, genera un gasto aproximado de 130 dólares para Mercedes Figueroa.

Yo trato de enviarle todo, incluyendo el jugo, para que no compre nada en el colegio ni nada de la calle. Por eso aprendí a hacerle de todo lo que podría provocarle del colegio, explica.

Panquecas con harina de trigo, con espinaca, cachitos, pastelitos, empanadas y arepas asadas, rellenos con jamón, pollo desmechado o queso, son parte de las preparaciones que Mercedes le ofrece a su hija para desayunar. Casi todo es horneado o asado. Evito las frituras, dice.

Lonchera escolar
Foto cortesía de Mercedes Figueroa.

Entre las meriendas, que siempre van acompañadas con variedad de frutas, incluye  ponquecitos, galletas y de vez en cuando, chucherías.

A diferencia de las otras madres entrevistadas por Crónica.Uno, la hija de Mercedes, quien estudia en un colegio privado en el este de Caracas, no permanece todo el día en el lugar. Sin embargo, tiene dos recesos, por lo que la lonchera siempre va llena de varias opciones. Agradece a Dios porque no ha tenido que variar la alimentación de su hija.

A diferencia de Mercedes, Jessica Millán asevera que sí tuvo que variar el contenido en la lonchera escolar de sus dos hijos de nueve y once años, por el alto costo de los productos.

Los hijos de Jessica estudian en un colegio privado al este de Caracas y deben llevar dos meriendas diariamente, porque están en tareas dirigidas.

Para desayunar, por lo general llevan una arepita con jamón, queso o panquecas y algo adicional para complementar ese desayuno. Puede ser una compota o un ponquecito, dice.

Para las meriendas de la tarde trata de enviar las frutas más económicas, como el cambur, una de las favoritas de su hijo. En el pasado les mandaba frutas frecuentemente, pero por los altos precios ya no puede hacerlo tan seguido.

Foto referencial. Foto: Alberto Torres

Para abaratar costos, opta por comprar productos como cereales, galletas dulces o saladas, cotufas, panes para untar con chocolates o mermelada.

Para los ponquecitos prefiero tener los ingredientes para hacerlos en casa porque se les pueden poner frutas y rinden mucho más, indica.

Jessica reconoce que frecuentemente el menú de sus hijos incluye muchos carbohidratos y dulces, pero por otra parte, es lo más económico.

Cuando hay más platica la madre incorpora yogures, pasas o maní en las loncheras de los niños. El gasto mensual por ambos hijos es un aproximado de 120 dólares mensuales.

Qué tiene una lonchera sana

Valeria Castillo, especialista en nutrición, asegura que la mejor manera para ahorrar y a su vez ofrecer una alimentación sana, es preparar alimentos en casa. Si hacen tortas, panquecas o ponqués que tengan frutas, no hay problema con que tenga azúcar, pero debe ser menor porque ya la fruta tiene.

Entre las opciones más económicas, aconseja comprar frutas de temporada como el cambur, mandarina, patilla, melón, lechosa o manzanas.

La nutricionista indica que hay maneras sanas y atractivas con las que se le puede ofrecer a los niños y niñas opciones de comidas saludables. Las panquecas pueden llevar espinacas. Como el color de estas se pone verde, les pueden decir que son panquecas de Hulk, o de remolacha y se pondrán rosadas.

Sugiere agregar a las comidas chocolate o aguacate para brindar grasas buenas a la comida. Y hace un llamado a las madres y padres a evitar el consumo seguido de golosinas, caramelos, gomitas, refrescos, frituras y jugos pasteurizados por su alto contenido en azúcar.

Especifica que los snacks salados con sabor a queso tienen alto contenido en glutamato monosódico, el cual está científicamente comprobado que disminuye la concentración y contribuye a un menor rendimiento escolar.

Por otra parte, la especialista resalta que no se trata de satanizar o excluir de forma definitiva algunos alimentos o gustos de los niños, sino de tratar, en la medida de lo posible, de ofrecer alimentos con calidad nutritiva.

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